Cegados, abrumados, aislados en nuestra propia burbuja, somos sujetos de eficaces distractores que nos impiden ver la enorme transformación que se gesta en el mundo y, sobre todo, para impedirnos conocer movimientos y acciones concertadas que nos permitan emanciparnos del actual sistema económico depredador.
Es inminente un cambio y, cuanto más tarde en darse, mayor será la crisis que provocará en la población en general. Los focos rojos se han encendido incluso para los más encumbrados. El estadounidense Nick Hanauer, convertido en millonario siendo parte del capitalismo depredador más salvaje de la historia, envía una urgente llamada de atención a sus colegas de casta. En ésta advierte que, “si las diferencias sociales siguen aumentando al ritmo actual, la clase media desaparecerá, las empresas no tendrán clientes a los que vender y los depauperados ciudadanos sacarán sus horcas, afilarán sus cuchillos y vendrán por nosotros”.
El capitalismo -alega Hanauer- “es la mejor herramienta para la asignación de recursos” pero, añade, “el capitalismo sin control lleva consigo el germen de la autodestrucción: un mundo de empleados infrapagados, desempleados, esclavos asiáticos y robots difícilmente pueden dar lugar a una sociedad próspera en su sentido más amplio y extenso.” La ínfima paga que reciben cada vez más habitantes del mundo viene acompañada de una práctica cegadora para que los grandes consorcios del mundo continúen expoliando los recursos naturales y obstruyendo la capacidad crítica de la población.
Lo más probable es que, como ya ha sucedido en el pasado, ese urgente llamado caiga pronto en el olvido de sus congéneres que continuarán extrayendo hasta la última gota de riqueza del mundo.
Ante la ruta de colisión que demanda un cambio, el colectivo que dirige el Foro Social Mundial (FSM), se ha propuesto reorientar sus estrategias para incidir de forma abierta y decidida en las políticas que se manejan desde las organizaciones internacionales. En su última reunión en Casablanca, después de una evaluación del impacto del FSM 2013, el Consejo Internacional -órgano directivo máximo del FSM- decidió organizar su próxima edición de 2015, en Túnez. Se iniciará desde el continente africano una nueva y concertada campaña para incidir en la política de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de las organizaciones y agencias que de ésta dependen.
Después de estudiar la situación de las luchas y movimientos sociales en el mundo, sus elementos comunes, del nuevo contexto geopolítico y de la evolución de la crisis del modelo neoliberal, concluyen como elemento indispensable promover el cambio del modelo económico. Las políticas neoliberales dictadas por el Banco Mundial y el FMI están presentadas como la única solución en los que los movimientos sociales y democráticos están criminalizados. Intervenciones externas -políticas y militares- se han convertido en la norma, acentuando la inestabilidad interna en favor de los Estados Unidos, Europa y los países del Golfo Pérsico.
La región de influencia del capitalismo salvaje, África, Medio Oriente y América Latina particularmente, convertida en fuente principal de materias primas y presentada como la “nueva frontera” económica, es golpeada duramente por la violencia, el saqueo de los recursos, la violencia devastadora de los programas de ajuste financiero y la militarización generalizada de sus territorios. Los gobiernos no han sido capaces de formular e implementar alternativas para responder a las preocupaciones de los jóvenes en busca de libertad y de empleo, de las mujeres que buscan la igualdad, de los movimientos sociales que buscan la justicia social, entre otros.
El diagnóstico del FSM concluye que en todo el mundo, incluyendo Europa, Asia, América Latina y del Norte, los movimientos sociales se encuentran enfrentados con el empeoramiento de las crisis económicas, sociales y ambientales, y un cuestionamiento sistemático de sus derechos. Nuevas tensiones directamente relacionadas con las estrategias hegemónicas para apropiarse de recursos y mercados hacen temer lo peor en Europa, Asia y África.
El FSM ha convocado a toda la población mundial a realizar una serie de acciones tendientes a coordinar y articular movimientos sociales con miras a hacer evidente al mundo que las luchas de los pueblos por salvaguardar su dignidad, por seguir siendo dueños de sus propios destinos, tienen un mismo origen: el sistema económico. De tal manera que un mejor mundo es posible en la medida que la población de todo el orbe, sin excepción, conquiste el respeto a sus derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, y se construyan alternativas al neoliberalismo. Para ello, el Comité Organizador del FSM 2015 realizará acciones como:
- Apertura de la página web, en junio-julio 2014.
- Seminario del Consejo Internacional del FSM, en Ottawa, agosto de 2014.
- 1er Seminario Internacional y reunión del Consejo Internacional en Túnez, octubre 2014.
- 2do Seminario Internacional en Túnez, febrero 2015. Promovida por la Red Intercontinental de Promoción de la Economía Social y Solidaria (RIPESS), donde más de 500 organizaciones de todo el mundo se han adherido a la campaña para conseguir que la ONU incluya en su agenda de desarrollo post 2015 el impulso de la economía solidaria.
Las prácticas y la voz común de este movimiento aumentan su nivel para coincidir con la resolución histórica del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que obliga a las transnacionales y los inversores a cumplir las normas para proteger los derechos humanos.
Desde el 5º Encuentro Internacional de Economía Social y Solidaria (ESS) en Manila, en octubre de 2013, RIPESS estableció un proceso abierto de consulta para captar propuestas y recomendaciones deESS para la Agenda Post-2015 de la ONU. Terminado el proceso, el documento para adhesión de organizaciones locales, nacionales, continentales e internacionales se ha puesto en la página: http://www.ripess.org/recomendaciones-de-la-economia-social-solidaria-para-la-agenda-de-desarrollo-post-2015/?lang=es
El documento será presentado formalmente a los Estados Miembros y agencias de la ONU durante la segunda reunión del Foro Político de Alto Nivel (HLPF), en julio de 2014.
