A pesar de ser una de las cintas más esperadas del verano, sobre todo por los amantes de los cómics de Marvel, para mí era una de las menos atractivas en el mundo de los superhéroes, siendo que me declaro completamente ignorante de la historia que los Guardianes de la Galaxia engloba, es más, hablando de superhéroes de cómics, confieso que de los Hombre X, los Vengadores, Superman, Spider man y Batman sé algo puesto que las caricaturas de estos personajes acompañaron mi niñez y adolescencia, pero estos Guardianes eran completamente desconocidos para mí y al ver el tráiler de la cinta, me resultaron poco atractivos los miembros del mencionado grupo, ya que un humano, una chica verde, un fortachón, un mapache y un ¿árbol? me parecían el conjunto menos heroico que hubiera contemplado jamás.
Una vez más, resultó que estaba completamente equivocada, pues Los Guardianes de la Galaxia probó -y con creces- ser una de las mejores producciones del año, estupendamente escrita, dirigida y producida, con una muy buena fotografía, magnífica música, un ritmo inigualable, un uso extraordinario de los más avanzados efectos especiales y visuales generados por computadora y unas fabulosas actuaciones, en resumen, una película “redonda”, hecha para satisfacer el gusto de los fanáticos de hueso colorado -según me cuentan varios miembros de ese selecto grupo- y para proveer una muy buena experiencia para la audiencia neófita en el tema de estos héroes intergalácticos.
Mi familia y yo disfrutamos de esta cinta como niños en juguetería aunque no sabíamos nada de Los Guardianes de la Galaxia, y conocimos a todos los personajes -buenos y malos-, sus historias, sus problemas, conflictos, odios y amores, por primera vez a lo largo de la proyección, no necesitamos que nadie nos explicara nada de sus motivaciones o el contexto de sus vidas ni las de sus pueblos, y aún así, nos reímos, sufrimos y gozamos de todo lo que sucedía en pantalla, de la misma manera que nuestros vecinos de asiento que eran “superfanáticos” y que traían hasta camisetas y botones de Yo amo a los Guardianes, así que me siento completamente confiada al declarar que este filme será una exquisita experiencia para todas las audiencias posibles.
Es más, aunque sé que tal vez me atraiga muchos odios y críticas por decir esto, la vibra que me dio esta película fue como aquella que sentí con la primera entrega de La Guerra de las Galaxias -antes de que toda la saga se convirtiera en objeto de culto- pues Los Guardianes tiene toda la acción, persecuciones, explosiones, humor, candor y sencillez de aquel Episodio IV de Star wars que tanto me deleitó de niña; es más, hasta me atrevo a afirmar que Quill, el protagonista humano de Los Guardianes, tiene el mismo aire de vaquero desfachatado del Han Solo de la primera Guerra.
La cinta da inicio en los años 80 cuando un pequeño Quill visita a su madre moribunda en el hospital -les cuento esto no como spoiler, sino para que preparen, de alguna manera, a los más pequeños de la casa para esta emotiva escena, prometo que después de esto todo se compone-, poco después vemos cómo el pequeño es abducido por una nave espacial y volvemos a verlo unos segundos después, cuando ya han pasado más de 20 años y es ahora un hombre que, al puro estilo de Indiana Jones, está robando un extraño artefacto de un ¿templo? en un planeta desolado.
De ahí en adelante todo será una persecución constante pues el mencionado artefacto -el orbe- es buscado ansiosamente por una serie de malandrines que quieren ya sea explotar el poder que se encierra en él, o recolectar el botín que muchos están dispuestos a pagar a quien lo entregue.
De esta forma Quill -Starlord quiere que lo llamen-, por una u otra razón termina trabajando en equipo con un interesante grupo: Gamora, una asesina intergaláctica, Rocket, un mapache mutante y su guardaespaldas Groot (quien es una especie de árbol caminante), y Drax, un enorme y peligroso criminal que busca vengarse del malo, malo de la película, el misterioso Ronan, un villano que quiere el Orbe para destruir el planeta que alberga a la raza de los Xandarianos, sus enemigos milenarios.
No intentaré explicarles más sobre la trama pues con ello terminaría confundiéndolos o arruinándoles la cinta; baste sólo con decir que el extraño quinteto que comienza conformado por individuos que persiguen sus propios fines egoístas, terminan siendo el valeroso grupo que le da nombre al largometraje, el cómo consiguen esto, les toca a ustedes descubrirlo, y ahí radica el gozo de esta experiencia fílmica.
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Productor: Kevin Feige; Director: James Gunn; Guión: James Gunn y Nicole Perlman, basados en el cómic creado por Arnold Drake y Gene Colan; Fotografía: Ben Davis; Edición: Fred Raskin, Craig Wood y Hughes Winborne; Música: Tyler Bates; Efectos visuales: Stephane Ceretti; Elenco: Chris Pratt, Zoe Saldana, Dave Bautista, Vin Diesel (voz), Bradley Cooper (voz), Lee Pace, Michael Rooker, Karen Gillan, Djimon Hounsou, John C. Reilly, Glenn Close y Benicio Del Toro; Duración: 2 horas.
