Después de la terrible experiencia que sufrí la semana pasada al tener que ver la espantosa comedia de Cameron Diaz, y habiendo disfrutado -y reseñado- los buenos estrenos que hasta este momento hay en la cartelera de la ciudad, decidí jugar a la segura seleccionando una cinta que llevara consigo la garantía de que, si no se trataba de una obra de arte, al menos sería entretenida y palomera ¿Mi elección? Los indestructibles 3.
Mi proceso mental incluía la premisa que, viendo a los antiguos héroes de acción hacer lo que han venido haciendo desde hace dos o tres décadas, es decir persecuciones, balazos, explosiones, poco diálogo, mucho ruido y mucha, mucha acción. al menos me pasaría un par de horas entretenida y tendría mucha tela de donde cortar para hacerles la reseña.
La realidad fue totalmente diferente, en verdad les digo que no hay suficiente pólvora en el mundo para hacer que me distrajera de lo pésima que es esta película, de las horrorosas actuaciones, del nefasto guión, de las mediocres escenas de pelea cuerpo a cuerpo -de verdad Stallone y Gibson ya no están para estos trotes, y todos los demás tampoco-, de los tristísimos efectos especiales y de la descuidada producción.
Afortunada o desafortunadamente vi sólo la mitad de la primera entrega y nada de la segunda -aunque los que saben dicen que esa fue la buena, finalmente en ella sale el ahora doblemente célebre Chuck Norris-, pero en esta tercera parte he de confesarles que no habían transcurrido diez minutos y yo ya me moría de la pena ajena.
¿Alguna vez han recibido la visita de algún viejo amigo de la infancia, de esos a los que casi nunca vemos mientras crecemos y que cuando de pronto aparece a nuestra puerta, primero nos deja un poco perplejos, luego, nos da un gusto enorme y pasamos horas haciendo reminiscencias de aquellos ayeres y, poco después empiezas a sentir que ya se quedó demasiado tiempo y no sabemos qué hacer con él? Esa es precisamente la sensación general que me embargó mientras veía Los indestructibles 3.
Vi a Stallone y no pude dejar de recordar a Rambo y a Cobra, me dio ternura ver que ahora compartía créditos con Dolph Lundgren y Wesley Snipes, sus antiguos némesis fílmicos, me dio tristeza ver en lo que se han convertido Mel Gibson y Schwarzenegger y mi corazón dio un respingo al ver a Harrison Ford atacando desde el aire, tal vez porque no puedo olvidar que es Han Solo. Disfruté mucho -comparado con todo el resto de la experiencia- de la simpática y alocada actuación de Antonio Balderas, al tiempo que me hizo gracia verlo ahora del lado de los “viejitos”, pero todo este “viaje” por el callejón de los recuerdos, tampoco fue suficiente para responder por las DOS horas perdidas en la sala de cine.
Uno no tiene que haber visto las dos cintas anteriores para poder seguir la trama que se presenta en esta, se trata de una misión distinta. Ahora Barney Ross, Lee Christmas y los otros “muchachos” inician su aventura rescatando de prisión a un valioso miembro de su equipo de Indestructibles, el Doctor Muerte, ¿para qué? se preguntarán ustedes, ah pues para que los ayude a frustrar una venta de armas que se llevará a cabo en otra parte remota del mundo. Y es importante liberarlo después de ocho años de cautiverio pues es un especialista en armas blancas (igual que Christmas) -mismas que no se usan durante la mencionada misión, por cierto-, por lo que su ayuda es súper necesaria.
La misión no tiene éxito, principalmente porque sus esfuerzos se ven frustrados por el malvado lord de las armas Conrad Stonebanks, que resulta ser un Indestructible renegado. Al darse cuenta de la traición de su antiguo amigo Ross comienza a planear su venganza, la cual, al parecer, no puede llevar a cabo con la ayuda de sus amigos y compañeros de mil batallas, sino que se ve ¿obligado? a buscar a un grupo de jovencitos guerreros para que le ayuden, supuestamente porque la guerra es un negocio de gente joven y no se le hace justo arriesgar a sus camaradas. Yo creo que la revelación le llegó tres películas muy tarde.
Ya se podrán imaginar todo lo que sigue después de este planteamiento, jóvenes contra viejos, nuevas tecnologías contra viejas tácticas de guerra, luchar con la razón o con el corazón, bla, bla, bla…
Lo único que temo es que con este reclutamiento de sangre joven se estén sentando las bases para el lanzamiento de Los Indestructibles Reloaded… tengan miedo, mucho miedo.
Producción: Avi Lerner, Kevin King-Templeton, Danny Lerner y Les Weldon; Director: Patrick Hughes; Guión: Creighton Rothenberger, Katrin Benedikt y Sylvester Stallone; Edición: Sean Albertson y Paul Harb; Fotografía: Peter Menzies, Jr.; Música: Brian Tyler; Elenco: Sylvester Stallone; Jason Statham; Antonio Banderas; Jet Li; Wesley Snipes; Dolph Lundgren; Kelsey Grammer; Randy Couture; Terry Crews; Kellan Lutz; Ronda Rousey; Glen Powell; Victor Ortiz; Robert Davi; Mel Gibson, Harrison Ford y Arnold Schwarzenegger; Duración: 2 horas 6 minutos.
