¿Hasta dónde, estimado lector, es correcto el dejar de pagar las deudas, y donde empieza lo que es el abuso de confianza?
No estoy hablando de la situación de nadie que viva en México, ni de algún conocido, sino la problemática actual por la que está atravesando la República Argentina, que por segunda vez en menos de veinte años, está en quiebra técnica. Es decir, es considerada como un país que no tiene los recursos para hacer frente a sus obligaciones.
La crisis actual de pagos en Argentina deriva desafortunadamente de la anterior ocasión que no pudieron hacer frente a sus pagos. En el año 2000-2001, la economía Argentina cayó en una situación económica insostenible, gracias a las políticas populistas irracionales de Carlos Menem y sus secuaces (del mismo giro político que los que tuvimos aquí en la década de los noventa – los tecnócratas salinistas), y derivado de esa crisis el país cayó en una situación en la cual sus reservas se agotaron, liquidez no tenía y se declaró en bancarrota, por lo que no podía hacer frente a sus obligaciones ni actuales ni futuras, ni con el extranjero ni con sus propios ciudadanos. Una de las situaciones que derivó de ese “default” fue el terrible “corralito” donde los ciudadanos argentinos tenían su dinero “asegurado” por el gobierno, pero no podían sacarlo debido principalmente a que el gobierno había usado dicho dinero para solventar sus más inmediatas necesidades.
Derivado de ese impago, el gobierno se sentó a dialogar con todos los tenedores de deuda Argentina en el mundo, para renegociar la misma. Situación que durante el año 2005 y 2010 dio pie a una renegociación de bonos y una sustitución de los mismos de parte de los tenedores. La mayoría estuvo de acuerdo salvo un pequeño grupo de inversionistas dirigidos por el fondo de cobertura NML Capital, que exigía el pago tanto del capital de dichos bonos, como los intereses devengados de los mismos. Argentina se ha negado sistemáticamente a poner sobre la mesa un acuerdo de ese tipo, debido a las presiones que enfrentaría entonces si lo acepta, ya que todos los demás inversionistas que sí renegociaron la deuda, no sólo estarían molestos con el país sino que buscarían volver a negociar entonces sobre las mismas características un contrato tan ventajoso para ellos, pero sería la hecatombe para Argentina.
Después de muchos juicios y demandas y contrademandas, un juez en Nueva York (que fue donde se emitieron los bonos y se tiene la jurisdicción para dirimir este tipo de problemas) le da el fallo al grupo de NML Capital, y Argentina se negó al pago del capital y de los intereses, por lo que cayó en suspensión de pagos por octava vez en su historia (no son tantas, México también ha tenido en su vida independiente la nada honrosa cantidad de ocho veces suspensión de pagos). Pero ahora no se declaró en bancarrota el gobierno, ni tampoco se trata de una situación tan grave como la del año 2000 en la que la sociedad tomó las calles y hubo disturbios importantes. Esta suspensión de pagos fue “light” para sus ciudadanos. Hubo más escándalo debido a la derrota en la final de la copa del mundo que por esta suspensión de pagos.
El mismo Standard and Poor´s ha puesto a Argentina en “suspensión de pagos selectiva”, lo que significa que el país sí está pagando otros bonos y ha decidido no pagar unos muy específicos. La presidenta Kirchner les ha llamado ‘fondos buitre’ y se niega a reconocer el fallo del juez en esas condiciones tan complicadas.
La realidad es que Argentina tiene ahora un aliado que no tuvo en el año 2000. Se llama China. El gobierno chino y sus representantes, cuando hace dos semanas estuvieron de gira por Argentina, firmaron acuerdos para que ambos países se vieran beneficiados en una serie de situaciones económicas. Entre ellas, el gobierno Chino abrió una línea de crédito para el país. Es decir, China está esperando que Argentina le llame para que ellos en ese momento puedan atacar y hacerse de un aliado más. Sistemáticamente el gobierno chino a tratado de apoderarse del poder financiero de Wall Street, haciendo su propia calificadora, tratando de que la bolsa de Hong Kong compita. Se ha dado cuenta que es difícil lograr competir de esa forma, hacía que lo está haciendo desde otro ámbito que creo que será interesante, prestándole a aquellos países que necesitan a Estados Unidos, por lo que, sin temor a equivocarme, la presidenta Kirchner no se siente arrodillada, al contrario, ahora se siente con los argumentos suficientes para poder negociar con ellos.
Al tiempo…
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