Hay una gran cantidad de opiniones respecto a cuáles son los mejores conciertos para violín, evidentemente en este asunto intervienen una serie de factores en donde la subjetividad es determinante, sin embargo, existe un criterio más o menos estándar en cuanto a señalar una serie de obras como “las mejores” dentro del violín concertante, en esta lista están, indudablemente, el de Beethoven, el de Brahms, el de Mendelssohn, el de Bruch, seguramente deberá estar el segundo de Paganini, conocido como “La Campanella”, pero estoy seguro que en todas las listas de los más conocedores y cuya opinión sería irrefutable, deberá estar incluido el Op. 35 de Tchaikovsky, su inmortal Concierto para Violín.
Esto lo pudimos constatar con la asistencia para el cierre de temporada, el séptimo concierto de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes en este tercer ciclo de conciertos del año 2014, fue un lleno, lo que en honor a la verdad, me da mucho gusto porque la convocatoria para asistir a este concierto fue de parte de un repertorio de la gran música de concierto y no de un programa de esos que se hacen con la intención de llenar el teatro, de esos “males necesarios”, si me permites la expresión.
Pero vamos por partes, el séptimo concierto inició con la Obertura el Carnaval Romano de Hector Berlioz, me imagino que a sugerencia del maestro Juan Carlos Lomónaco, que asistió como director huésped después de la cancelación del maestro José Ferreira Lobo. El maestro Lomónaco dirige actualmente la Orquesta Sinfónica de Yucatán y sin duda es uno de los directores mexicanos de generaciones nuevas con mayor reconocimiento, y aunque es muy joven, tiene un currículum verdaderamente impresionante, ya anteriormente ha dirigido a nuestra Sinfónica y siempre con resultados sorprendentes, así que sin duda salimos beneficiados con el cambio en la dirección orquestal para el cierre de temporada.
Después de esta bellísima página de Berlioz, y de acuerdo a lo programado, se presentó la maestra Magdalena Hernández como solista para la ejecución del Concierto para Violín, Op. 35 en Re mayor de Tchaikovsky, la obra que convocó a todo el público que llenó el Teatro Aguascalientes. La maestra Magdalena hizo un buen trabajo, sin duda salió airosa del compromiso que ciertamente no era cualquier cosa, tocar un concierto que la mayoría del público conoce y que en muchos casos tienen seguramente en su fonoteca particular un par de versiones de esta obra, es más complicado, independientemente de las complejidades técnicas y retos que plantea la partitura, que tocar una obra que es desconocida por la gran mayoría. Sin embargo, hay que señalar algunos problemas con la afinación imposibles de ignorar y un inicio incierto que poco a poco la maestra fue puliendo hasta lograr una ejecución que en algunos momentos fue de verdad brillante.
Después del intermedio escuchamos una soberbia ejecución de la Sinfonía en re menor de César Frank, sin duda, el más importante compositor de Bélgica y con un gran prestigio también como organista. Es una sinfonía escrita en tres movimientos, rompiendo el esquema habitual de cuatro tiempos dentro del lenguaje sinfónico. Tampoco es convencional la disposición de los movimientos, inicia con un Lento, continúa con un Allegretto y termina con un Allegro non troppo. Notable y digno de reconocimiento la participación de las maderas, particularmente el corno inglés, que ni es corno ni es inglés, pero así se llama. Y el trabajo del maestro Lomónaco de verdad convincente, es un director de un gran prestigio y debe su prestigio al compromiso con el que enfrenta cada una de las partituras que tiene en su atril.
Con este concierto la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes termina su tercera temporada del año, me parece que fue una temporada de verdad exitosa con buenas entradas en el Teatro Aguascalientes, su poder de convocatoria es absoluto, esto no lo podemos cuestionar. Está por iniciar su temporada de conciertos didácticos del 30 de septiembre al 10 de octubre, para iniciar su cuarta y última temporada del año el viernes 17 del mismo mes de octubre, la cual se prolongará hasta el viernes 28 de noviembre para dar paso a la temporada del ballet El Cascanueces y los tradicionales conciertos navideños.
Lo que sí necesita la Sinfónica es reforzar la sección de primeros violines que luce muy débil, no por la calidad de los atrilistas, sino por el número de ellos. Esta debe ser la sección más numerosa de una orquesta y en este caso no lo es, entiendo que ha habido casos en donde algunos integrantes de esta sección se han llevado su plaza a otra instancia del propio Instituto Cultural y, por supuesto, falta la plaza de Concertino, pero de alguna manera se tiene que buscar la forma de completar, por lo menos de 13 o 14 músicos, la sección de primeros violines, esto no es un capricho, es un necesidad que sin duda será atendida oportunamente.
Por otra parte, y perdóname si soy insistente, amigo lector, pero no me dejarás mentir, sobre todo tú, que al leer estas líneas te presumo melómano, la música clásica en general y la Orquesta Sinfónica de manera particular, necesitan y merecen más atención por parte de los medios de comunicación, es preocupante y hasta molesta, la descarada indiferencia de la mayor parte de los medios, por supuesto, La Jornada Aguascalientes no es el caso, ya que dedica espacios, no sólo a la Sinfónica, sino a la cultura en general. Pero la radio, la televisión son indignantemente indiferentes a la generosa oferta cultural de nuestro estado, la cultura les pasa por enfrente y ellos no se dignan a voltear y mostrar el menor interés, sobre todo los medios oficiales, Radio y Televisión de Aguascalientes, que son los obligados, entiendo yo, a promover, apoyar y difundir la cultura local. Qué ingenuo me vi, ¿no te parece?
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