“En el estado de derecho no cabe, ante estos hechos de violencia que se han suscitado, no cabe el mínimo resquicio para la impunidad”, señaló Enrique Peña Nieto en un inusual mensaje sobre lo ocurrido en Iguala, Guerrero, donde más de 40 estudiantes de la normal de Ayotzinapan están desaparecidos. Indicó el presidente que en el marco de sus atribuciones legales, los integrantes de los cuerpos de seguridad de la federación, intervendrán en las investigaciones. Hay quienes consideran, pocos, que el tono de Peña Nieto fue inusual porque se mostraba verdaderamente indignado, otros, los de siempre, no le creen.
Respuesta. Poco antes de que se difundiera el mensaje de Peña Nieto, en la web se divulgaba que el grupo criminal Guerreros Unidos había colocado una manta en la que se exigía al “Gobierno federal y estatal y a todos los que nos apoyaban” liberar a los 22 agentes municipales involucrados en el asesinato y desaparición de los estudiantes. El mensaje fue retirado por elementos del ejército; sin embargo, la amenaza con que firmaba el grupo ahí quedó: “Les damos 24 horas para que los suelten si no aténganse a las consecuencias. Empezaremos a poner nombres de la gente que nos apoyaba del gobierno… ya empezó la guerra atte: GU”
Desde el inicio de esta administración, el aparato de Peña Nieto se ha cuidado de diferenciarse, al menos en discurso, de la “guerra” anunciada por Felipe Calderón Hinojosa, sin embargo, ante la abierta declaración de un grupo criminal será difícil que evada la movilización a la que se le llama; en los hechos, poco más de 250 elementos de la Gendarmería Nacional junto con el Ejército y la Policía Federal ya se encuentren en Guerrero realizando patrullajes, mientras que el titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, indicó que se trasladaría a Iguala para encabezar las investigaciones y esclarecer el caso de los normalistas desaparecidos.
“Lamentables” El discurso oficial pues ha sido calificar de “muy lamentables hechos de violencia” lo que ocurrió en Iguala con los estudiantes. No es momento de juzgar la sinceridad de las autoridades federales, nada se gana descalificando el gesto de Enrique Peña Nieto o la iniciativa de Jesús Murillo Karam; en el ámbito local, adjetivar que el gobernador Carlos Lozano de la Torre haya mencionado que es incapaz de comprender que exista maldad como la que se impuso a las víctimas, francamente, es hacer politiquería; lo mismo ponderar si el grupo parlamentario del PRI o los del PRD levantaron su más alta indignación desde el Congreso para exigir que se encuentran soluciones. Es momento, no tenemos duda, de hacer memoria, de evitar a toda costa que el asesinato, que el fallido Estado de Derecho se siga vulnerando, y no en nombre de una categoría o de un ideal, mucho menos de unos cuantos posibles votos. Lo que necesitamos, lo que consideramos que se requiere, es hacernos responsables, en la medida de sus posibilidades, de sus ámbitos de acción, que cada quien haga lo que corresponde hacer para no ser ese oscuro país que es capaz de recibir órdenes del crimen organizado; un país que sus periodistas no alimenten el morbo banalizando la situación de las víctimas; de una ciudadanía que en nombre del país en que quiere vivir, actúe en voz alta y les de nombre, un rostro, a las víctimas, no porque merezcan ser recordadas, no porque podríamos haber sido cualquiera de nosotros, sino porque fueron ellos, que forman un nosotros. Indignación le llaman.
Podemos hacer más, por supuesto, por lo pronto, es necesario dar el primer paso y tener, al menos, un gesto, humanizarnos. Estos son los nombres de quienes hoy, todavía, están desaparecidos. Es necesario mencionarlo a cada uno, sin prejuicios, sin segundas intenciones, simplemente darles un nombre para hacerles saber que estamos con ellos, que los esperamos, que necesitamos saber cuál fue su destino, ahora, ya, y enseguida hacernos responsables.
Estos son sus nombres:
José Ángel Navarrete González
Marcial Pablo Baranda
Daniel Gerardo Cantú Morales
Miguel Ángel Mendoza Zacarías
Severo Pedro Minga
Jesús Jovany Rodríguez Tlatempa
Eduardo Ayafredh Sebastián Salgado
Abelardo Vázquez Peniten
Alexander Mora Venancio
Julio César Ramírez Nava
Luis Ángel Abarca Carrillo
Jorge Álvarez Nava
Adán Abraján de la Cruz
Mateo Carrera Moctezuma
Christian Tomás Colón Garnica
Luis Ángel Francisco Arzola
José Ángel Campos Cantor
Jorge Aníbal Cruz Mendoza
Giovanni Galindes Guerrero
Jhosivani Guerrero de la Cruz
Luis Ángel Gutiérrez Álvarez
Carlos Lorenzo Hernández Muñoz
Israel Jacinto Lugardo
Julio César López Patolzin
Jonathan Maldonado Hernández
Ambrocio Martínez Rodríguez
Cutberto Ortiz Ramos
Everardo Rodríguez Bello
Marco Antonio Andrés Santos
Felipe Arnulfo Rosa
Benjamín Ascencio Bautista
Israel Caballero Sánchez
Christian Alfonso Rodríguez
Martín Getsemany Sánchez García
Jonás Trujillo González
José Eduardo Bartolo Tlatempa
Abel García Hernández
Emilio Alen Gaspar de la Cruz
Doriam González Parral
Jorge Luis González Parral
Leonel Castro Abarca
Miguel Ángel Hernández Martínez
Carlos Iván Ramírez Villareal
Cirino Tejeda Meza
Magdaleno Rubén Lauro Villegas
José Luis Luna Torres
Rodrigo Morales García
Mauricio Ortega Valerio
Jorge Antonio Tizapa Legideño
Mario Torreblanca Flores
Jazziel Ramírez Sánchez
Antonio Santana Maestro
Julio César Velázquez Alonso
Marco Antonio Gómez Molina
César González Hernández
Saúl Bruno García
Benjamín Acergo Bautista




