Se van, lamentable e inevitablemente se van, uno a uno parten de este mundo al otro, a donde permaneceremos para siempre jóvenes, las grandes leyendas del rock, aquellos que hicieron de la música, particularmente del rock, una forma de vida, una manera de entender e interpretar esta sucesión más o menos lineal de acontecimientos que llamamos vida. Mira lo que son las cosas, distinguido invitado a ocupar un lugar en la mesa y degustar del Banquete de esta semana, hoy había considerado la posibilidad de platicar un poco acerca de algunos de los muertos del rock, presentarte una especie de panteón del rock en donde pudiéramos recordar aquellas leyendas que han sido verdaderos monstruos sagrados del rock, pero que por alguna extraña razón cuentan con menos reflectores que los gigantes que siempre recordamos, ya sabes a quienes me refiero: Jim Morrison, John Lennon, George Harrison, Elvis Presley, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Freddy Mercury, en fin, los indispensables, pero hay muchos grandes músicos dentro del rock que no son tan recordados en sus respectivos aniversarios luctuosos y es a ellos a quienes me gustaría recordar en el Banquete de esta semana, por ejemplo, Terry Kath, guitarrista de la banda Chicago, Gary Moore, ex guitarrista de Thin Lizzy, y con una carrera solista impresionante, y de este mismo grupo irlandés, al bajista Phil Lynott. A su alteza real Frank Zappa, uno de los músicos más revolucionarios en el contexto, tanto del rock como de la música de concierto. Buddy Holly, culpable directo de la existencia de The Beatles, o a Bon Scott, cantante original de AC/DC. En fin, comprenderás que la lista resulta inagotable para un sólo Banquete, así que había que hacer una buena selección sin ánimos de menospreciar el trabajo de nadie. Todo estaba más o menos bien planeado y estaba eligiendo a quiénes debería incluir en el menú de esta semana, pero ya ves…
Sí, la muerte del bajista de The Cream, Jack Bruce, me hizo cambiar los planes, y resulta evidente, ¿cómo pasar por alto el fallecimiento de unos de los músicos que más admiro dentro del rock? Vi la noticia en algún canal de televisión y fue como un golpe frontal, seco y sin misericordia, y lo de siempre, te cuesta trabajo captar la idea, hasta que poco a poco te va cayendo el veinte, y bueno, lo primero que hice fue sacar algunos de mis discos de The Cream y escuchar esas mismas canciones que he escuchado no sé cuántas veces anteriormente y que seguramente seguiré escuchando todo el tiempo que Dios me preste vida. Discos como “Disraeli Gears”, creo que ese es mi favorito, fue el segundo, fechado en 1967, el primero es “Fresh Cream” del ’66, ese mismo año en que The Doors también iniciaban su corto, pero abundante recorrido dentro del rock, el mismo año en que The Beatles sorprendieron a propios y extraños con su obra maestra “Revolver”. Después, en el ’68, ese mismo año en que el grupo de San Diego California, Iron Butterfly editó su monumental “In a Gadda da Vida”, apareció el disco “Wheels of Fire”, y el ciclo de The Cream, fugaz pero contundente, se cerró en 1969, se cerró con el álbum “Goodbye”, con una sesión del disco grabada en concierto en el Fórum de Los Angeles y el resto con algunas tomas en estudio.
La ruptura de The Cream tuvo que ver con la difícil relación que llevaban el baterista Ginger Baker y el bajista Jack Bruce, el guitarrista Eric Clapton se cansó de fungir como un punto de equilibrio, y este triángulo, que parecía perfecto y equilibrado, terminó por romperse. Una corta vida de The Cream, pero dejaron canciones que son indispensables en la historia del rock.
En el año 2005, el trío, con sus miembros originales, se reunió otra vez para una serie de presentaciones en dos de los más importantes foros internacionales, en el Royal Albert Hall de Londres y el Madison Square Garden de la ciudad de Nueva York. Lucían evidentemente más viejos, ya peinaban canas, pero la música sonaba igual, como si estuviéramos todavía en 1967 y el tiempo se hubiera detenido ahí, en los años en que “Strange Brew”, “White Room” y “Sunshine of your Love” saludaron a aquella generación que vio nacer algunas de las más grandes leyendas del rock.
No sé exactamente en donde ubicar a John Symon Asher Bruce, o simplemente Jack Bruce como bajista, sin duda es uno de los mejores en el rock, en su generación lo podemos poner en la élite de la ápoca, junto con John Entwistle, también fallecido, de The Who, o Noel Redding de The Jimi Hendrix Experience, entre muchos más, pero sin duda era uno de los referentes para cualquiera que aspirara a ser buen bajista. Roger Waters, bajista de Pink Floyd, a quien definitivamente no podemos considerarlo como un virtuoso del instrumento pero sí un indispensable entre los grandes bajistas, dijo de Jack Bruce: “Probablemente el bajista musicalmente más talentoso que haya existido”, y bueno, si lo dijo Waters, hay que creerle.
El bajista escocés Jack Bruce murió el pasado 25 de octubre en Suffolk, Inglaterra, víctima de un problema hepático, ya le había sido trasplantado ese órgano en el 2003. Pues sí, otro más de los inmortales del rock que muere, parece paradoja, pero no, su inmortalidad como gran protagonista del rock, está asegurada, nada lo podrá evitar. Así, uno a uno se están marchando al lugar en donde permaneceremos para siempre jóvenes. Y nosotros, simples melómanos, amantes del rock, ¿con qué nos vamos a quedar cuando el último de los grandes haya sido llamado a rendir cuentas al Creador?
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