Faltan pocos días para que termine esta tregua navideña, la temporada de gastar, regalar, desear felicidad y de recibir parabienes, así como uno que otro presentito, está por concluir; así que disfrutémosla al máximo y preparémonos para el regreso a la realidad, a la cruda realidad: a saldar las deudas contraídas en la temporada de las fiestas y a pagar los impuestos y permisos anuales para poder seguir con nuestras actividades productivas. Se avizora una cuesta, que al parecer no va a ser sólo de enero.
También para esa época que se avecina, posterior a los festejos, tengo un deseo que quiero externar y es el que nuestras calles vuelvan a ser, después de estos festejos, lo que deben ser: vías de comunicación; quiero que desaparezcan los puestos insalubres y peligrosos que con cables eléctricos, alambres, mangueras, sogas, etcétera se atraviesan a nuestro paso impidiendo el libre tránsito y poniéndonos en riesgo constante a todos los ciudadanos y ciudadanas que tenemos que pasar al dirigirnos a nuestros trabajos, a nuestras casas o a realizar diferentes actividades que implican un traslado. No debemos caer en el juego de creer que son personas con mucha necesidad las que tienen esos negocios, que en gran medida han dejado de ser ambulantes para convertirse en semifijos; la gran mayoría existen como pago de favores políticos que hacen los gobernantes en turno, que tienen considerables ganancias y que se van quedando “por derecho de antigüedad”, apoderándose de los espacios públicos, como un cáncer que se extiende por nuestra ciudad. Los espacios públicos deben ser para toda la comunidad y no para unos cuantos.
Es necesario poner orden en Aguascalientes, no es justo que en algunos lugares, que son cada vez más; niños, ancianos, mujeres embarazadas y hasta discapacitados tienen que circular por el arroyo de la calle por no haber la fluidez necesaria en las banquetas, es lógico que si más de la mitad del ancho de la banqueta está ocupado por un puesto, los clientes ocupan otro espacio y los transeúntes pasarán con dificultad aunque cuenten con habilidad y estén en pleno goce de salud.
Lo anterior no es privativo del comercio “ambulante”, algo similar ocurre con negocios establecidos que irresponsablemente exhiben sus mercancías ocupando gran parte de la banqueta.
Hago un llamado en primer lugar a todos esos comerciantes para que adquieran conciencia social y desempeñen sus labores sin perjudicar a otras personas y a la autoridad competente para que tenga claro que debe gobernar respetando a todos los ciudadanos y ciudadanas, y aprovecho para exhortar a la autoridad a no ceder a presiones o chantajes y mucho menos a caer en complicidades o corruptelas por el bien de todos. Es fácil vivir en armonía si cada quién hace lo que le corresponde y respeta el derecho de los demás.
¡Feliz año 2015!
Comentarios: oswaldordz2011@gmail.com




