Por Jesús Enrique Ramírez
El nuevo liberalismo económico, ese que despersonaliza y que no atiende a personas sino a números y que genera más pobres que en ninguna otra época de los modelos de producción en la historia de la humanidad, es el mismo que hoy muestra un oculto interés en continuar su tarea de desbastar a las instituciones nacionales mediante su privatización y dejar así en completa indefensión a millones y millones de mexicanas y mexicanos que hoy la única alternativa de la que disponen para atender su salud es el Instituto Mexicanos del Seguro Social (IMSS).
Desde hace varios años, esta grandiosa institución que en otra época fue como la joya de la Revolución, hoy se ha convertido en una moneda de cambio y pretende ser entregada a manos privadas, nacionales o extranjeras, para que sea el capital el que se apropie de un bien que pertenece a los trabajadores de México.
El IMSS es de los trabajadores de México y de sus familias; la clase trabajadora, con sus aportaciones, siempre desmedidas respecto de las hechas por los empresarios y el gobierno (cuando aporta quien no tiene nunca será equitativo respecto de quien aporta teniendo mucho) fueron forjando durante décadas esta gran institución que vive con medios artificiales y que muchos se frotan las manos preparando los santos oleos para despachar al IMSS a manos de los insaciables inversionistas.
¿De qué tamaño es actualmente el Instituto Mexicano del Seguro Social?
De acuerdo al último Informe Ejecutivo del IMSS 2013-2014, actualmente la institución posee tres mil 200 unidades de las cuales dos mil 279 están destinadas a los servicios médicos y el resto a actividades de prestaciones sociales, administrativas y de otra índole.
Existen mil 502 hospitales de primer nivel, es decir, unidades de medicina familiar y unidades auxiliares, que atienden el grueso de la demanda de atención del llamado primer nivel, orientada a la atención médica de primer contacto, a la prevención y atenciones hospitalarias en general.
Además, hay otros 264 hospitales de los cuales 116 son Hospitales Generales de Zona y 112 Hospitales Generales. Y en atención de tercer nivel existen 36 unidades de especialidades, esto es, 36 hospitales dedicados íntegramente a la atención médica de especialidad.
Dentro de los bienes del IMSS figuran también 448 unidades destinadas a la educación, entre las que se cuentan 428 bibliotecas, 13 centros de investigación, además de varias unidades de docencia.
Con esta infraestructura, el IMSS brinda, de forma limitada y en la mayoría de los casos insuficiente y deficiente, el servicio médico a 71.4 millones de mexicanos que representa algo así como el 60 por ciento de la población en el país.
El anuncio hecho por la Presidencia de la República en su estrategia -equivocada desde mi punto de vista- para ampliar la base tributaria echándole el lazo a los informales, se ha comprometido a brindar el Seguro Social a quienes decidan formalizar su actividad económica.
En principio la idea no es descabellada, sino que por el contrario, creo que esta nueva circunstancia, el acoger a los informales y sus familias con seguridad social y atención médica, nos llevaría a fortalecer verdaderamente y de una vez por todas el sistema de salud para los mexicanos.
Pero ¿qué encontramos en esta propuesta de incluir a los informales? En realidad lo único que encontramos es una alta dosis de populismo, porque revisando el Paquete Económico 2015, nos encontramos que por un lado aumentamos la carga en la atención médica con la eventual afiliación de informales, pero por el otro vemos un incremento al presupuesto que apenas representa el inflacionario y queda un remanente que no alcanza a cubrir ni las actuales necesidades ni las nuevas que se agreguen derivado de la propuesta presidencial para la institución.
El paquete económico 2015, que ya está ya en proceso legislativo a punto de ser aprobado en la parte de ingresos, resulta que el incremento al presupuesto al IMSS es por debajo del uno por ciento, esto es, apenas 20 mil millones de pesos más a lo ejercido este año y que en términos reales representa un aumento del 0.9 por ciento.
Este año el IMSS gastará un total de 479 mil millones de pesos y el gobierno de la República propuso ya al Congreso de la Unión en su paquete económico un gasto de 497 mil millones de pesos para el 2015.
Este aumento de presupuesto para el 2015 del IMSS será insuficiente para dar cabida a una eventual afiliación gratuita de millones de trabajadores que actualmente desarrollan actividades económicas en la informalidad.
Si consideramos que el empleo informal llegó al segundo trimestre del 2014 al 28.6 por ciento, esto es que 28 de cada 100 trabajadores en el país se desempeñan en el sector informal, el potencial aumento de las obligaciones del IMSS podría quebrar a esta institución, dejando sin servicios médicos a los mexicanos.
La población económicamente activa es de 52 millones 84 mil 225 trabajadores, y de ellos, 14 millones 896 mil están en la informalidad, lo que hace suponer el riesgo de una avalancha de nuevos asegurados, lo que metería en serios problemas a la institución.
Entonces, ¿qué busca el Gobierno Federal con todo esto?
Pretenden, seguramente, darle la puntilla al IMSS y justificar su privatización, dejando a millones y millones sin posibilidades de acceder a servicios de salud porque en manos privadas pudieran generarse condiciones de calidad pero no de cobertura y accesibilidad a las clases desprotegidas. En síntesis, sacaría del alcance de muchos mexicanos los servicios médicos de concretarse el proceso privatizador.
