Estimado lector, el día de hoy comentaremos la situación actual que tenemos en nuestro México, que peligra, desafortunadamente, y está a un paso de caer en el abismo si seguimos dejando las cosas como hasta ahora.
El pueblo mexicano, desencantado de 12 años de la alternancia del PAN, y viendo cómo la inseguridad cobró víctimas inocentes de forma importante, sobre todo al final del sexenio de Calderón, se volcó a las urnas por un regreso a las viejas formas. La añoranza a los tiempos en los que se sabía que existía la mafia mexicana (el narcotráfico), pero que había pacto de caballeros con el poder de la famosa frase “dejar hacer, dejar pasar”, hacían como que los perseguían y ellos hacían como que les daban golpes a su poder a través de decomisos. Y la población salía relativamente inerte a ese juego perverso. Al no darse los acuerdos con los gobiernos del PAN y romperse los pactos entre narcos, llegamos a una batalla intestina en donde los cárteles se luchaban el poder y las plazas de forma sangrienta y sobre todo, afectando la vida de los civiles de forma importante. Y se pensó que regresando al PRI de antes se podría volver a ese “status quo”, además de las campañas mercadológicas que vendieron de forma importante a Peña Nieto como si fuera un actor de telenovela renombrado, buscándole de hecho, una actriz como primera dama, la cual ha dado de qué hablar, desde la casa blanca hasta las joyas que usó en su visita al Reino Unido (parece que tenemos ese complejo tercermundista de querer competir lo que no podemos competir).
Lo que se le olvidó al pueblo, es que junto con ese “status quo” regresarían las marrullerías, cochineros y represión del viejo PRI.
Lo de la señora Aristegui, independientemente que significa un pleito entre dos entes económicos diferentes al gobierno, no deja de ser curioso que siendo designado el nuevo jefe de comunicación de la presidencia y que es emanado de MVS, viene esta actitud ante Aristegui y su alianza con México Leaks. En este sexenio ha habido más reporteros amenazados, muertos o desaparecidos que en los dos sexenios anteriores. A Manuel Buendía lo callaron las balas. A los nuevos periodistas, los críticos del sistema, los calla la complicidad de los dueños del cuarto poder. El caso de Aristegui, de Ferriz de Con, de Gutiérrez Vivó, de Rocha, de Ochoa y puedo continuar, no es más que el ejercer el poder y la coerción de modo que pierdan los espacios públicos y que no puedan ser escuchados, por no convenir a mis intereses. Existen cada vez menos espacios para la crítica al sistema, pero mientras tengamos los espacios, lo seguiremos haciendo, porque la libertad de expresión y de pensamiento es algo que nunca podrán quitarnos.
Así como ha regresado el estado represor a medios de comunicación, también tenemos el estado deudor, aquel que sabía gastar dinero, pero no administrarlo, aquel que nos dijo que teníamos que administrar la abundancia, que nos dijo que defendería el peso como un perro, y que no supo qué hacer ante la tragedia del temblor. También regresó ese PRI que no sabe cómo dejar de gastar, y al no tener los ingresos suficientes se endeuda (la deuda pública nacional se ha elevado de forma considerable de un 30% del PIB a más de 60%) y que ante un evento económico o social diferente NO SABE qué hacer. Y es así como el gobierno ha tardado en responder ante los embates de un mundo globalizado que afecta el tipo de cambio, que nos fue informando con tiempo que el petróleo bajaría de precio. ¿Y qué hizo nuestro flamante secretario de Hacienda? Nada, bueno, sí, buscar en el terrorismo fiscal una nueva forma de elevar los ingresos del país.
Regresó el PRI del dedazo, que impone a sus candidatos y que fue la perdición del mismo partido, aquel que no pone a sus mejores cuadros, sino aquellos que podrían hacerlo ganar y que busca por todos los medios el carro completo.
Regresó el PRI demagógico, el PRI que se pelea consigo mismo, que las facciones que lo integran buscan sobre todo el poder por el poder. El PRI que sojuzga a otros partidos y los hace sus comparsas.
Insisto, si ya nos equivocamos, no nos volvamos a equivocar, démosle en las próximas elecciones una desconocida a este partido para que cambie sus prácticas (si es que lo puede hacer) votando por otros partidos para que no tengan la mayoría en la Cámara de Diputados.
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