- Libreros y encargados de stands lamentan no llevar recuperado ni una tercera parte de la inversión
- Talleristas y Centro de Lectura argumentan una gran demanda de niños y jóvenes
Casi cien niños y jóvenes de primarias y secundarias asistieron ayer a la 47 Feria del Libro, como parte de las visitas guiadas que ofrece el programa; durante más de cuatro horas los asistentes fueron partícipes de talleres didácticos a cargo de mediadores de lectura del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes así como de servicios educativos de museos y galerías del Instituto Cultural.
Según encargados de algunos stands del segundo y tercer patio, mientras los fines de semana son los más concurridos para los libreros y editoriales, entre semana se convierte en zona desértica, “normalmente no tenemos gente en lunes pero los demás días sí, ahora no tenemos nada de nada, sólo los niños de las escuelas”, pero son públicos que escasamente llegan a comprar un libro y si lo hacen es de literatura comercial.
Aunque año con año crece la demanda de libreros, editoriales y comerciantes del área, la feria no ha tenido el “boom” que se esperaba, “no sé por qué no hay gente viendo libros ya ni siquiera que compren, que mínimo los vea y los cargue”, en estos tres días se percataron de la poca afluencia de personas que ya comúnmente visitaban la Casa de la Cultura.
Mientras los libretos, editoriales y comerciantes del área muestran su preocupación por no ir ni a la tercera parte de la recuperación de la inversión del espacio y viaje a la entidad; los talleristas subrayaron con emotividad el incremento de sus usuarios; por ejemplo el taller Alicia en el País de las Maravillas, un cuento que cumplió 150 años de haber sido publicado por primera ocasión y que concentra a muchas generaciones.
La encargada del espacio celebró la participación de estudiantes de todas las edades durante la semana, pues los fines son más utilizados por papás que acompañan a sus hijos, “es muy bonito ver que el papá viene y es parte de las actividades didácticas”, en esta carpa se platica primero un poco sobre la historia de Alicia, se leen algunos capítulos del cuento original para posteriormente organizar una actividad grupal con una duración de 50 minutos que comienza desde las 9:00 hasta las 16:00 horas. Todo el material que se les proporciona en las mesas para la creación de máscaras o dibujos/pinturas es gratuito.
En la Plaza de las Artes (último patio de la Casa de la Cultura) se llevan a cabo los espectáculos para los estudiantes a cargo de la compañía Sueño Azul. que pertenece al programa Alas y Raíces, a los niños y jóvenes después de una horas se les lleva a otros talleres de títeres o recorrido a toda la feria.
Los libreros y encargados de los stands/editoriales insistieron en que se necesita hacer una nueva estrategia para lograr que la feria tenga mayor impacto de compra, pues además del fomento a la lectura mediante actividades didácticas, la derrama económica es otro de los objetivos de este evento anual.
El Centro de Lectura Conaculta también es otro de los espacios con gran afluencia de niños y estudiantes jóvenes, lo cual sorprendió al coordinador y talleristas, “es padre, primero llegan por curiosidad pero luego investigan qué acervo hay y se quedan un buen tiempo”, se indicó que los niños se interesan más por las tabletas que por los libros en físico, mientras que los adolescentes y universitarios han preferido cargar el libro en sus manos y hojearlo sentados en los sillones.




