“It was twenty years ago today, Sgt. Pepper taught the Band to play…”, reza la frase inicial del disco Sgt. Pepper’s de The Beatles publicado en junio de 1967. Esto que te quiero contar ahora sucedió, no hace 20 años, fue hace 50 años, cualquier cosa, ¿no te parece?
Esto sucedió en 1965, hace cincuenta años en la localidad de Palo Alto, al norte del estado de California, muy cerca de la Universidad de Stanford y próximo al área de la bahía de San Francisco. Aquella banda de rock, todavía insípida y llena de juventud, decidieron hacerse llamar The Warlocks, o Los Brujos, pero sucede que bajo ese nombre ya había otro grupo que también empezaba a buscar su camino e identidad en el competido y muy frecuentemente ingrato mundo del rock, ese otro nombre que también circulaba con el nombre de The Warlocks, más tarde cambiaron de nombre y se hicieron llamar, seguramente bajo la tutela del artista plástico Andy Warhol, Velvet Underground, ¿te suena? Pues bien, el asunto es que aquellos brujos decidieron llamarse Grateful Dead, el Muerto Agradecido, ¿por qué ese nombre?, no lo sé, al parecer, fue elegido aleatoriamente al abrir un diccionario. Según el testimonio de Phil Lesh, bajista del grupo, en alguna ocasión, Jerry García, uno de los pilares de este legendario grupo, hojeando distraídamente un diccionario del idioma inglés, al parecer el British World Language Dictionary, dijo: “Hey!, ¿qué tal Grateful Dead?”, y fue así como se empezó a escribir la leyenda.
Te diré algo, amigo invitado a la mesa para degustar este banquete, estaba tu servidor buscando un pretexto para dedicar este banquete al Muerto Agradecido, algo que reforzara el hecho, ya de por sí justificado, de hablar de ellos en vísperas del Día de Muertos, y repasando su biografía, me di cuenta de que en este 2015 se cumplen 50 años de la fundación de esta inmensa institución musical, motivo suficiente ocuparme de ellos en esta ocasión.
Salvo tu mejor opinión, me atrevo a asegurar que ningún otro grupo de esa mágica generación del Peace And Love vivió con tanta fidelidad e intensidad el verdadero espíritu del movimiento hippie, esto es, no sólo por trasladarse desde Palo Alto, California, al Haight Ashbury en San Francisco, en donde todo estaba sucediendo, sino por la forma en que llevaban su existencia, vivían todos ellos en comunidad de acuerdo a las reglas no escritas del hippismo y nadie como ellos para ser verdaderos embajadores del movimiento. Junto a ellos estaban otros grandes representantes de esta misma generación, como Jefferson Airplane, Carlos Santana o la Big Brother & the Holding Company, el grupo de apoyo de Janis Joplin, que motivada por este mismo movimiento, no tardó en trasladarse de su natal Port Arthur, Texas, al área de la bahía de San Francisco, ahí estaba el epicentro generacional que motivó aquel himno cantado por Scott McKenzie y compuesto por John Phillips de Mamas & the Papas: San Francisco (be sure to wear some flowers in your hair), la magia estaba ahí y sería ahí en donde se escribiría la historia.
Pero volvamos a Grateful Dead, es grupo tiene muy buenos discos en estudio, sin duda, como aquel llamado Blues for Allah, ¿te acuerdas?, discazo, imprescindible en la fonoteca de cualquiera que se precie de ser un amante y conocedor del rock. Pero el mayor mérito del Muerto Agradecido no lo encontramos en el estudio de grabación, este sitio resultaba demasiado frío e impersonal, su verdadero potencial nos lo enseñaron en sus múltiples e inagotables presentaciones en concierto en donde sus improvisaciones, sin duda, su principal fortaleza, alcanzaban niveles de verdadero idilio.
No sé cuántos discos se cuenten en su fonoteca grabados en concierto, son muchos, casi como las estrellas del cielo y no conozco a nadie que felizmente se pueda preciar de tenerlos todos, ni siquiera mi buen amigo, David García (qepd), que era, con toda seguridad, el más grande seguidor del Dead, como lo conocen sus verdaderos fanáticos, en esta ciudad. Tampoco creo que los tenga todos Jonathan Wilson, principal de la sección de cornos de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes y que es un auténtico apasionado de la música del Dead, simplemente no es posible que alguien los tenga todos, simplemente por el hecho de que por aquí y por allá siguen saliendo grabaciones en concierto, algunas oficiales, muchas más de las llamadas bootleg, pero finalmente, todas originales.
Definitivamente, Grateful Dead no tiene el mismo número de seguidores que tienen, por ejemplo, The Beatles, Creedence, Bob Dylan, The Doors, Rolling Stones, Janis Joplin, Jimi Hendrix o The Who, pero si me atrevo a asegurar que los del Dead son los más fieles y apasionados de todos, se hacen llamar the Dead Heads, o las cabezas muertas.
Después de la muerte de Jerry García, el 9 de agosto de 1995, los miembros restantes de Grateful Dead anuncian la disolución del grupo, su último concierto se celebró el 9 de julio de 1995, justamente un mes antes de la muerte de Jerry García en el Soldier Field, casa de los Osos de Chicago en la NFL, para conmemorar los 50 años de la fundación de The Dead y los 20 años de su último concierto, algunos de los miembros originales el grupo han anunciado una serie de conciertos en este mismo escenario, el Campo del Soldado de la ciudad de Chicago, ahora sí, como dijeran los Beatles en su inmortal Sargento Pimienta: “Esto sucedió hace 20 años…”
