- Rebeca Padilla de la Torre impartió la conferencia Ángeles y demonios en la red, en la Universidad Autónoma
- Educar antes que prohibir es la respuesta a las problemáticas que se presentan en internet.
Para legislar en el uso del internet es necesario partir de una base científica. Es necesario estudiar su impacto en la sociedad, pues leyes sustentadas en el prohibicionismo desencadenarían una respuesta contraproducente, especialmente en los jóvenes, consideró Rebeca Padilla de la Torre, investigadora de Comunicación de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA).
Cuestionada sobre la iniciativa de Ley para Prevenir y Sancionar los Delitos Informáticos, presentada por el senador Omar Fayad Menses, la catedrática anotó que intentos de normar las tecnologías de comunicación no son inéditos en nuestro país, pero si lo que se persigue es erradicar la violencia que se manifiesta a través de estas, es necesario tener presente que forma parte de un problema más complejo.
La violencia es un fenómeno estructural que continuaría aún poniendo fin a las redes sociales: “es lamentable que el legislador no se informe y que con todos los asesores que puede pagar, no se rodee del conocimiento necesario para proponer una iniciativa de ley pertinente”.
El internet forma parte de las nuevas generaciones, inhibir su uso desincorporaría a niños y jóvenes de una dinámica social que se ha ido arraigando con el paso del tiempo. Más que negarles el acceso a la conexión digital, es necesario fomentar la construcción de un criterio para elegir lo que es bueno para ellos.
“Es una tarea del área educativa, así como se forma para saber leer, sumar y multiplicar, también debería haber clases sobre la relación de las personas con lo mediático, trasladar el sentido común, la sabiduría de vida al ámbito de la tecnología para que exista un equilibrio sano”.
Previo a su ponencia, Ángeles y demonios en la red, enmarcada en la octava Semana de la Divulgación Científica, Padilla de la Torre aclaró que aunque muchos se preguntan si las redes sociales son un demonio que llega a pervertir a niños y jóvenes, o por el contrario un ángel que les va facilitará la vida; pero la realidad es que esta herramienta es neutral por sí misma y son las decisiones de cada individuo las que definen el alcance de su utilización: “la solución no es quitarles el celular de la mano sino enseñarlos a interactuar de manera inteligente, crítica y analítica”.
Informó que de acuerdo a un estudio consistente en 800 encuestas aplicadas a personas de 18 a 29 años de todos los municipios, así como el seguimiento de varios jóvenes para conocer su relación con la tecnología, permitió conocer que las redes sociales en la red son prácticamente iguales a las presenciales, lo único que cambia es que se están haciendo más cercanas en comparación a cuando no existía esa posibilidad.
Por otro lado, destacó que los jóvenes son muy activos en la política gracias a la red en comparación con sus antecesores, sin embargo, el trato directo con actores u organizaciones de la sociedad civil es prácticamente nulo, a pesar de que estén informados y conscientes de lo que sucede en el ámbito público.
Reconoció que los sitios como Facebook, Twitter e Instagram pueden representar un riesgo por la adicción al juego y a la interacción con desconocidos, sin embargo, esto sólo puede prevenirse mediante la formación de un pensamiento autocrítico.




