Por Ricardo Rodríguez Vargas
El gran economista inglés Alfred Marshall describió la economía no como un cuerpo de la verdad concreta. sino el instrumento para descubrir la verdad concreta. Y justamente el descubrir esa verdad en algunos casos a medias, con menor o mayor precisión ha llevado a los economistas a buscar caminos alternos que van más allá de la oferta y la demanda con el objetivo de entender las decisiones y el comportamiento de los individuos en materia económica. Sin duda, la teoría de juegos representa uno de ellos, al final del día la teoría de juegos nos demuestra que el buscar el bien en lo individual no necesariamente llevará al bien común. Otro aspecto importante lo representan los incentivos y es justamente el diseño adecuado de éstos lo que puede hacer funcionar de forma correcta el sistema económico.
La teoría económica parte justamente que los individuos somos racionales y esto se encuentra en el corazón de la economía clásica, sin embargo, si no fuéramos racionales y algunos de sus principales supuestos no se aplicarán a que nos llevaría esto. Sobre todo por las limitaciones en las habilidades cognitivas y la fuerza de voluntad de los seres humanos, incluso ciertas cosas que la mente y el corazón de las personas no pueden explicar ni entender.
De ahí que surgen las interacciones entre la economía y la psicología sobre todo impulsada por Daniel Kahneman y Amos Tversky. Hoy, parte su trabajo son los fundamentos de lo que se conoce como la teoría del comportamiento económico que es básicamente incorporar a la economía tradicional los conocimientos e ideas de los psicólogos sobre el comportamiento humano.
La idea básica es que hay cosas que a simple vista parecen cuestiones triviales, pero que no lo son en sí, en ocasiones un pequeño empujón pueden cambiar la historia de la novela económica. Por ejemplo, si en las cartas que envía una oficina de recaudación de impuesto se incluyera un mapa que orientara al contribuyente sobre la localización de la oficina de pagos, es muy probable que se elevara la recaudación de esta oficina. Así, un simple mapa podría más que la coerción para pagar impuesto.
Otro aspecto importante de la teoría convencional es que el mercado es el mecanismo más eficiente para asignar los recursos escasos. Sin embargo, a lo largo de la historia económica se han dado transacciones repugnantes y su importancia para los economistas estriba en que con frecuencia éstas constituyen restricciones reales para los mercados. Ejemplos de ellos, son la venta de cadáveres, la venta de esposas en la era georgiana en Inglaterra, venta de órganos, etc.
Incluso la compra de un seguro de vida no estaría exento de cierta polémica, en la carta de una baraja sobre seguros de vida se mencionaba la siguiente leyenda: Vengan generosos esposos con sus esposas. Aseguren sus vidas precarias, y tengan la seguridad de que cuando estén muertos y podridos y nadie los recuerde, sus esposas serán ricas.
En Francia en 1991 se prohibió el lanzamiento de enanos con el argumento de que se ofendía la dignidad humana. Un enano francés pidió que se anularan las prohibiciones, argumentando que se estaba violando de manera discriminatoria su derecho al empleo.
Finalmente, el tema de persuasión ocupa un lugar importante en el efecto de la psicología sobre la economía, en ocasiones el orden y las palabras que se utilizan para solicitar algo determinan el éxito de conseguirlo, por ejemplo si a la solicitud verbal le agregamos él porque la tasa de efectividad sería mayor.
Cabe señalar que el que el problema de la persuasión constituye un reto importante para la Psicología y Economía. La economía supone que la gente ve datos objetivos que no siempre interpreta correctamente, la persuasión muestra una decisión del persuasor de que datos presentar y de qué manera. Es decir, persuadir es al final del día manipular explotando las limitaciones psicológicas de las personas.
Este campo está sujeto a un refinamiento por parte de los psicólogos y economistas, tratando de entender la lógica de nuestro comportamiento y decisiones más allá de lo usual. Esperemos que algún día nos ayuden a entender mejor lo complejo de las relaciones humanas, e incluso lo atroz de las pasiones por la irracionalidad.




