De acuerdo a los erráticos datos que proporciona la administración estatal para el Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario Estatales del INEGI, a finales de 2014, los cuatro centros penitenciarios de Aguascalientes contaban con una capacidad instalada de 1,480 camas útiles, para alojar a las personas recluidas, 768 para población sentenciada y 712 para población en proceso (personas que se encontraba en proceso de recibir sentencia de primera instancia, incluyendo los espacios para la población que se encontraba pendiente de ser puesta a disposición del juez).
En una nota elaborada por Mónica Cerbón, se informó acerca de la adecuación de dos módulos en los que habría espacio para 500 internos más del Cereso para hombres, según el titular de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, Eduardo Bahena Pineda, la nueva infraestructura fue ocupada el 12 de enero, pero debido de “vicios ocultos” se tuvo que desocupar. En contra de los que señalan los informes oficiales y las propias declaraciones del presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Jesús Eduardo Martín Jáuregui, quien denunció la presencia de 18 reos en una sola celda y con un solo baño, Bahena Pineda considera que se han realizado las adecuaciones necesarias para adaptarse a las exigencias.
El responsable de Seguridad Pública estatal, al referirse al Centro de Readaptación Social de Aguascalientes, indicó que por su antigüedad se ha visto rebasado tanto en instalaciones como en capacidad, pero no considera que se corra ningún riesgo: “con los dos nuevos módulos despresurizamos el penal, no es un centro de entretenimiento ni de diversión pero sí es un centro de reinserción con todas las condiciones para darle calidad de vida al interno y un nivel moral muy superior a otros penales que son muy criticados”.




