Estimado lector, con las abundantes notas sobre la visita del papa Francisco en todos los medios, y con el mensaje visto y analizado por diversos analistas desde la derecha y la izquierda, esperando que el mensaje no caiga en oídos sordos o en corazones vacíos, vamos a hablar de algo que ocurrió en Davos, Suiza, a finales de enero; la reunión del Foro Económico Mundial, un evento que en tiempos pasados marcaba la tendencia del año en cuestión y hacia dónde el mundo económico y financiero podría dirigirse. Cada vez ha caído en el olvido, pero en esta ocasión se presentó un estudio del mismo Fondo Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), que se llama The future of Jobs. Employment, skills and workforce for the Fourth Industrial Revolution (El futuro del trabajo. Empleo, habilidades y fuerza laboral para la cuarta revolución industrial).
Ya estamos hablando entonces de la cuarta revolución industrial. ¿Dónde quedaron las otras tres, en dónde me perdí? Hacemos un breve recuento de las revoluciones industriales. La primera revolución industrial fue la que hizo posible las comunicaciones más cercanas gracias a la máquina de vapor, en esta revolución industrial, los grandes emporios eran los ferrocarriles, el correo especializado, y todo aquello que acortara las distancias. Después, viene otra revolución industrial, a través de la producción en línea y los procesos estandarizados en la industria, alrededor de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, y los grandes emporios de esa revolución son las armadoras automotrices como General Motors, Ford, Chrysler y muchas otras que pusieron un énfasis en la automatización de los procesos y estandarización de la calidad. La tercera revolución industrial comenzó a finales de la década de los sesenta del siglo pasado, y fue la revolución del procesamiento de la información, de las computadoras, de la hipercomunicación y de la velocidad por sobre todo en la producción. Las grandes empresas ganadoras fueron entonces Microsoft, Hewlett Packard, Motorola, Qualcomm y muchas otras, algunas de las cuales ya desaparecieron, otras, que siguen siendo las más grandes del mundo en capitalización como Google y Apple.
Y ahora nos estamos enfrentando a la cuarta revolución industrial. El reporte indica varias características de esta revolución, entre las que encontramos:
- Ya vigentes:
- Aumento de la volatilidad geopolítica.
- Tecnología de la “nube” e internet móvil.
- Avances en el poder del cómputo y del big data.
- Plataformas de usuario a usuario, la economía compartida y el crowdsourcing.
- El incremento de la clase media en muchos de los mercados emergentes.
- La fuerza de los jóvenes en los mercados emergentes.
- Urbanización rápida.
- Cambios en los ambientes laborales y trabajo flexible.
- Cambio climático, restricciones de recursos naturales y la transición a una economía más verde.
- Por ocurrir entre 2015 y 2020:
- Proveedores de nuevas energías y tecnologías.
- El internet de las cosas.
- Manufactura avanzada y la impresión en 3D.
- Sociedades más longevas y de adultos mayores.
- Preocupación del consumidor por asuntos éticos y de privacidad.
- Aspiraciones de las mujeres por poder económico y mayor rol de decisión en la sociedad.
- Robótica avanzada y transporte autónomo.
- Inteligencia artificial y las máquinas que autoaprenden.
- Materiales avanzados, biotecnología y genética.
Esto es parte de lo que cambiará de manera radical la forma de hacer negocios en el mundo. Tan la cambiará que se está previendo, según este estudio, que a nivel mundial se perderán 7.1 millones de empleos, cuando sólo se podrán ofertar dos millones de empleos, esto sólo debido a la cuarta revolución industrial.
Los empleos que se perderán son:
- Administrativos y de oficina, 4,759 millones de empleos.
- Manufactura y producción, 1,609 millones de empleos.
- Construcción y extracción, 497 millones de empleos.
- Arte, diseño, entretenimiento, deportes, 151 millones de empleos.
Estos empleos se perderán principalmente debido a que muchas de esas tareas, que se realizan actualmente por humanos, serán sustituidas por máquinas, más eficientes, y con costos de realización de las actividades mínimos. Por otro lado, los empleos que se generarán serán principalmente en las áreas de:
- Operaciones de finanzas y de negocios, 492,000 empleos.
- Dirección, 416,000 empleos.
- Computación y matemáticas avanzadas, 405,000 empleos.
- Arquitectura e ingeniería, 339,000 empleos.
- Venta especializada, 303,000 empleos.
Esto lleva a modificar las habilidades, las competencias y todo lo que tiene que ver con la nueva fuerza laboral. Tenemos entonces que reinventarnos, aprender cosas nuevas y adaptarnos a este entorno, que cambiará en menos de lo que pensamos. La primera revolución industrial duró cerca de 80 años, la segunda, cerca de 60 años, la tercera, apenas 40 años, tengan por seguro que a ese ritmo dentro de veinte años hablaremos de la quinta revolución industrial. La semana siguiente diremos cuáles son las habilidades necesarias para esta revolución industrial.




