- Entrevista a William C. Gordon, autor de la saga protagonizada por el periodista Samuel Hamilton
- Su más reciente novela, Vidas rotas, tiene como escenario de nueva cuenta a la ciudad de San Francisco en los años 60 del siglo pasado
El cadáver acribillado de un hombre sin identificar es el motivo perfecto para unir de nueva cuenta al periodista Samuel Hamilton y al detective de la policía de la ciudad de San Francisco Bruno Bernardi, quienes intentarán descifrar el asesinato de Mustafá, un activista por la causa de la independencia de Palestina, quien además se dedica a la venta de armas para lograr su objetivo político. Los dos investigadores se enfrentarán así a un crimen que los trasciende, un crimen con implicaciones políticas internacionales y en el que los organismos de seguridad nacionales (CIA y FBI) los dejarán solos para que hagan el trabajo sucio que ellos no quieren hacer.
La más reciente novela del escritor y abogado norteamericano William C. Gordon, Vidas rotas (De Bolsillo), retoma los personajes centrales de su saga, protagonizada por el periodista Samuel Hamilton, quien se vuelve a asociar con el detective Bruno Bernardi para investigar este asesinato cuyas pistas se multiplican, ya que como nos dice el autor: “Hay más de un motivo para asesinar a un hombre”.
La novela, que forma parte de la saga del periodista Samuel Hamilton, entre las que se encuentran novelas como El enano, El rey de los bajos fondos y Duelo en ChinaTown, tiene como escenario de nueva cuenta a la ciudad de San Francisco en los años 60 del siglo pasado, etapa en donde la ciudad estaba dejando atrás un pasado conservador, en donde los inmigrantes italianos tenían preponderancia, para convertirse en una de las urbes más cosmopolitas de la costa oeste norteamericana, con una fuerte presencia de inmigrantes chinos y latinoamericanos. Novelas policiacas de viejo cuño, en el que sin embargo el investigador es un periodista asociado con un policía y con Melba, la dueña de un bar antiguo en los barrios altos que sin embargo conoce como pocas todos los tejemanejes sucios de la ciudad.
Javier Moro Hernández (JMH): Resulta extraño ver una relación entre un periodista y un policía que trabajan juntos para resolver un crimen, por lo regular se llevan muy mal entre ellos.
William C. Gordon (WCG): Quería que la investigación la hiciera un tipo normal, no un detective normal de novela negra, que por lo regular son muy machos, entonces necesitaba que el personaje principal trabajara para resolver el crimen pero con la ayuda de los otros personajes. Este libro, Vidas rotas, forma parte de una serie de novelas, entonces lo que vemos en libros anteriores es que el policía Bernardi y el periodista Samuel Hamilton ya se conocen de tiempo atrás, se buscan para trabajar en este nuevo caso pero ya tienen un pasado, ya se conocen y pueden trabajar acá de nueva cuenta.
JMH: La creación de sagas, de investigaciones que se entrecruzan en varios libros, es una de las posibilidades más interesante de la novela negra.
WCG: Decía Tom Wolfe, no importa cuántos libros escribes porque en realidad siempre estás escribiendo la misma historia, entonces yo quería concentrar la historia de Samuel Hamilton, quería desarrollarlo pero junto con el resto de los personajes, Bernardi es uno de ellos, con el que además siempre tienen diferencias de opiniones, de ideas sobre quién es el culpable, en todos los libros de esta saga han tenido este conflicto, piensan diferente sobre quién es el culpable, es un juego que desarrolla la posibilidad de saber quiénes son los culpables en las diferentes novelas. Ya tengo seis libros con Samuel Huntington como protagonista, lo cual me permite ir contando historias que se extienden en el tiempo, más largas, y la gente que ha leído estos libros, que ha seguido la saga, ya lo entiende mucho mejor
JMH: En este juego, como mencionas, también aparece Melba, la dueña del bar, que juega un papel en el descubrimiento de las pistas junto con Hamilton y Bernardi.
WCG: Melba es la figura madre alrededor de la cual se reúnen todos los demás, de hecho tiene su mesa redonda y su perro se llama Excalibur, es una imagen simbólica por supuesto, que además funciona como una mujer poderosa que conoce todo lo que sucede en los bajos fondos de San Francisco, conoce a todo el mundo, a todos los poderosos de la ciudad, que a pesar de ser una ciudad muy grande y en crecimiento, porque la novela está ambientada en los años 50 del siglo pasado, son pocos los que de verdad tienen poder, y Melba los conoce a todos, entonces sí les resulta de mucha ayuda a Hamilton y a Bernardi para resolver el asesinato de Mustafá, porque ella conoce a quien mueve los hilos en la ciudad, tiene más experiencia que ellos y además tiene una visión general de lo que sucede en la ciudad y en cuanto le cuentan lo del asesinato, les dice que están metidos en un verdadero problema.
JMH: San Francisco es un escenario muy interesante para esta novela que recreas durante los años 60 del siglo pasado.
WCG: Viví muy cerca de San Francisco durante muchos años, y la ciudad es una mezcla de razas, de idiomas, de costumbres, es una ciudad cosmopolita, pero existen responsables de esta situación, algo de lo que hablo en alguno de mis otros libros, porque durante los años 20 del siglo pasado la ciudad era muy católica, muy conservadora, pero cambió con la migración china, pero antes de que fuera una ciudad tan tolerante como la conocemos ahora, era una ciudad conservadora donde un chino no podía pasar por el barrio italiano porque lo golpeaban y viceversa, pero ya para los años 60 las cosas cambiaron, los italianos se movieron de la ciudad, los chinos se liberaron de las fronteras del Chinatown, entonces ahora la ciudad es muy diferente, entonces toda esta gente que ha llegado de todas partes del mundo enriquecieron a la ciudad. Un poco en la novela trato de hablar de las tensiones raciales y políticas que aún existían en esa época, la política aún era muy conservadores y dominada por los blancos, eso lo retrato un poco en el libro, así San Francisco termina siendo un personaje más de la novela.
JMH: La ciudad es esencial para el desarrollo de la novela, que sin embargo tiene un proceso que se desarrolla a nivel mundial, ya que Mustafá, el personaje asesinado al principio de la novela, es un traficante de armas palestino, lo que le da a la novela tintes de trama internacional.
WCG: Cuando era joven pude dar una vuelta por el mundo y tuve la oportunidad de conocer el conflicto israelí-palestino en 1960 y me di cuenta de que el conflicto era muy importante, y en esos años leí un artículo en el New York Times que decía que la guerra está controlada por los muertos y no por los vivos, ya que la idea de la venganza está en la trama de este conflicto, la idea de que la “causa” es lo más importante, pero el tiempo pasa y el conflicto no se acaba y resulta que ya nadie sabe cuál es esa causa que lo empezó todo, y podemos retraernos a la historia y ver lo que ha pasado en la Segunda Guerra Mundial, pero después podemos ver qué ha pasado entre Israel y Palestina, y vemos que la historia de verdad puede ser cíclica, porque ahora somos testigos de lo que pasa en Palestina y cómo trata el gobierno de Israel a los palestinos. Cuando empecé a escribir este libro algunos amigos me decían que yo no podía escribir una historia de un traficante de armas palestino que busca la libertad de su país porque nunca más me iban a invitar a comer en Jerusalén, pero a mí no me importa que la gente se enoje porque hablo de los abusos que comenten unas personas sobre otros, ya no me interesa ir a un lugar donde se ven estos abusos. La cosa es que es imposible no ver lo que está pasando en ese conflicto y no ponerse triste, pero también un amigo me decía que no debería escribir sobre este conflicto porque es algo que en algún momento se va a terminar, a lo que le contesté que no se preocupara porque esa paz no iba a suceder en nuestra vida.
JMH: Hamilton dice en algún momento que la CIA y el FBI los pusieron a hacer el trabajo sucio para identificar al asesino de Mustafá.
WCG: Ellos tienen que solucionar el problema por otras vías, porque hay todo un manejo oscuro ahí que deja a Hamilton y a Bernardi solos en medio de un problema más grande que ellos, un problema de niveles internacionales que no es fácil poderlo solucionar. Sí, los dejan solos y con pocas posibilidades para solucionar el problema, pero ellos lo logran, a través de otras vías y con otros métodos, porque además el vendedor de armas tiene muchos enemigos, mucha gente lo quiere muerto, lo cual también dificulta saber quién lo mató, pero como dicen por ahí, uno nunca debe matar al mensajero y mucho menos si este mensajero trae las armas, le puedes perdonar que te quede mal en una entrega pero no lo puedes matar porque te quedas sin armas, entonces así Hamilton y Bernardi van descubriendo poco a poco quién fue el asesino.
JMH: Estos conflictos de los que nos hablas en la novela, conflicto israelí-palestino, las guerras en oriente medio, son conflictos que siguen vigentes en el mundo actual.
WCG: Son conflictos de siglos, porque después de la Primera Guerra Mundial los ingleses y los franceses en su soberbia crearon países ficticios, crearon un mapa con países que no estaban ahí, no existían antes: Siria, Irak, Irán, son pueblos con mucha historia pero que no corresponden a lo que los países occidentales y no pensaron en los problemas que se iban a venir por el petróleo, además crearon países con sistemas políticos que no corresponden a las tradiciones políticas de esos pueblos, entonces todas estas cosas son la historia de la humanidad desde hace milenios, y nosotros que somos escritores sólo podemos contar estas historias, no podemos hacer propaganda por uno u otro pueblo, yo sólo puedo contar las historias.
JMH: Las vidas rotas son estas vidas cortadas por la política, por ejemplo el personaje de Sarah que es una chica judía que es llevada cuando es muy pequeña a Israel donde se convierte en agente del servicio secreto, o el mismo Mustafá que se termina convirtiendo en traficante de armas para apoyar a la causa de su pueblo, son vidas cortadas por la política y las guerras.
WCG: Claro, porque ellos en realidad se querían desde pequeños, la cosa personal, las cuestiones personales son siempre más fuertes que la política y las guerras, son conflictos que siempre han estado presentes. Pero el asesino de esta novela tiene una razón política y no debería estar aquí, pero el gobierno de Estados Unidos lo deja entrar para cometer estos asesinatos, esta es una novela negra en donde la cuestión política tiene una importancia que no tiene en las novelas anteriores de este ciclo. En esta novela yo quería escribir una historia de amor de mi primera novela que nunca fue publicada, pero de la que he tomado muchas historias de ese libro para poner en mis otros libros, incluso en el libro El enano y El Rey de los bajos fondos, pero en ninguno de esos libros tocaba yo esa historia de amor, hasta ahora, pero mi esposa me dijo que la historia de amor no se podía contar sola, sería muy aburrida, necesitaba el crimen para darle el contexto necesario a esa historia y para que la gente se interesara por una historia como ésta, pero la verdad es que tampoco puede decir que sea una historia de amor, porque en realidad es una historia de pérdidas.