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viernes, diciembre 5, 2025

El triunfo / Memoria de espejos rotos

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I don’t need to fight

to prove I’m right,

I don’t need to be forgiven.

Baba O’Riley – The Who.

 

Esta es mi última participación en las páginas de La Jornada Aguascalientes, antes de esa tregua llamada “veda electoral”. La siguiente colaboración que mande, para ser publicada el jueves 3 de junio (justo antes de las elecciones locales) hablará de otras cosas. Por ahora, me gustaría utilizar el espacio que tan generosamente me ofrece el periódico para hacer un pronunciamiento en lo que al proselitismo de las últimas ocho semanas se refiere. Intentaré ser puntual, ya que el ciudadano promedio se ha saturado de los rostros de los candidatos, de sus nombres, de sus ataques; no así de sus propuestas que generalmente han sido -en el mejor de los casos- menguadas, cuando no ausentes; tanto para la gubernatura como para la alcaldía capital. De los candidatos y candidatas a la legislatura, ni hablamos, porque sus campañas no han ofrecido mucho contenido. Ofrezco lo siguiente, más que como un panegírico, como un aporte al ejercicio reflexivo del sufragio, y como un anhelo de que la contienda partidista no se ciña solo al duopolio de fuerzas, que son las que más han abonado a la campaña negra.

Antes de seguir, debo anotar que he sido docente de varias generaciones de polítólogos, que en mi carrera profesional he trabajado en la administración pública con varios partidos, y que a casi todas las fuerzas políticas les he colaborado en distintos proyectos. Por ello, en casi todos los equipos de campaña para la actual contienda he encontrado a varios de mis exalumnos, colegas, amigos míos. Hago la nota porque no pretendo que lo siguiente se preste al juego de las filias y las fobias políticas o personales, sino a los más serios intereses sobre el desarrollo de nuestra colectividad.

Dicho esto, cabe preguntar: ¿Qué ha habido en estas ocho semanas de campaña? Mucho de todo, pero poco de lo necesario. Y lo necesario es, dicho sin tapujos, una agenda social, un statement sobre temas a discutir públicamente, un diálogo abierto, franco y democrático. Posturas ideológicas habrá tantas como maneras de entender el poder y la política, pero particularmente veo urgente acercarnos a la izquierda. Sin embargo, hablar de una izquierda partidista en Aguascalientes podría levantar suspicacia, cuando no escepticismo. De los tres partidos que se asumen -al menos nominalmente- de izquierda, uno (el PT) apenas salvó el registro con el milagro del voto nulo y, en la alianza que participa, demuestra que su prioridad por ahora es la supervivencia y no la ideología. Otro, Morena, reproduce la democracia de Stalin, y no ha podido posicionarse en el ala progresista sobre temas como el matrimonio igualitario, la adopción homoparental, la despenalización del aborto, etcétera. El tercero, el PRD -luego de no consolidar una alianza con el PAN- ha corrido el riesgo de jugar con lo que tenía a la mano, aunque eso le implicara su propia reinvención; apostó por la inteligencia, y en esa apuesta –independientemente del resultado numérico- ya ganó, porque supo influir en la vida pública con argumentos, sin ataques, y con cabal conocimiento de la realidad social; pero luego de este triunfo en la agenda pública tendrá que lograr otro triunfo aún más importante: el de no retroceder sobre sí mismo.

La agenda pública que el PRD supo incluir en la discusión política de las campañas en este proceso electoral es, evidentemente, una agenda de izquierda, progresista, pero ¿por qué es necesaria una agenda social y política de izquierda en Aguascalientes? Simplemente porque las cosas no van tan bien como se presume, porque la desigualdad es moneda corriente, porque las a las clases vulneradas se les está condenando al atraso y a la marginación, porque la clase media está adelgazándose gravemente, porque la clase más favorecida económicamente debe entender su responsabilidad en el desarrollo colectivo. ¿Suena esto a lucha de clases? Es posible, pero no peligroso. Hay más peligro entrañado en el hecho de no poseer ideas claras de gobierno, ni de acción pública para abatir la desigualdad. Hay más peligro en no ver la responsabilidad de la clase política para impulsar y garantizar los derechos humanos y las libertades civiles. Hay más peligro en que los candidatos quieran congraciarse con el obispo o con los fieles laicos, en no tener ni remota idea de la lucha por la equidad de género, por la inclusión y la diversidad. Hay mucho más peligro en campañas impulsadas por consorcios de medios de comunicación que actúan como proxenetas del espectro mediático. Pero sobre todo, hay más peligro en tratar al electorado como si fuera imbécil, como un ente desprovisto de razón, como masa manipulable mediante una guerra de desacreditaciones, de ataques, de mierda.

Total que, en el marasmo del proselitismo, es indispensable rescatar la oferta de verdaderos argumentos. No sólo de los “qué”, sino de los “cómo”, de los “hacia dónde”, de los “para qué”. Y en este rescate es insoslayable referirse al papel que han jugado los candidatos a la gubernatura y a la alcaldía capital Iván Alejandro Sánchez Nájera (perredista de cepa) y Alejandro Vázquez Zúñiga (simpatizante, no militante del partido), quienes con argumentos han demostrado que es posible hacer política diferente. Por ello, a pesar de que sus campañas (como casi todas) se han orientado a obtener el triunfo electoral, es razonable y triste entender que -en nuestra adolescente democracia- los resultados numéricos obedezcan a factores como el dinero, los espacios en medios de comunicación, y la diatriba; y estas candidaturas han carecido de casi todo lo anterior, por eso su trabajo ha sido caminar las calles, utilizar las redes sociales, y exponer con claridad y contundencia en los espacios que les han concedido. Buscan el triunfo electoral, pero también el colocar los temas de indispensable discusión pública, y de paso -mediante la inteligencia, la ética, el compromiso y la congruencia entre decir y hacer- reinventaron un partido que no ha tenido mucho arraigo en el estado. Y eso es ya un triunfo, no sólo para la izquierda local, sino para los esfuerzos que nos acercan al Aguascalientes que todas y todos merecemos.

 

alan.santacruz@gmail.com | @_alan_santacruz | /alan.santacruz.9

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