Hay un dicho popular que reza: “Vox populi, vox Dei”, para serte sincero no creo realmente que la voz del pueblo sea la voz de Dios, esto implicaría romper muchos de nuestros esquemas de valores, y por otro lado significa creer que lo popular, por el simple hecho de serlo, es lo mejor y nada más lejos de la realidad, pero ¿sabes?, se me ocurrió esta frase para iniciar el Banquete de este viernes porque durante la Feria de San Marcos recientemente concluida, la vox populi decidió que esos extraños adornos colgados de un extremo a otro de la calle Venustiano Carranza, puestos ahí por el municipio de Aguascalientes a través del Instituto Aguascalentense para la Cultura (IMAC), entidad que por otra parte aprecio y admiro, no eran otra cosa que calzones colgados de un tendero. Hasta donde sé, se supone que semejantes adornos eran unas mariposas y no hubiera estado mal que en algún lugar colgaran un letrero en donde se especificara lo que eran o por lo menos pretendían ser.
Hasta aquí el asunto resulta hasta divertido, digo, siempre es bueno reírse de algo, ¿o no?, pero lo divertido se convierte inmediatamente en indignación cuando se hizo público que el costo de semejantes adefesios era de 450 mil pesos, ¿será?, ¿casi medio millón de pesos?, la verdad no sé qué tan cierto sea esto, ignoro el costo de esos calzones graciosamente colgados de un extremo a otro de una de las calles más bellas y románticas de la ciudad de Aguascalientes, pero si esa cifra es cierta, por supuesto que es indignante, y aun sin ser esta la cantidad exacta, lo ignoro, pagar cualquier cantidad por eso es inconcebible, estoy seguro que mis sobrinos Emilio, Fernando y Eduardo, cuyas edades oscilan entre los 5 y 6 años habrían hecho un trabajo mucho más digno y sin cobrar un solo centavo, simplemente por diversión, ya sabes amigo lector, la cuestión lúdica les es connatural a los niños y a los verdaderos artistas.
En este punto yo ya estaba verdaderamente molesto, sigo sin entender, y por Dios, que alguien me explique, ¿cómo es posible que se tenga el descaro de cobrar por eso y que se sea lo suficientemente ingenuo, por decirlo de una manera respetuosa, de pagar por semejante bodrio?
Pero mi indignación fue in crescendo, para decirlo en términos musicales, cuando leyendo La Jornada Aguascalientes el pasado domingo 22 de mayo en una nota firmada por Alejandra Huerta me entero que la Academia Taurina de Aguascalientes funciona con el mismo presupuesto con el que podría regresar a sus actividades la Orquesta de Cámara del DIF, también conocida como la Orquesta de la tercera edad. Ese presupuesto que oscila entre el millón y millón y medio sería suficiente para que esta entidad musical pueda seguir funcionando.
En primer lugar, el hecho de desaparecer la orquesta es ya una discriminación en contra de los maestros que la integran, todo ellos, de la tercera edad, considera a estos maestros como una carga para el presupuesto es verdaderamente indignante, es para rasgarse las vestiduras y rechinar los dientes de desesperación, de coraje ante la insensibilidad de nuestras autoridades. Pero también es indignante desdeñar el arte, considerarlo como algo que no es necesario, algo de lo que se puede prescindir sin el menor problema. No entiendo por qué, en un porcentaje muy elevado, las autoridades, los que toman las decisiones, creen que se puede vivir sin arte y que la cultura y el arte son sólo un lindo pasatiempo. ¿Sabes amigo lector?, estoy harto de todo eso, ya sé que a ñustas autoridades les importa un pepino mi hartazgo, pero sin importar el color del partido que estén el poder, siempre es lo mismo, cuando debería estar claro que la educación, la cultura y el arte, además de la actividad deportiva, nos hacen mejores personas, mejores ciudadanos, más sensibles a las necesidades de quienes nos rodean y menos indiferentes al sufrimiento ajeno, más empático con quienes la pasan realmente mal, o por lo menos la pasan peor que yo.
No tengo algo en contra de la tauromaquia, o quizás sí. Respeto a quienes gustan de esto, para mí es un circo, simplemente que me parece intolerable que se considere como arte semejante carnicería, eso sí que indigna, molesta, cala hasta la médula de los huesos. Indigna que la fiesta brava sea considerada como patrimonio cultural de Aguascalientes, cuando en Barcelona esta práctica está prohibida. ¿Por qué no considerar como parte de nuestro patrimonio cultural a la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes?, de hecho lo es, pero hacerlo oficial, así con documentos y todo lo necesario.
Para terminar, y como conclusión de lo anterior, me parece inapropiado que la calle Venustiano Carranza se utilice como tendedero de calzones, justamente en tiempo de feria, cuando estamos llenos de turistas, y a nuestras autoridades municipales se les ocurre convertir una de nuestras más emblemáticas calles, que además está dentro del perímetro de la feria, en el patio trasero de la casa. Me molesta lo que se pagó por esos presuntos adornos cuando se argumenta que la orquesta de la tercera edad desapareció por recorte presupuestal. Me molesta que la Academia taurina absorba el mismo presupuesto que la orquesta y eso no parece generar alguna inquietud, me molesta, me enfurece, que algunas de nuestras autoridades sigan desdeñando aquello que verdaderamente nos dignifica como seres humanos, el arte.
rodolfo_popoca@hotmail.com
