Con la temporada de lluvias y la mitad del año, llegaron una serie de eventos desafortunados para los habitantes que caminan en dos extremidades sobre este planeta. En el continente americano la sociedad se consternó con los hechos ocurridos en una de las ciudades más visitadas del mundo; acá más abajito, en la civilización que pretende emerger al primer mundo, la cosa está peor y conste que no estoy demeritando los hechos ocurridos en Orlando. Existe un común denominador, la pluralidad ficticia, a qué me refiero con eso; por orden de ideas, primero pluralidad, según los diccionarios más consultados y cotizados en los libreros de las bibliotecas el término se refiere a un gran número de personas o animales de la misma especie conviviendo en un mismo ambiente o microcosmos, también debería señalar personas de la misma especie, es decir humanos. Otra característica del concepto es que se refiere a la cualidad de ser más de uno, la pluralidad está inmersa de manera obvia o natural donde hay mas de dos bípedos “pensantes”, un entorno social, en todas las civilizaciones, creo yo. Seguimos tejiendo la idea; para que la pluralidad exista es indispensable otro concepto de peso, la libertad. Eso quiere decir que se complementan y no deberían concebirse por separado. Si hay libertad existe la pluralidad, si hay pluralidad, existe la libertad. Pensando en voz alta, en nuestra amada patria, si la libertad plena se practicará, entonces todos podríamos opinar acerca de un tema sin mayor problema, la pluralidad estaría presente porque se goza y garantiza la libertad; acá si es así, ¿no?.
Continuamos, entonces. Cheque usted esta afirmación de Mary Warnock en su libro titulado La imaginación: “En la variedad y en la diversidad de posturas es que se podrá llegar a la resolución de problemáticas, porque esa pluralidad de pensamientos terminará siempre impactando en el resultado final, en las conclusiones, generando que cada postura termine teniendo su representación”.
Qué bendición que no vivimos en un sistema de gobierno totalitario donde todo se descalifica y se reprime, no señor, aquí en el centro del universo la vida es plural y se vive un ambiente de libertad, ¿quiere un ejemplo? No sé si recuerde, pero hace dos domingos se llevó a cabo una de las fiestas cívicas nacionales más emblemáticas; lástima que los que asisten no son ni la mitad de la población, y mire que es por pura convicción, en fin, el chiste es que como en toda democracia hubo ganadores y perdedores, pluralidad y libertad. En Aguas ganó Martín y perdió Lorena, el abanderado de los azules salió victorioso y de alguna manera qué bueno, si no ¿se imagina?, dentro de seis años hubiera sido candidato otra vez. Ándele, así como Andrés Manuel. Lorena -del partido de don Enrique- perdió, lo extraño para muchos fue que ni ella misma se sentía perdedora, estaba confiada a tal grado que declaró en su momento frente a todos los medios que convocó que por favor Martín respetara los resultados y que no impugnara, a final de cuentas la decisión de la ciudadanía no tendría que ser expuesta y cuestionada en los tribunales. Bueno, la historia ya la conoce, apelando a la pluralidad, a la libertad, pero sobre todo a la democracia y a la defensa del voto, y haciendo a un lado TODA descalificación y represión, la abanderada del pueblo está lista para impugnar. ¿Se imagina si se revierte el resultado? Un sistema de gobierno democrático así de ejemplar como el nuestro definitivamente es el que mejor representa la pluralidad, donde nada es a la fuerza y todo es por decisión de la sociedad, nuestro sistema se basa en la sana y armónica convivencia de ideas totalmente diferentes entre sí. Aquí se tolera y acepta que hay otro u otros que no piensan igual y no por ello se deben hacer descalificaciones o represiones. Y sí de verdad Lorena perdió por el efecto Peña referente a la postura que adoptó el gobierno con relación a los matrimonios entre personas del mismo sexo, sí el tropezón no solo les costó la pérdida de estás elecciones, qué tal que andan dejando Los Pinos para el 18, no sólo por esto, verdad, entre tantos errores cometidos.
¿Qué de cierto hay en que la Iglesia apoyó y respaldó al partido de Margarita la diosa de los panistas? Remóntese a 1987 en Chihuahua. En aquellos, tiempos sacerdotes católicos y autoridades eclesiásticas dejaron ver su preferencia por el otro candidato panista, Francisco Barrio, que por cierto ganó las elecciones y fue gobernador. El arzobispo de la entidad anunció que los templos permanecerían cerrados hasta que se reconociera la existencia de un fraude gubernamental en las elecciones; además de la huelga de culto se implementaron “talleres de la democracia”. Así las cosas en el lejano 87, ahora regrese al 16 y revise el editorial de la publicación llamada Desde la Fe, órgano informativo de la Arquidiócesis Primada de México, la cito: “No hay duda que la sociedad, inconforme con esta imposición destructiva e inmoral, ha reaccionado, y emitido un voto de castigo al presidente y a su partido político, el mismo que, cabe recordar, propuso en la Ciudad de México la ley criminal del aborto, y que en varios estados, aún contra el sentir de la sociedad, ha aprobado los mal llamados, matrimonios entre personas del mismo sexo”. Ante una Iglesia católica poco plural y tolerante, un gobierno que intenta abrir espacios para “todos”, hechos como lo ocurrido en Orlando dejan poco espacio para voltear hacia otro lado, no somos una sociedad plural, no ejercemos la democracia ni la libertad, muchos menos la tolerancia, el penal de Barrientos en Tlalnepantla, las movilizaciones de la CNTE supuestamente auspiciadas por Andrés Manuel, acontecimientos que hacen creer que estamos lejos de una verdadera libertad, estamos atrapados en una pluralidad ficticia.
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