- El procurador estatal de Protección al Ambiente aseguró que el sitio no cuenta con las características que se necesitan para ser definido de esta manera
- Semarnat aprobó nuevo fraccionamiento en la zona; el proyecto no ha sido analizado por autoridades estatales, sólo federales
La cuenca Cobos-Pargas-San Francisco nunca podrá ser declarada un área natural protegida pese a la insistencia de grupos ecologista pues no cuenta con un buen nivel de conservación ni especies ni especies endémicas aclaró el Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente de Aguascalientes, Carlos Rodrigo Martín Clemente.
El procurador reveló a La Jornada Aguascalientes que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) acaba de autorizar la construcción de un nuevo fraccionamiento en las cercanías de la cuenca Cobos-Pargas-San Francisco cerca de la Zona de Tolerancia, dentro de mancha de crecimiento de la ciudad de Aguascalientes, fuera del área de conservación que se estableció.
Al respecto, Martín Clemente explicó que la posición de la procuraduría es que se tiene que revisar la situación de tal forma que el proyecto esté apegado a derecho, es decir, que no se violenten los derechos de las personas que cuentan con autorizaciones y que, en un momento dado, se chequen conforme a lo establece la ley.
Este fraccionamiento, reiteró, no se construiría sobre el cauce de la cuenca ni sobre zona federal, pues está planeado para ser concretado aguas arriba, cerca de la Zona de Tolerancia en un área que ya está impactada, sin embargo, de no seguirse medidas especiales el proyecto sí podría afectar el área natural.
En ese sentido manifestó que desconoce el proyecto del fraccionamiento como tal, debido a que no se ha sometido a evaluación por parte del estado, pues hasta ahora sólo se cuenta con la evaluación de la Federación, “en su momento, la Secretaría de Medio Ambiente deberá de ver que se cuente con todas las medidas de mitigación y de compensación necesarias para que no haya ninguna afectación”.
Los fraccionamientos que se instalen en el área, agregó, deben implementar medidas como canalizar el agua del desagüe de tal forma que no contaminen el agua del lecho, así como que las avenidas que pasen cerca del río, consideren canaletas para que no erosionen la bajada natural del agua, entre otras.
“Cualquier actividad humana genera contaminación (…) la cosa está en que las autorizaciones que se den estén apegadas a cuestiones de derecho y soportadas en estudios técnicos y científicos de que no habrá ninguna afectación en el lugar”.
Por otro lado se refirió a los vestigios arqueológicos que según lo han manifestado algunas asociaciones civiles están catalogados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); sin embargo, según documentos con los que cuenta, esa zona no está catalogada, “pero quien tiene la última palabra es el INAH”.
Si existe algún tipo de vestigio, añadió, se tendrán que tomar ciertas consideraciones; si se tratase de algunas vasijas u objetos, se pueden retirar y conservar ex situ, pero si se detecta algún asentamiento, tendrá que excluirse de esa zona.
La cuenca Cobos-Pargas, aclaró, no es un área natural protegida ni lo va a ser. Pese a que hay asociaciones que buscan que sea definida de esta manera, no tiene las características para ser nombrada de esta forma en el ámbito federal, estatal ni municipal, “para ser nombrada de esta forma, debería tener un mayor grado de conservación, en segundo lugar debe contar con especies endémicas listadas en la norma”.
Lo que sí es que parte de la cuenca está marcada como una zona de preservación dentro del Programa de Desarrollo Urbano del Municipio 2040, así como en el Programa de Ordenamiento Territorial, donde se le designa como una zona de protección y preservación, además de que está considerada dentro del Catálogo de Áreas Prioritarias del Estado; lo cual le da un grado considerable de protección.




