Trump y sus “perros de guerra” / Taktika - LJA Aguascalientes
24/03/2023

Cincinnati, Ohio, Unión Americana. 1 de diciembre de 2016. Agitando su dedo índice como si fuera una hacha, el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, se dirige a la multitud: “Vamos a nombrar al perro rabioso Mattis como nuestro secretario de Defensa”. El magnate neoyorquino agrega: “Pero no lo anunciaremos hasta el lunes así que no se lo digan a nadie”.

Energizado por su auditorio, Trump, quien recorre el país para dar las gracias por los votos recibidos, alaba a Mattis en los siguientes términos: “Dicen que es lo más cercano que tenemos al general George Patton y ya era hora”.

La escena arriba descrita sirve como prólogo al presente artículo, el cual pretende explicar por qué James N. Mattis y Wilbur Ross son considerados los “perros de guerra” del mandatario electo de los Estados Unidos.

Desde su fundación en 1775, el Cuerpo de Infantes de Marina de los Estados Unidos ha ganado fama como fuerza de choque, pues sus misiones primordiales son la defensa de las instalaciones navales y el desembarco en las playas enemigas. Para tal efecto, los futuros infantes de Marina –marines, en inglés- son sometidos a una preparación brutal y rigurosa.

El típico infante de Marina es rapado, su nombre reemplazado por números y deberá comer sentado en posición firme. Un marine jamás se va de permiso, sino que se “le concede libertad”; nunca dice “sí, señor” a sus oficiales sino “aye, aye, sir”; aprende a gritar a voz en cuello los nombres de las victorias de su unidad; y canta, con gran orgullo, las primeras estrofas de su himno, las cuales dicen: “Desde los salones de Moctezuma, hasta las playas de Trípoli”.

Dentro de esta cultura que exalta el honor, la lealtad y el sadismo, se forjó James N. Mattis. El nativo del estado de Washington se enlistó en el Cuerpo de Infantes de Marina en 1969. El infante de Marina participó en la Guerra del Golfo Pérsico. Asimismo, sirvió en Afganistán. Finalmente, Mattis tomó parte en la invasión anglo-americana de Irak, en 2003.

Durante el interregno, Mattis se dedicó en cuerpo y alma a preparar a sus marines: les informó que “regresarían a sus orígenes como guerreros no convencionales”1. Mattis dijo a cada uno de sus infantes de Marina que cuando trataran con los iraquíes les “saludaran, pero que tuvieran un plan para matarlos”. Por último, en una entrevista afirmó lo siguiente: “Los infantes de Marina no saben cómo deletrear la palabra ‘derrota’”.

Su momento estelar ocurrió durante la segunda batalla de Faluya. Mattis animó a sus hombres con citas de Sun Tzu, Ulysses S. Grant, George Patton, William Shakespeare y la Biblia. Asimismo, Mattis se hizo famoso por leer durante las pausas en los combates las Meditaciones del emperador romano Marco Aurelio y las obras de Lawrence de Arabia.

Posteriormente, escribió, junto con el general David Petraeus, el manual de contrainsurgencia de las Fuerzas Armadas estadounidenses. Después fue ascendido a jefe del Comando Central, donde supervisó las guerras en Afganistán, Irak y la intervención en Libia.


En mayo de 2013, Mattis se retiró del Cuerpo de Infantes de Marina debido a discrepancias con Barack Obama, quien lo percibía como ansioso por desatar una confrontación bélica con Irán, a quien considera como “la principal amenaza para la estabilidad y la paz en el Medio Oriente”.

Por su parte, Wilbur Ross es un multimillonario educado en la Preparatoria Xavier, administrada por la Compañía de Jesús, la cual se caracteriza por el rigor del estudio y su rígida disciplina. Ross estudió su licenciatura en Yale y después estudió su MBA en la Escuela de Negocios de Harvard.

Desde finales de los años 70 del siglo pasado, Ross trabajó para Rothschild Inc., en donde se encargó de la reestructuración de empresas en bancarrota. En la década de 1980, Ross trabó contacto con un joven empresario del sector de bienes raíces: Donald Trump. El futuro presidente de la Unión Americana se encontraba en problemas. La asistencia de Ross probó ser vital, pues Trump “logró conservar sus casinos y reconstruir sus negocios”2.

Posteriormente, Ross colaboró con Bill Clinton en el consejo de Administración del Fondo de Inversión Estados Unidos-Federación Rusa. A continuación, se independizó y se especializó en empresas siderúrgicas, del ramo textil, automotriz y relacionado con la industria del carbón. Por último, Ross es un escéptico irredento con respecto al Tratado de Libre Comercio de América del Norte y del Acuerdo de Asociación Transpacífico.

Si bien faltan las designaciones del secretario de Estado y el representante comercial, gente como Mattis y Ross, aunado a los nombramientos de Mike Pompeo en la CIA, Mike Flynn en Seguridad Nacional y Jeff Sessions como fiscal general, auguran que Donald Trump implementará la línea dura en materia de seguridad nacional y política comercial internacional.

México, sin caer en el alarmismo, debe estar atento y prepararse para negociar, por primera vez en noventa años, con un inquilino de la Casa Blanca que le es abiertamente hostil a sus intereses y que, imitando a William Shakespeare, vociferará:

“Grita ¡Devastación! Y suelta a los perros de la guerra”.

Aide-Mémoire.- Adolfo López Mateos y Lázaro Cárdenas del Río impidieron, con su actitud viril ante el Imperio, que la Revolución Cubana fuera asfixiada en su nacimiento.

  1. Kaplan, Robert D. Imperial Grunts: The American Military on the Ground. Random House, New York, 2005, p. 309

2. How Rothschild INC. Saved Donald Trump (Freepom) https://goo.gl/HjC2G9


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