Hace unos meses un funcionario municipal declaró que en Aguascalientes “sólo había agua para 15 años”. La visión lúgubre sobre el futuro del agua es común más allá de nuestro estado. En todo el mundo numerosos analistas, periodistas y políticos avizoran guerras por el líquido vital, poblaciones y suelos sedientos, actividades industriales y agrícolas devastadas por la falta del insumo insustituible.
En el caso de Aguascalientes, no hay fundamentos para anunciar el Apocalipsis, pero sí para alertar sobre una situación crítica: dependemos del agua del acuífero de Valle de Aguascalientes, pero extraemos más agua de la que se recarga de forma natural.
La demanda de agua proviene de todos los sectores y está en aumento. La ciudad de Aguascalientes sigue en expansión (la población crece alrededor del 2.2 por ciento por año, superior a la mayoría de los otros estados) y la industria manufacturera sigue con tasas de crecimiento (cinco por ciento anual de crecimiento respecto al 2015, superior también a la media nacional).
El consumidor principal de agua es el sector agrícola, que consume cerca del 80 por ciento del total y algunos de sus productos, como los forrajes para la industria lechera, utilizan una gran cantidad de líquido (la producción de un litro de leche requiere aproximadamente un metro cúbico de agua).
¿Cuál será la respuesta del nuevo gobierno al reto del agua? Al tomar protesta, el gobernador Martín Orozco identificó el problema del nivel del acuífero como uno de principales retos que enfrentará en su gobierno. Una de las propuestas específicas es concluir la tecnificación del Distrito de Riego 1. Por otro lado, para impulsar el sector agrícola habló de apoyar a la industria lechera. Veamos cada una de las propuestas.
La tecnificación de riego, con una implementación adecuada, podría aumentar la producción y reducir el volumen de agua necesario para riego. La adopción de nuevas tecnologías requiere que se incentiven también prácticas sustentables de manejo de agua y aún que se condicionen los apoyos a un uso eficiente del líquido. Es clave también conocer la contribución específica de cada medida tecnológica a la producción y también al ahorro de agua.
Una medida que merece mayor atención es la de continuar con la visión de Aguascalientes como una cuenca lechera. La producción de forrajes requiere mucha agua, que es escasa en el estado (aunque algunos productores compran su forraje de otras cuencas). ¿Cuál debe de ser el objetivo del nuevo gobierno? ¿Detener la sobreexplotación del acuífero y mejorar la economía en el campo (para la que hay abundantes alternativas) o aumentar la producción en una industria específica?
Convengamos por el momento que los objetivos son los siguientes: garantizar el abasto de agua para consumo doméstico, proveer líquido para actividades económicas de alta rentabilidad e incrementar el nivel de vida en el campo. Los tres objetivos requieren que el recurso común, las aguas subterráneas del estado, se utilicen con buen juicio.
Si se opta por mantener actividades agropecuarias de bajo valor e intensivas en agua, quizá se eleve la producción de algún producto, pero no se resuelve el problema de nivel de vida en el campo y se agrava el problema del agua para uso doméstico.
Un nuevo gobierno se define por las metas que quiere alcanzar y por la estrategia para llegar a ellas. El gobernador Martín Orozco ha elegido entre sus metas rescatar el acuífero del Valle de Aguascalientes y elevar el nivel de vida en el campo; dos metas que sin duda comparten muchos aguascalentenses.
Para llegar a la meta debe elegir entre un laberinto de alternativas de política. Algunas podrían llevar a un sitio muy diferente de la meta trazada. Para elegir la ruta correcta hace falta llevar al debate público la información y los análisis existentes sobre el acuífero, la ciudad y su relación con el campo. El primer paso para construir un legado de sostenibilidad y prosperidad en la ciudad y el campo es dialogar a la luz de los datos y los análisis existentes. El inicio de año es propicio para iniciar con intensidad el diálogo.
(*) Jaime Sainz (@JaimeSainzS) es director del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) – Región Centro.
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