- Es una necesidad de legitimidad, asegura el senador Fernando Herrera
- El legislador se alinea a lo propuesto por su dirigente nacional Ricardo Anaya
Ahora es más pertinente que nunca establecer la segunda vuelta presidencial para fortalecer la legitimidad del Ejecutivo que resulte ganador en los comicios de 2018, consideró el senador Fernando Herrera Ávila.
México debe dar paso a la aplicación de este mecanismo, ya que desde 1994 ningún candidato presidencial ha contado con el apoyo mayoritario del electorado; es decir, han arribado al Poder Ejecutivo con niveles de votación por debajo del 30 por ciento, señaló el coordinador de los senadores del PAN.
Recordó que en las recientes elecciones, la votación se ha repartido a tercios y el ganador representa sólo al tercio más grande; esto es, gobierna con aproximadamente menos del 30 por ciento del electorado. Añadió que entre el 70 o el 80 por ciento de los electores no votó por el presidente que gobierna.
Indicó que la segunda vuelta es una buena propuesta para el país, y el primero que la planteó fue Acción Nacional en 1988, después en 2009 durante el gobierno de Felipe Calderón, también lo hizo en 2015, en 2016 y ahora es más necesaria que nunca ante los cerrados resultados de la elección del 4 de junio.
El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado explicó que la segunda vuelta significa que si en una elección ninguno de los candidatos obtiene el 50 por ciento de los votos, se procede a una segunda elección entre los candidatos con mayor votación.
Agregó que esta fórmula fortalece el mandato del ganador al recibir el apoyo de más de la mitad del electorado, con lo que se disminuyen las eventuales polarizaciones o crisis de legitimidad democrática, e incluso podría traducirse en acuerdos, alianzas o coaliciones que generarían estabilidad política.
La segunda vuelta presidencial es una necesidad de legitimidad, subrayó Herrera Ávila: históricamente el PRI ha rehuido entrar a la discusión de la reforma constitucional para instaurar la segunda vuelta, lo cual es un mensaje desafortunado para los millones de mexicanos que no sufragaron por su presidente. Con su negativa, el PRI y sus aliados dudan que la voluntad popular les favorezca en 2018.
