Por Carlos Reyes Sahagún
Cronista del municipio de Aguascalientes
De vez en cuando he escuchado decir que los edificios dialogan. De hecho la última ocasión fue en relación con el Mausoleo de Jesús F. Contreras, edificado en 2016-17 en la parte sur del Museo de Aguascalientes. Tengo entendido que cuando la construcción se encontraba en fase de la planeación, quien debió y pudo opinar sobre el proyecto dijo que estaba bien que se construyera, pero que fuera en el lado contrario, para que no estorbara la visión del museo, viniendo por la avenida Zaragoza en dirección sur norte. En cambio su defensor -creo que nada más hubo uno- afirmó que su lugar era donde finalmente fue levantado, esto para que dialogue con el templo de San Antonio.
Yo no sé qué se estén diciendo ambas edificaciones; a lo mejor sostienen un diálogo como el del comal y la olla, de aquella canción de Cri-Cri, o quizá se chulean uno al otro, no sé. Pero me pregunto si tan fantástica como insólita expresión se refiere a situaciones como esta que ofrece la imagen, la posibilidad de contemplación de dos edificaciones de tan diverso diseño y significado, separadas en el tiempo poco más de un siglo.
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