Jason Bateman es un sujeto agradable. A pesar de lo que pase en su carrera en el futuro, su papel definitivo siempre será el de Michael Bluth en Arrested Development. Así también les pasa a sus compañeros de serie, Will Arnett y Tony Hale, quienes de ahí tomaron los arquetipos de gandalla e imbécil, respectivamente. En Arrested, Bateman interpreta a un sujeto agradable pero con fallas, el straight face de su familia y en general, un pez fuera del agua. Un John Cusack simpático. Un Kevin Spacey alto y atractivo. El Ben Stiller sin cara de bobo. Un Owen Wilson menos maníaco depresivo. Yo soy fan de Jason Bateman.
En Juno, su papel secundario me parece genial. No deja de ser el bonachón de Arrested pero la verdad está en una situación poco agradable. No vive la vida que quiere y se mete en un embrollo más embarazoso que perverso (eso no es, no lean de más en la trama) con la joven embarazada. Es un buen sujeto pero paga con creces sus errores. E insisto, nunca seduce a Juno ni ella le coquetea, sólo es una dinámica complicada e incorrecta. Ese aire de buena ondez con maldad pocos actores pueden efectuarlo, yo diría que sólo un Ben Stiller dirigido por él mismo, Baumbach o Anderwson lo logra en el Hollywood moderno.
Ozark, la nueva serie original de Netflix, mama de varios lados. De Bloodline al ser un drama de familia. De la tradición de colocar comediantes o actores encasillados en un papel dramático. De todas las series dosmileras (Breaking Bad encabezando, obvio) de hombres de mediana edad complicados. El giro es que los primeros dos capítulos, esa peliculita que dirige Bateman, ahorran toda una tradición de suspenso de series de cable básico. Para empezar, la esposa engaña al protagonista y lo descubrimos en los primeros 15 minutos. En dos horas, la familia entera sabe que su papá es una mala persona y lava dinero para narcotraficantes. En tres horas, todo el pueblo sospecha que algo no está bien con ellos. Es como si le quitas la identidad secreta a una peli de cómics, se pasa a otro nivel y podemos ocuparnos de otros argumentos.
Como director, Bateman es arriesgado. Como Ben Stiller en Mitty, no teme a los planos largos y escenas cero cuadradas, con mil detalles, fotografías preciosa y usualmente en movimiento. El resto de los directores siguen la pauta, acercándose a un terror tipo Blumhouse. Me recordó mucho a lo que ha logrado Jordan Peele en Get Out, una estética arriesgada y culta por parte de realizadores sin tanta experiencia. Genial.
La crítica ha sido dura con Ozark pero en realidad podemos estar ante un próximo clásico de culto. Es una serie buenísima y non stop. Televisión que deberías estar viendo. Ahora mismo.
[email protected] / @masterq
Ayer vi el primer capítulo (ya había visto los avances) y verdaderamente genial.
Televisión de primer nivel. Altas expectativas para lo que sigue.