- En Oaxaca no hay escuelas de teatro formales, por ello las agrupaciones deben formar a los actores con la práctica
- La improvisación es el método elegido por Andando Teatro para instruir a sus actores
En el transcurso de la segunda semana del Encuentro de Teatro Popular Latinoamericano (Entepola) participó el grupo oaxaqueño Andando Teatro, una asociación que instruye a las personas que se quieren dedicar a las artes escénicas ante la falta de sistemas profesionales de la enseñanza del arte en esa entidad que además lleva el teatro a las comunidades indígenas más recónditas.
En Oaxaca, salvo algunas excepciones como el Centro de Educación Artística Diego Rivera (Cedart), prácticamente no existen escuelas o institutos de formación teatral, por lo que algunas agrupaciones como Andando Teatro se han dado a la tarea de instruir, mediante la práctica y la improvisación a aquellas personas que deseen aprender artes escénicas.
Su director, Cándido Jaime Baños García explicó que Andando Teatro es una propuesta de teatro libre, en donde se pretende romper con muchos de los cánones establecidos dándoles absoluta libertad a sus integrantes de tal forma que se revalore la identidad individual y colectiva: “Soy muy respetuoso de la forma de trabajar de todos los directores pero dirigen creatividades, seres humanos conscientes, pensantes sensibles, capaces de crear y hacer, por lo cual meternos en este proceso creativo es no negarle la posibilidad a los actores de que ellos aporten en algún montaje o historia”.
Es decir, el método de trabajo de los actores que trabajan y aprenden en esta agrupación se basa en la improvisación pues, de entrada, no hay guiones escritos sobre los cuales trabajen y que se tengan que aprender, sino que el director Baños García les explica la historia, como va ir desarrollándose y asigna los personajes, mientras que los actores plantean los diálogos.
Este método permite que personas que no han tenido la oportunidad de estudiar o ser instruidos de una manera formal en las artes escénicas puedan empezar a actuar y aprender mediante la práctica, lo cual es una opción para la comunidad oaxaqueña ante la falta de escuelas de teatro.
Además la improvisación permite que la obra se pueda adaptar a diferentes escenarios y públicos, lo cual ha posibilitado a la agrupación para que se presente en universidades, escuelas, barrios, teatros e incluso comunidades indígenas donde los niños nunca han tenido la oportunidad de presenciar un montaje, siendo este último foro uno de sus objetivos principales.
La compañía añadió la productora Lucía Almaraz Martínez lleva sus obras a comunidades indígenas, donde hay niños que nunca han tenido la oportunidad de ver una obra de teatro en su vida, “Los niños se meten a verte de cerca, a tocarte, a querer jugar contigo”.
Pese a que no han tenido una formación formal, los actores de Andando están preparados según Baños García: “El teatro de la calle, de las comunidades, de las canchas, realmente forma a los mejores actores, porque ahí se encuentran ante circunstancias más adversas para realizar su arte, el teatro cerrado separa al público y solamente las obras que han marcado una interacción con el público son las que sienten más vivas esas obras”.
En el Entepola el grupo presentó la obra Shhh…, la cual habla de una madre que corre a su pequeña hija Esperanza después de haber hecho una travesura de la casa; al irse la niña se encuentra con un montón de libros en los que aprende que la vida está compuesta tanto de buenos como malos momentos.
Al respecto Almaraz Martínez comentó: “La improvisación siempre existe porque no tenemos un guión aprendido, de hecho la obra no está ni siquiera escrita, entramos a contar una historia a partir de un objetivo propiciar la lectura en los niños y crear conciencia en los papás de que a veces les hace falta la atención a los niños”.
