Corría el primer semestre del año dos mil doce. Se avecinaba una de las elecciones presidenciales más controvertidas en la historia de México. El país se encontraba frente a una decisión histórica: regresar al partido que había gobernado durante setenta años con los antecedentes que son ya de dominio público, o votar por Andrés Manuel López Obrador, con todo lo que eso significa.
Por aquel entonces, Andrés fue candidato a la presidencia de la República por una coalición de tres partidos políticos: el Partido de la Revolución Democrática, Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo. Sin embargo, la relación que tenía en la época con el PRD no era precisamente la mejor. La naturaleza tribal del PRD hacía que ciertos grupos, particularmente los que en ese momento tenían el control del sol azteca, no vieran a Andrés con mucho gusto y eso hacía que Andrés no confiara plenamente en ellos en consecuencia.
Cosa diferente pasó con Movimiento Ciudadano. Dante Delgado, dirigente nacional de ese instituto político se sumó al proyecto de Andrés Manuel ofreciéndole no solo la candidatura presidencial, sino el partido entero. Andrés hizo y deshizo con Movimiento Ciudadano de manera asombrosa: nombró candidatas y candidatos al Senado, a la Cámara de los Diputados e incluso en alcaldías. No solo eso. Andrés Manuel construyó en ese año, con las pocas bases de Movimiento Ciudadano, la estructura electoral que operaría para él el día de la elección presidencial: el Movimiento de Regeneración Nacional.
El Movimiento de Regeneración Nacional fue una estructura electoral en la cual los ciudadanos se registraban, dando todos los datos que cualquier partido político pide para una afiliación, en un padrón de Morena. Seguidores de Andrés Manuel y afiliados a Movimiento Ciudadano se afiliaron al entonces a la estructura de Morena, para apoyar a Andrés Manuel en los comicios de ese año. Habrá personas que leen esta columna y que conocen al que escribe de manera personal desde entonces y recodarán las palabras que dije al ver eso: “esto va a ser un partido político, los están utilizando”.
Así sucedió. Andrés Manuel se sirvió de Movimiento Ciudadano para colocar incondicionales suyos (ejemplo obligado Ricardo Monreal) en la Cámara de Diputados o en el Senado (como la nunca bien ponderada Layda Sansores). Gente de Andrés Manuel que llegó a las Cámaras bajo las siglas de MC, pero que jamás consideró a ese partido ni a Dante Delgado. Se sirvió además de los muchos, muchísimos votos que Enrique Alfaro, entonces candidato de MC a la gubernatura del estado de Jalisco, sumo a Andrés en esa elección.
Y cuando llegó el momento, dio media vuelta, fundó Morena como partido político, provocó desbandada en el PRD (prácticamente sentenciándolo a muerte) y desarticuló a Movimiento Ciudadano dejándolo prácticamente con la mitad de sus diputados, sin senadores y sin buena parte de la estructura prestada.
La cosa se puso peor. Andrés comenzó a despotricar públicamente contra el PRD y MC: que eran mafia del poder, que no representaban a la gente. Alfaro, que era una promesa para Jalisco, de pronto se convirtió en “empleado de la Mafia”. No quedó lugar a dudas para el MC y el PRD: con Andrés, sino es a su modo, no es. Es al que le das la mano y te agarra el pie.
Así las cosas, pese al ego inflamado de Andrés que en sus actos les dijo al PRD y a MC “sin mí, no son nada”, la política nos dio sorpresas. Movimiento Ciudadano creció como nunca antes convirtiéndose en primera fuerza política en Jalisco, gobernando el segundo polo de desarrollo más grande del país (la zona metropolitana de Guadalajara), siendo tercera fuerza política en el norte del país y duplicando su votación. El PRD ha tenido un destino menos afortunado, pero demostró en la elección del Estado de México que aún sigue representado a ciertos sectores del centro del país.
Así las cosas, un hábil político (y no estoy diciendo “buen político” lo que sea que eso signifique) como Ricardo Anaya, advirtió que eran momento de que se creara un proyecto nacional se construyera con base en una agenda plural. Supo que el PAN no puede ganar la Presidencia de la República yendo solo. Supo que Movimiento Ciudadano representa una suma importante de votos en el norte y bajío del país que pueden ser mucho más que la diferencia en los resultados. Supo que el PRD tenía que estar de su lado y no en el de Andrés. Supo que él puede tener a estos dos aliados, pero Margarita Zavala no.
Ricardo Anaya, Dante Delgado y Alejandra Barrales crearon el Frente Ciudadano por México. Construyeron una agenda priorizando sus coincidencias antes que sus diferencias. El Frente le da la razón a Enrique Alfaro cuando decía: “A la gente no le importa que un gobierno sea de izquierda o de derecha. A la gente lo que le importa es un gobierno eficaz y que no se roben su dinero”. Quizá en efecto, como dice Julio Sotomayor, la izquierda y la derecha sean conceptos trasnochados, de la época del Muro de Berlín y que al menos en México todas las corrientes políticas se encuentran cercanas al centro del espectro.
Andrés no puede culpar a nadie, uno crea sus propios demonios. Hasta el perro más dócil y educado lanza una mordida a la tercera patada recibida. Jorge Álvarez Máynez, diputado de MC, sostiene que en el 2018 no debe haber espacio para vanidades, sino para un proyecto de país. Y el Frente Ciudadano parece ser el primer movimiento capaz de plantarla cara a Andrés Manuel.
A unos días de su conformación, el Frente detuvo el pase automático del fiscal general de la República que pretendía darle impunidad por nueve años a la actual administración federal.
Hará falta ver si en el ámbito nacional estos partidos cumplen con su agenda sin sucumbir a los vicios locales (como en Aguascalientes, en donde literalmente hay un #FiscalCarnal de una diputada local panista). Hará falta ver si Andrés recapacita y deja de llamar “achichincle de la mafia del poder” a todo aquel que no piensa como él, como lo hizo con Pedro Kumamoto, el más reciente baluarte de la ética política mexicana.
Andrés, el Frente viene y promete dolores de cabeza e insomnio a oscuras, pero ¿por qué te quejas de la oscuridad cuando fuiste tú quien apagó las luces?
