La petición que más apoyo ha recibido en la historia de change.org es una que pide que los partidos políticos renuncien a su financiamiento público de casi 7 mil millones de pesos para ayudar a los damnificados del sismo del 19 de septiembre. Los memes invadieron Facebook, Twitter y WhatsApp, así se manifestaron los ciudadanos, incluso alguno puso sobre la mesa su voto: quién no done su financiamiento no tiene su voto.
Días atrás Morena anunció a través de su vocero-coordinador-candidato-presidente que destinarían el 20% gasto de campaña a los damnificados; después el presidente del PRI anunció que el PRI donaba el 25% de su financiamiento anual de 2017, Obrador reviró con el 50% de gastos de campaña. En la mañana del viernes, Movimiento Ciudadano anunció que renuncia a partir de este momento al 100% de su financiamiento público y el PAN le entró a la subasta con el 50% de gastos de campaña: todo está lleno de un lenguaje confuso, que intentaremos aclarar.
Los partidos políticos tienen como prerrogativa (privilegio) el financiamiento público, no es un derecho, por lo cual es renunciable, según afirma el académico del Iteso, Jesús Ibarra, por lo que sí pueden renunciar y por lo que no podemos hablar de donación; para empezar ese dinero no es de los partidos políticos, no les pertenece, no les es dado por derecho, sino que es una prerrogativa que les otorga el Estado, donde se incluye la población para que cumplan objetivos prácticos y útiles para la sociedad: promover una cultura democrática, ser la plataforma electoral de la que surjan los nuevos gobernantes y promover la educación cívica; el gran enojo hacia los partidos es que no han funcionado así.
Pensar que es donación es equivocado, pensar que los políticos y los partidos políticos nos están ayudando y que son los salvadores de la nación está equivocado, pensar en ellos como héroes es erróneo, ellos deben cumplir sus funciones constitucionales, debemos transformar esa visión paternalista y asistencialista. Lo afirma Toussaint muy claro: “Una sociedad que exige gestos, dádivas o solidaridad a sus gobernantes en una tragedia, es también un cuerpo social que pinta la cancha que necesitan los políticos para “lucirse” cada que un acontecimiento desafortunado toma lugar.” No podemos darnos el lujo de ponerle la cancha, el balón y la estrategia para que los políticos la utilicen con mucho oportunismo, como en realidad ocurrió.
El presidente del PRI declaró que se debe hacer esa entrega sin oportunismo, nada es más oportunista que a medias tintas entregar un porcentaje del privilegio del financiamiento público, si se va a discutir sobre el financiamiento público debe hacerse sin tibiezas, sin limosnas de financiamiento o sin mendigar: la ciudadanía y los medios de comunicación pusieron la cancha para que el PRI, PAN, Morena y Movimiento Ciudadano metieran gol; pero hasta en esos supuestos goles hay matices que muy pocos han visualizado.
En el financiamiento público hay diversas partidas: actividades ordinarias, actividades específicas, gastos de campaña, franquicia postal y franquicia telegráfica; sumadas hacen un financiamiento total por partido. El financiamiento a campañas es igual al 50% del financiamiento total asignado a los partidos, por lo que 2018 será un año en que los partidos reciban 50% más de su financiamiento habitual.
Por lo que cuando López Obrador afirma que dará el 50% del gasto de campañas está manipulando las cifras, porque en realidad dejará de recibir 103 millones de pesos lo que significa tan solo 15.9% del financiamiento total que recibirá en 2018. Cuando Ochoa afirma que el PRI dejará de recibir 25% de su financiamiento anual es una cifra que se saca sobre su financiamiento 2017, que es menor al de 2018 y que suma 258 millones de pesos, lo que es tan solo el 15.3% del total de financiamiento de 2018. El PRI dejará de recibir más recurso que Morena y esos son los hechos.
Cuando el PAN afirma que dejará de recibir 50% de gastos de campaña está hablando que dejará de recibir 206 millones de pesos, más que Morena, pero tan solo significa el 16.10% del financiamiento total en 2018. La diferencia radical es con Movimiento Ciudadano, quienes renuncian a todo el financiamiento público y dejarán de recibir 80.6 millones de pesos, correspondiente a 2017 y 537 millones de pesos correspondiente a 2018, lo que suma 617 millones de pesos y es el 100% del financiamiento restante en 2017 y el total en 2018.
En lenguaje, los oportunistas y tibios fueron el PRI, PAN y Morena, si se habla de renunciar a ese privilegio Movimiento Ciudadano lo hizo; pero también aquí hay matices: se debe debatir a fondo el financiamiento público, se deben erradicar los privilegios que gozan los partidos y los integrantes de los mismos; se deben eliminar prácticas corruptas dentro de los partidos, por lo que debe repensarse una eliminación seria y constitucional del financiamiento a los partidos para siempre y no solo contextualizado en la tragedia del sismo. Y además se debe debatir el exceso de gasto en burocracia y en publicidad oficial.
Pero a ese debate nuestros legisladores no le van a entrar, sobre todo cuando 2018 ocurrirá en 9 meses y no quieren perder su único recurso de ganar campañas: el dinero. Movimiento Ciudadano tiene un reto enorme, demostrarle a todos los partidos, medios de comunicación y a la ciudadanía en general que se pueden ganar campañas con debates de altura, con ideas y con propuestas. Veamos.