Las elecciones del 2006 fueron en un mundo sin memes ni Facebook. No considero relevante la ausencia de Twitter ya que los políticos siempre han tenido métodos (más caros o absurdos) de mandarse correo público, como: entrevistas en radio que posteriormente irán a una síntesis que enojara a sus rivales o pares. La de 12 años se peleó, como siempre, en medios masivos generalistas, en las calles y con esa expresión que me choca: la estructura de cada partido. Fue testimonial el uso de cadenas de correo electrónico o lo que se publicaba en blogs marginales o de nicho. Como dice un conocido, el grueso de la elección se define ese mismo día. O definía.
Para la de 2012, el mexicano no entendía aún el potencial de convertir a la gente en meme. Memes siempre han existido. Sólo les faltaba el nombre, pero confundimos demasiado tiempo el concepto con ponerle la fuente Impact a una foto con una frase repetida hasta el cansancio. La de hace seis años fue una derrota más dura para AMLO, donde se veía imposible el liderazgo que hoy tiene. El PRI, aquel partido que su comunicación en redes para los estados consiste en el dirigente ranchero abrazando una viejita, logró lo impensable: humanizar a su candidato, una caricatura de ser humano, en base al humor. Que si está guapo, que si su esposa salió en traje de baño en TVyNovelas, que si sus hijas, que si las tortillas. El paso de Josefina Vázquez Mota, solemne y más priista que los priistas, no le alcanzó ni para ser mofada.
En 2012 ya había Facebook pero sinceramente llevaba dos años de haberse popularizado. Todavía en 2014 muchos políticos no abrían fanpage en lugar de un perfil personal, para que nos demos idea. Es más, hace seis años todavía se debatía si las redes sociales ganan elecciones en una conversación que sólo convenía al PRI. Como ya hemos platicado con anterioridad en Bocadillo, si la lucha es entre (argh) la estructura y las bases, siempre ganará el PRI. No le ganas al PRI queriendo ser como ellos. Nunca. Apuestan, desde la política universitaria en elección de federaciones estudiantiles, a que voten los menos para que se decida entre grupitos.
Si todos los mexicanos en edad y condición, se pararan a votar, seguro las redes sociales no serían definitivas pero contaría bastante como va a votar la población de 18 a 34 años en cuanto a dar un mensaje. Hoy, como profesional del tema, sigo viendo que en los estados sigue existiendo una comunicación ranchera. Especialmente para redes sociales. Siguen abrazando viejitas y subiendo exclusivamente fotos con el líder nacional y los mecenas locales. Continúan dando like los jóvenes del grupo de Whatsapp. Ni hablar de como usan el espacio en medios escritos: mandan boletines que ni su madre leería bajo amenaza de lo peor. La regla de esta piterez no aplica tanto en tele o radio pero pasa que son medios donde su audiencia se va jubilando día con día.
La comunicación política en medios digitales, que en automático por meros demográficos comprobables (no supuestos, hablo de hechos) debe ir dirigida a jóvenes, [tristemente] será ganada por aquellos que hagan lo mínimo competente. Porque básicamente nadie más lo está haciendo en la gran mayoría de los estados. Para el 2024 me gustaría ver una campaña real de ideas en las plataformas que se usen en dicho momento. A lo mucho, seremos adictos a los lentes VR. ¿Ahí también veremos a los de chaleco colorado abrazando viejitas?
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