Llegó a mis manos un interesante estudio del IFE de la participación electoral en elecciones presidenciales.
Los datos son de la más reciente elección presidencial, es decir de 2012, en donde Enrique Peña Nieto ganó la última elección presidencial. En ella describe el comportamiento electoral de los mexicanos en las últimas cuatro elecciones presidenciales.
Plantea de inicio que somos un país que tiene una baja participación ciudadana en relación con el resto de América Latina. Las razones se pueden adjudicar principalmente por la falta de confianza en las instituciones, por una reivindicación del individualismo, por procesos de globalización que erosionan las facultades del estado-nación, por la necesidad de nuevos modelos de participación, fuera de la estructura de los partidos (esa sería una interpretación mía que no está planteada en el estudio), entre otros.
En 2006 la tasa de participación en elecciones presidenciales en México llegó a 58.55%, mientras que en América Latina fue de 66.10%. Es decir siete puntos porcentuales menos.
Aunque en la última elección presidencial de 2012, se registró un repunte en la participación electoral llegando a 62.08%, sin embargo, es un porcentaje inferior a los niveles registrados en la elección presidencial de 1994 de 77.16. La elección de 1994, es la más copiosa en la historia moderna de México.
Comprender el origen de los cambios y las tendencias en el comportamiento de los votantes dice el estudio, requiere de un análisis detallado de los resultados de este comportamiento, pues se convierte en información estratégica para el diseño de políticas y acciones en materia de capacitación electoral, educación cívica y promoción del voto.
En la participación electoral por sexo encontramos que las mujeres son mucho más participativas en los procesos electorales. Superan a los hombres en ocho puntos porcentuales. Las mujeres participan con un 66.08%, en los procesos de votación, mientras que los hombres su participación representa un 57.77%.
En relación con la participación electoral por edad encontramos que los niveles más altos se concentran en la población de 40 a 79 años. Las personas mayores a los 80 años, y los jóvenes de 20 a 39 años tienden a participar menos, aunque los jóvenes que votan por primera vez, es decir aquellos que se encuentran entre los 18 y 19 años representan una excepción entre la población joven.
Se podría haber pensado, dice el estudio, que los jóvenes en su papel de cambio generacional, así, como por su amplia participación en las redes sociales, podrían haber mostrado mayor interés en la elección directa de sus gobernantes.
Sin embargo, su apatía hacia las elecciones sigue la misma ruta que lo observado en 2009 y en concordancia con lo que sucede en otras democracias. Creo, y eso sí es opinión personal, que tal vez la participación se limita en la interacción activa en redes sociales, pero no culmina de manera con la participación y el ejercicio de elegir a sus representantes en las estructuras de representación formal.
Con relación al comportamiento electoral entre variables por sexo y edad, se mantiene una mayor presencia de las mujeres en la participación electoral en todos los grupos de edad, a excepción del grupo de 70 años. Es el único grupo de edad donde los hombres superan la participación de las mujeres.
En el rango de los 30 a los 39 años, es la brecha donde los porcentajes de participación por sexo es mayor. En este grupo de edad, la participación femenina superó a la masculina en más de 12 puntos porcentuales.
En la participación en el ámbito nacional por tipo de sección, se observa que son las áreas rurales las que tienden a participar más que las urbanas o las mixtas.
En la participación por sexo, sección electoral y grupo de edad, encontramos que las mujeres de 18 a 49 años de las poblaciones rurales tienen la más activa participación electoral.
En un año de intensa información y actividad electoral, estos indicadores de comportamiento electoral, se convierten en un insumo y referente para afinar estrategias electorales desde las candidaturas, ofertas políticas o para ganar sectores y audiencias dependiendo de los objetivos y metas que candidatos o partidos se propongan.
En la siguiente colaboración describiré de acuerdo a este estudio, el comportamiento electoral en Aguascalientes por secciones electorales, sexo y grupos de edad.
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