- La lucha contra el acoso callejero continúa, no basta con su tipificación como falta administrativa
- Se requiere cambiar la educación desde el seno familiar
En el marco del Día Internacional de la Mujer es evidente que el acoso hacia este sector de la población prevalece en pleno siglo XXI; se les acusa que es su forma de vestimenta lo que motiva que los hombres las miren con morbo, les chiflen, se refieran hacia ellas de forma obscena y les griten en plena calle, pero es la falta de cultura y educación lo que ha orillado a este tipo de violencia; en este sentido Aminta Espinosa Ulloa, activista en pro de las mujeres, ha conformado redes de apoyo con otras féminas que de manera independiente se están sumando a esta lucha en contra del acoso callejero.
Recalca que todas somos víctimas de estas ideas tan arraigadas, ya que lamentablemente vivimos en una sociedad patriarcal donde el centro es el hombre; “por más que han pasado tantos años desde la supuesta liberación femenina y el voto de la mujer, sigue cumpliendo un rol muy específico de opresión”.
Pese a que en la entidad ya se ha reformado el Código Urbano en la capital para que se castigue como una falta administrativa, se requiere la participación de la sociedad para erradicar este tipo de violencia contra la mujer.
La activista enfatizó que esto es responsabilidad de todos y se debe trabajar desde el seno familiar, ya que influye desde cómo las madres educan a sus hijos; es importante no seguir este patrón en el que se les inculca a los hombres actitudes machistas y a las mujeres ideas sumisas; “no seguir educando a mujeres que se dejen de todo; tiene que ver que desde chiquitos nos vistan de rosa y a los hombres de azul, que las mujeres jueguen a la comidita y a las muñecas, y los niños con carritos e incluso con armas, lo que fomenta aún más la violencia.
Aminta recalcó que se debe dar especial atención a temas fundamentales de las mujeres como individuos, no por aspectos banales que tienen que ver con el rol que juegan como esposas, amas de casa o niñeras, ya que siempre han sido catalogadas de ese modo. Se inculca en las mujeres el que se preocupen por cómo se ven, por tener novio, por casarse; “al final si son mujeres huecas, sin conocimientos en cultura general, sin educación académica, o incluso valores, no importa, pues se les juzga por su aspecto, como si ese fuera tu rol y tu función en la sociedad”.
Urgió a que la sociedad en general se involucre en ello, es responsabilidad de todos empezar a romper esos paradigmas, de lo contrario las mujeres seguirán siendo víctimas de violencia y represión; la fehaciente luchadora por los derechos de las mujeres resaltó que este tipo de situaciones no son privativas de nuestro país, se viven en todo el mundo, incluso en algunos país con mayor violencia y coartando la total libertad de las mujeres; “es importante comentarlo, porque sucede también acá; como la sociedad está acostumbrada a que nos quedemos calladas en nuestra casa cocinando, cuando abrimos la boca da miedo, pero queremos decirles que no tenemos miedo, y realmente nos duele que maten a cualquier mujer en donde sea, porque podríamos ser en cualquier momento cualquiera de nosotras”, enfatizó.
