Agustín Bernal Iguanzo
Comité de Vigilancia de la Subcuenca Cobos-Pargas-San Francisco
Grupos ambientalistas de la Ciudad de México están solicitando a los responsables de las alcaldías entrantes que declaren una Moratoria Urbana para tratar de corregir todas las irregularidades que generó la corrupción provocada por el pulpo inmobiliario en esa entidad. En Aguascalientes el Municipio debería de hacer lo mismo, dejar de otorgar permisos para construir nuevos fraccionamientos, por lo menos hasta que sean ocupadas las decenas de miles de casas abandonadas en la ciudad.
¿Esto por qué? Porque durante años ha sucedido que los nuevos fraccionamientos invaden el suelo que ocupan los árboles nativos como el mezquite en el Bosque de Los Cobos, La Pona o en el ex-ejido Ojocaliente. En este último sitio se talaron mezquites y huizaches para ampliar el centro comercial que se construyó donde estaba el balneario Ojocaliente, como si en tiempos de pleno calentamiento global fuera necesario, y hasta urgente, un nuevo centro comercial tipo outlet que venderá ropa que nadie quiso comprar en otras metrópolis, e innecesarios los mezquites. Hay que aclarar que dicho proyecto no está todavía libre de obstáculos, pues hay recursos legales interpuestos por ciudadanas y ciudadanos a los que no se les ha dado respuesta, además del procedimiento que siga la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, Profepa. Así es que, aunque las notas periodísticas hayan dicho que lo tribunales dieron su fallo a favor de los responsables del ecocidio en el Ojo Caliente, no pueden cantar aún victoria, y lo saben.
¿Por qué insistir tanto en este asunto? Porque el valor biológico de los mezquites y huizaches que son nativos de la región es superior al de árboles de especies introducidas como eucaliptos y casuarinas, los árboles nativos, en especial los más maduros (como los que fueron asesinados) capturan dióxido de carbono de la atmósfera, infiltran agua de lluvia al subsuelo y enfrían el ambiente de la ciudad, en cambio los exóticos no generan ninguno de estos beneficios. Entre las razones principales para cuidarlos y preservarlos está su gran valor biológico, ya que nuestras especies están adaptadas a la sequía y son freatofitas, es decir, buscan agua del subsuelo. Su raíz principal llega hasta tres o cuatro veces más profundo que la altura del árbol. Al perforar el subsuelo, lo hacen permeable a la recarga del mismo, alimentando el acuífero. Por otro lado, la densidad de la madera de huizaches y mezquites nos habla de su capacidad de captura de carbono, que es muy alta. Sumando su biomasa de raíces profundas y fronda más su densidad y soporte de la sequía, nuestros huizaches y mezquites son nuestra mejor arma para combatir el cambio climático. Si las autoridades no conocen estos datos y no están capacitados para ocupar sus puestos, deberían dejarlos a quienes sí saben.
Por lo dicho y debido a la disminución de estos en nuestra entidad, las autoridades deben prohibir cualquier derribo de mezquites y huizaches, y hacer valer la figura de “árboles patrimoniales” suscrita en el Reglamento de Protección del Medio Ambiente, aprobado esta semana en el cabildo del Municipio de Aguascalientes bajo la tutela de la Comisión de Ecología dirigida por el regidor Miguel Romo Reynoso.
También debería decretarse una moratoria a la construcción de más infraestructura para el automóvil particular. ¡Ya basta! Lo que urge es fomentar el uso de la bicicleta y proteger a ciclistas y peatones. El 17 y 18 de noviembre próximos se llevará a cabo en nuestra ciudad el Décimo Congreso Nacional de Ciclismo Urbano. Si alguna ciudad en el mundo debe ser ciclista por ser tan plana, por su clima y por su tamaño, ésa es Aguascalientes. Sugerimos al Gobierno del Estado ahorrar el dinero de pasos a desnivel y modificaciones a las vialidades como López Mateos y realizar sólo aquella obra pública que la ciudadanía solicite. No la que al gobernador se le ocurra o a las constructoras convenga.
Con los ahorros en obra pública no realizada, proponemos apoyar a personas que quieran habitar dentro del primer anillo de circunvalación. Estudiemos la demografía y las tendencias al envejecimiento y a la disminución de la natalidad. Incluso los matrimonios están bajando año con año mientras que los divorcios aumentan. Hoy hay gran cantidad de parejas sin hijos. Construir casas para el modelo de familia de pareja con dos o más hijos, habiendo tantas viviendas abandonadas, parece necedad. Los apoyos pueden ser mediante registro de un padrón de habitantes en las colonias que se pretendan re-densificar y para que puedan acceder a descuentos y promociones otorgados por la Asociación de Comerciantes del Centro y todos los comercios localizados en el centro. La reactivación económica sería muy benéfica y los propietarios de inmuebles en el centro no verían afectado su patrimonio como sucede actualmente con el deterioro que sufren las casas abandonadas. Si el Municipio de Aguascalientes funciona como aval, se puede rentar una casa mediana o grande a grupos de estudiantes para que cada una/o tengan un cuarto. Lo mismo para personas solteras o personas mayores solas… ¡El aval del Municipio sería tan solo estar registrado para recibir los descuentos y promociones! Vivir en el centro, caminar al mercado o a la tienda de la esquina, usar la bicicleta para ir a trabajar o a la escuela, puede ser una mejora gigantesca en la calidad de vida para los ciudadanos que actualmente están condenados a vivir en las márgenes de la ciudad, incluso más lejos del tercer anillo de circunvalación. Ésta sería una situación ganar-ganar para todos porque así se dejarían de talar huizaches y mezquites para cubrir de cemento el suelo donde éstos pueden germinar y crecer.
En las próximas elecciones municipales, sugerimos a la ciudadanía cansada de esta demagogia dé su voto a quien ofrezca una moratoria urbana a nuevos fraccionamientos y una moratoria en infraestructura para automóviles particulares.




