En el 2017, Aguascalientes tuvo un promedio de 7.4 accidentes viales por día, muchos de los cuales resultaron fatales por la muerte del conductor o terceras personas. Otros que no ocasionaron muertes, provocaron lesiones graves y enormes gastos por hospitalizaciones. En el presente año la cifra no ha disminuido y todo apunta a que la superaremos. Y la explicación es obvia, aumenta el número de automóviles y otros vehículos circulando por nuestras calles y carreteras. Tenemos mejores vías con facilidad para transitar a mayor velocidad. Y lo de siempre, falta cultura vial en los choferes y transeúntes. Pero hay un ingrediente importante que suele pasarse por alto, la velocidad. Es fácil de comprender que si se redujera la rapidez con la que se conduce, el número de accidentes descendería y también se reduciría la letalidad de los mismos. Aquí viene la pregunta interesante ¿Por qué manejamos a altas velocidades en nuestra ciudad y en nuestro Estado? En una ciudad tan pequeña, comparada con otras entidades vecinas, ¿Realmente tenemos mucha prisa? ¿En verdad nos urge llegar a algún sitio que, por muy lejano que esté, lo recorremos en 20 minutos? Para todo existe una explicación. En estos momentos uno de cada 30 alumnos que está recibiendo clases en una escuela, sea pública o privada tiene Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, también llamados Niños Hiperquinéticos o Niños Hiperactivos.. Y lo más seguro es que no esté recibiendo la atención debida. Por si no lo sabía, este problema consiste en que los niños son desatentos, inquietos, traviesos, desesperados y con mucha frecuencia irritables y agresivos. Una de sus características principales es que todo lo hacen de prisa, no pueden controlar su ritmo y siempre van más acelerados que el resto. Lo dramático del tema, es que no se corrige, es incurable. Durante la infancia, con buenos medicamentos puede reducir mucho su inquietud y prestar mejor atención, de manera que logre sacar adelante la escuela. Solo que la medicación no suele tener buenos efectos en los adultos. Y todo niño hiperquinético será adulto hiperquinético. Como se evidencia este trastorno en las personas mayores de 20 años. Son incansables, olvidadizos, distraídos, inconstantes, irritables y siempre andan de prisa. Naturalmente que cuando conducen un vehículo lo hacen a gran velocidad aún cuando nadie encuentre el motivo de su rapidez. El índice de accidentes viales graves en personas con TDAH es superior al 75% . O sea que todo muchacho o adulto hiperactivo en algún momento de su vida tendrá un accidente de tránsito. Desde luego son personas que siempre están cambiando de trabajo porque son faltistas, no terminan sus tareas, olvidan las indicaciones de sus jefes, tienen una gran sensibilidad y se molestan o enojar por cualquier detalle mínimo. Y con mucha frecuencia son peleoneros. También tienen una elevada tendencia a caer en adicciones de cualquier tipo, sea a sustancias tóxicas o a comportamientos. Son los adolescentes tardíos, que aún estando en la madurez andan en motocicleta, practican deportes extremos, faltan a sus compromisos sociales, se endeudan irresponsablemente y esperan ayuda de los demás. Todos quienes sufren de este síndrome pueden recibir ayuda. Los niños deberán ser asistidos por médicos y psicólogos. Los Adultos por psicólogos y grupos de apoyo social. Con ello la sociedad puede reducir el número de accidentes viales de graves consecuencias, la violencia intrafamiliar y los maltratos a los niños. Es tiempo de comenzar a hacer algo por todos ellos.
