- No se tiene una cultura adecuada para el manejo de los residuos sólidos
- No será suficiente el Centro de Revalorización de Residuos Sólidos si no se atiende al aumento en la generación de basura per cápita
De nada sirve que se busque ampliar la capacidad del relleno sanitario si la raíz del problema está en que no se cuenta con alternativas sustentables de empaque para reducir la generación de basura; urge una política pública que abone a disminuir al máximo la disposición de los residuos al relleno sanitario municipal, que ya se llena a gran escala, precisó el presidente de la asociación Bosque de Cobos A.C., Carlos Flores de Anda.
Destacó que la necesidad mayor es buscar nuevos espacios con mayor capacidad, porque no hay un mecanismo para disminuir el volumen de residuos que se van a depositar al relleno sanitario, si bien dijo que es valioso que se esté planteando el reutilizar al máximo todo el material que sea posible, dando además un valor económico para que sea rentable, lo preocupante es que se tienda a la privatización de este tipo de servicios que debe brindar el municipio, independientemente de la necesidad de disminuir la cantidad enorme de basura que se entierra: “No hay lógica del modelo de privatización, se puede buscar un modelo donde el municipio no tenga que invertir todo, que no recaiga toda la capacidad para hacer ese proceso al máximo, sin que se haga con otras personas interesadas para el manejo especial de esos residuos, sin necesariamente una privatización, con un arrendamiento a una participación privada, pero no entiendo el afán de privatizar, siendo que inclusive rentan el servicio”.
Dijo que con estas alternativas el municipio tendría el recursos y sería el beneficiario a largo plazo ya que de otra forma sería el principio de una privatización que se abriría a todo el sistema de recolección de basura, desde los contenedores en las calles; “no sabemos quienes están dentro de ese interés, si lo ha hecho, es viable que el municipio lo haga; finalmente el municipio está obligado y tiene la capacidad de hacerlo”.
Flores de Anda indicó que en otras ciudades del mundo, como dio el ejemplo de Singapur, es primordial el manejo de residuos urbanos con campañas para incentivar que se dejen de utilizar envases que no sean biodegradables, plásticos que se han utilizado en los últimos 50 años de forma masiva; si bien dijo, no se va a poder privar de pronto del uso del plástico, ese no es el problema, sino la falta de cultura de su manejo y disposición final: “Cuántos de nosotros, finalmente tenemos la conciencia de que todo ese plástico que se deriva de la compra de productos, llega a la disposición final en contenedores y rellenos; nos comemos algo y la basura en vez que la dispongamos en un contenedor adecuado termina en la calle, el plástico daña al medio ambiente, pero no hay un marco legal que garantice sanciones a quien haga eso”.
El activista subrayó que en otros países están bajo esta legislación desde hace 30 o 40 años, donde se prohíbe y hay una repercusión económica para quien tire basura en la calle lo que ha permitido disminuir el problema al máximo, tener un volumen mínimo de basura que puede ser manejado a la perfección con un sistema de limpieza: “Desde ahí sería bastante bueno que se pensara en aplicar una política cero tolerancia a tirar basura y generando plástico que sea degradable, pero se sigue utilizando plástico derivado del petróleo; no se masifica y los gobiernos no promueven empaques ecológicos, porque se van a seguir necesitando, vamos a tener que utilizar los plásticos, pero con esto se garantiza que en el relleno se va hacer composta y generar un enriquecimiento para las plantas, como un abono y no generando empaques que son dañinos; ahí la clave es que no tenemos muchas alternativas como ciudadanos para acceder a productos más compatibles con la conservación del medio ambiente, suelo y agua”, enfatizó Carlos Flores de Anda.
