La presente elección intermedia 2019, para renovar alcaldías, regidurías y sindicaturas en el gobierno desde lo local, y así conformar constitucionalmente nuestros Ayuntamientos, me temo que habrá de transcurrir más en el ruido electorero -acusado más aún por el ruido ferial-, que en el diálogo y debate ante el ágora pública, que se ha dejado para las postrimerías de las campañas políticas, en los días 20 y 27 de mayo, justo antes de los cierres partidistas, para la jornada electoral del 2 de junio-2019. Fechas en que probablemente alcancemos a denotar algunos contrastes significativos entre los planes y programas de gobierno de los candidatos participantes.
Ruido electorero y bullanguero que si acaso dejará señalados algunos petardos estridentes y cohetes chifladores para regocijo y jolgorio de los romeros y comparsas de los partidos y candidatos contendientes. El ayuno postcuaresmeño consistirá en la escasez de ideas sólidas de proyectos bien planeados y empaquetados, para encarnación de políticas públicas dignas de ser impulsadas y etiquetadas en el presupuesto de Ley, a ser ejercido. Lo que se está supliendo con solícitas provocaciones a la emoción, el afecto, el abrazo apapachador y digámoslo sin tapujos, el simple cachondeo para ganar potenciales electores.
Hasta la fecha, hemos presenciado una selección de candidatos turbia, tardía, trastabillante, divisiva, sin el dulce sabor de leche y miel, que más bien se ha aderezado con cajas destempladas, caras atufadas y gestos más agrios que un jocoque ya pasado. En todo ello vemos signos ciertos de palos al aire, tiros de escopetazo sin precisión, liderazgos sin trazos claros y definidos como de un buen pase natural, a pie firme, reunión graciosa y ceñido encuentro. La forma de citar al respetable más se parece a gritos de pujido a veinte metros de distancia y con la punta del capote, a ver si el rabillo del ojo de los interpelados alcanza a captar el cite.
Estando así la desconexión de citadores y citables, es natural que poco o nada pase, en estas fortuitas llamadas a misa o asambleas a la cargada, a las que parecen acudir pocos afines, simpatizantes o partidarios; ya no digamos militantes convencidos, proactivos y adherentes. Seguramente lo que más resuene sean las campañas al aire, por radio o TV, y sean concurrentes los más enterados y metiches que repiqueteen por las redes sociales.
Lo cierto es que, a 30 días de los comicios, ya urge tener algunas ideas en mente, para saber por quién votar y por qué votar. Y para ayudar con esta primera cruz en la frente, propongo recuperar de la memoria, algunas ideas ya cuajadas en el papel y que merecieron la atención y buena escucha del respetable. Siendo mi convicción de que habiendo merecido el voto ciudadano, han marcado ya un trazo claro para el devenir y porvenir por el que han comportado un mayoritario consenso de los aguascalentenses.
Me referiré, en primer lugar, a las ideas centrales con que fueron estructurados dos planes de desarrollo: el inmediato pasado, de la propia alcaldesa en campaña, y el otro antepasado de la anterior alcaldesa.
El primero. El Plan de Desarrollo Municipal 2017-2019 se estructuró en 4 Ejes: 1. Ciudad Humana. 2. Ciudad Inteligente e Innovadora. 3. Ciudad Ordenada. 4. Gobierno Abierto. Cuya Visión se enmarca en que, al final del ejercicio constitucional, Aguascalientes es una Ciudad Humana, Innovadora y Ordenada. (Plan de Desarrollo Municipal 2017-2019. María Teresa Jiménez Esquivel).
El segundo. El Plan de Desarrollo Municipal 2011-2013 quedó ordenado en tres ejes temáticos: I. Ciudad con gobernanza; II. Ciudad equitativa, y III. Ciudad competitiva. Cuya visión implica, y así lo resume la alcaldesa, que la ciudad es el patrimonio de todos y todas, y tenemos derecho a disfrutarla. Pero la ciudad es también responsabilidad de quienes en ella habitamos y como tal, tenemos la obligación de cuidarla. Y es en este doble sentido de obligación y derecho, como pretendemos que se entienda el lema de la ciudad de todas y todos. (Plan de Desarrollo Municipal 2011-2013. Lic. Lorena Martínez Rodríguez).
Así es como transitamos del ideal de la apropiación de la ciudad como un bien total que nos interesa a todas y a todos, a la caracterización de la misma ciudad como un ente más humano; esta evolución pretendida y con aspiración a ser, a lo mejor, conquistada en cosa de 3 trienios. Seguramente ni una ni otra expectativa esté acabada del todo, pero constituyeron la idea fuerza que motivó un aliento de la vida pública hidrocálida, para ennoblecer el ideal de la ciudad que queremos para nosotros.
En el proyecto más viejo, significó afrontar una problemática centrada en los temas de seguridad pública, normatividad y control reglamentario, administración y finanzas públicas, planeación y participación ciudadana, transparencia y rendición de cuentas. Lo que definió el primer eje, como el de ciudad con gobernanza.
En ese momento predominaban en la población algunos rasgos importantes que ameritaban ser abordados con decisión y eficacia, se trataba del eje ciudad equitativa; en que se incluyen como problemas centrales rubros tan importantes como equidad de género, salud y adicciones, educación, deporte, cultura, empleo e ingreso, pobreza y marginación.
En el área de infraestructura física, vialidades y servicios públicos, resaltaban como problemas centrales los correspondientes a desarrollo urbano y vivienda, vialidades y tránsito, sustentabilidad, agua, residuos sólidos, alumbrado público y otros servicios; que fueron cubiertos bajo la sombrilla de una ciudad competitiva, Es decir, todo ello como condicionante de una ciudad capaz de detonar el desarrollo económico y ser digna de albergar prioritariamente el capital foráneo. Ese fue el sino y destino de Lorena Martínez Rodríguez.
Para el proyecto más reciente, aún por terminar y envolver para su entrega, tenemos: -Una ciudad más humana, Eje 1, que implica privilegiar el desarrollo y la integridad de las personas a partir de la construcción de un entorno más seguro, especialmente para los grupos más vulnerables de la comunidad. Lo que requiere un nuevo modelo de seguridad pública, con la modernización de sus cuadros policiales; un Aguascalientes incluyente y garante de los derechos humanos; y el desarrollo económico de pobladores y comunidades.
Ser una ciudad que ofrece a sus habitantes, la evolución en la calidad del espacio público y de los servicios públicos, o Eje 2, como ciudad inteligente e innovadora. Para cuyo efecto hay que impulsar servicios públicos de calidad; promover espacios públicos para la prevención del delito; invertir en una obra pública innovadora, apta para la movilidad urbana; desarrollo de infraestructura y equipamiento urbano. Que sería el pre-requisito para una Ciudad Ordenada, Eje 3, que con base en el entorno físico, ambiental y urbano habrá de privilegiar la sustentabilidad de la ciudad, a partir de modelos de movilidad responsable con el ambiente.
Objetivo estratégico que depende de políticas públicas específicas como las de una ciudad planeada bajo la rectoría del IMPLAN y de la Secretaría de Desarrollo Urbano; aunado a políticas de movilidad urbana responsable y otras colaterales de sustentabilidad y cambio climático.
Se pretendería cerrar este círculo virtuoso, con el eslabón de un Gobierno Abierto, 4º Eje, mediante la modernización del gobierno municipal en materia financiera, jurídica, digital, con transparencia y rendición de cuentas. Cuyos principales instrumentos serían recurrir a procesos, resultados y personal del servicio público capacitados, digitalmente. Y expandiéndolo a todo el Gobierno. Para todo ello aplicar políticas de finanzas sanas (con austeridad municipal), el incremento de la recaudación -con honestidad, eficiencia y transparencia-, en prosecución de la innovación para beneficio de la población de Aguascalientes. La otra serie de políticas públicas es la de Reglas Claras, sobre todo en compras, licitaciones y concursos; así como la actualización de la normatividad municipal.
Estos solos conceptos ameritan una seria discusión pública y su debida evaluación, puesto que solamente agregar ruido -electorero o feriandante- por sólo hacerlo, no contribuye a ningún avance. Recordemos la importancia del ideal cartesiano aquel de procurar ideas claras y distintas, pues sin ellas estaremos patinando en el mismo sitio, sin movernos.
La presente alcaldesa, en campaña, aún debe cerrar debidamente su gestión, precisamente basada en el plan que se propuso realizar hace tres años; el otro plan -más viejo- que le antecedió, apenas si ha sido ponderado como un factor real de cambio -como yo sí pienso que lo fue en alguna medida-. Baste sólo con avistar la famosa Línea Verde, para denotar un cambio significativo en el diseño de ciudad, equipamiento urbano, movilidad y seguridad ciudadana, promoción de la cultura e impulso a la productividad familiar.
El tema del agua fue, es y sigue siendo una asignatura de primer orden en el contexto de sostenibilidad y viabilidad de nuestra ciudad. No se reduce a Veolia sí o Veolia no, este tema creo que ya está por ser cosa juzgada; habrá que prever lo que sigue después de ella, y no se avizoran líneas claras y distintas al respecto.
La otra asignatura pendiente es la de Seguridad Pública. Me temo que continúa por allí la visión mezquina, pichicata, miope, improductiva, ineficaz, paralizante de si “mando único” sí o no; mando estatal o mando municipal, o mando predominante de la Guardia Nacional -en tanto persista la amenaza del narco-. Aguascalientes ya probó el valor de contar con un instituto de seguridad pública municipal, al que falta dar continuidad, coherencia, consistencia, y eficacia en lo local. Basta de rebatinga por los pingües recursos nacionales en este sentido. El municipio se construye desde lo local hacia y hasta lo Federal, y no al revés.