
A pesar de que aún no se entabla el debate político en cuanto tal, y sólo aparecen bocetos y trazos inacabados de las aspiraciones de los candidatos a gobernar nuestro municipio; anticipo intencionalmente algunos conceptos pre-existentes de lo que ha pretendido ser la vocación y el perfil ideal de la ciudad de Aguascalientes. A escasos veintidós días de la jornada electoral 2019, todavía la puja electoral no entra en su fase crítica, y ya urge saber a quién y por qué se habrá de investir como mandatario de nuestra alcaldía. En fuerza de este apremio, adelanto algunos conceptos críticos y fundamentales.
¿De qué hablamos cuando nos referimos a una “ciudad” que, de origen, fue creada como un “municipio”? Esta simple pregunta acerca de la fundación de una villa, en un territorio, en un momento dado del tiempo, que al final es definido por el poder de una autoridad política cuyos alcances se desprenden de su “ámbito jurisdiccional” propio, y se ostentan como “de la Corona”, del Virreinato, del nuevo reino de…, etc. Y luego, según la fase histórica de que se trate, se habla de territorio emancipado de la metrópoli, de territorio independiente, de territorio soberano, o de autonomía territorial regional, reconocida constitucionalmente, etcétera. Esa larga evolución socio-política nos lleva de regreso a la unidad de origen, la villa, en nuestro caso, de Aguascalientes. La que, por ser municipio, es sede de los poderes públicos y nos lleva indefectiblemente a la visión de una realidad “local”. En cuyo seno se debate lo político y la vida ordinaria de sus pobladores, elevados a su dignidad como “ciudadanos”.
Al abordar este tema desde lo local, nos hemos referido, en mi entrega anterior, al tema de la ciudad vista como un todo, y que según el plan municipal de desarrollo en suerte, se la puede calificar como I. Ciudad con gobernanza; II. Ciudad equitativa, y III. Ciudad competitiva, para el respectivo plan 2011-2013, de la Lic. Lorena Martínez Rodríguez; o bien como 1. Ciudad Humana. 2. Ciudad Inteligente e Innovadora. 3. Ciudad Ordenada. 4. Gobierno Abierto, para el plan correspondiente a 2017-2019, de María Teresa Jiménez Esquivel.
Ambas denominaciones son genéricas y más bien descriptivas desde el punto de vista Administrativo, es decir, sus conceptos vienen a ser generados después de aplicar una larga y compleja metodología que originalmente partió de la realidad física, geográfica, demográfica, económica y de estructuración social con características propias, cuyas variables técnicas y científicas van haciendo surgir patrones de desarrollo diferenciados, lo que arroja una diversidad de características, y necesariamente las va dispersando o asociando -según la semejanza o desemejanza de sus elementos-, hasta darles una fisonomía propia que las distingue y las conforma en zonas o regiones perfectamente identificables. De manera que aquel “todo” inicial es en realidad un concepto abstracto y último, que surge después de una minuciosa dispersión de elementos componentes, que están allí -ocultos y supuestos- en la realidad.
A este proceso se le conviene en llamar: “regionalización”, el que permite aplicar unidades de observación y medida, más inteligibles y comprensibles para efectos de una planeación adecuada del tipo de desarrollo que sea consistente con su realidad física y poblacional. Los dos proyectos que aquí citamos tienen como base de su planeación estratégica, ese ejercicio que se enfoca en la diferenciación de “regiones”, para un supuesto mejor tratamiento, a la hora de gobernar y, centralmente, de administrar desde el poder público.
Bajo estos supuestos, el municipio se caracteriza por la definición de 9,998 unidades territoriales actuales, correspondientes a igual número de manzanas dentro de la delimitación virtual constituida como frontera de planificación plasmada dentro del Plan 2030, el cual se encuentra en vigencia y operación; además se cuenta en el área rural con un total de 431 localidades, de las que no se logró disponer de una delimitación territorial para cada una de ellas. Las 9,998 unidades territoriales fueron sintetizadas en 13 macro variables demográficas y socioeconómicas. El análisis de la variación conjunta de los indicadores al interior de cada unidad territorial permitió la delimitación de espacios continuos correlacionados. Se utilizó el Método de Linkage Analysis (análisis de encadenamiento) combinado con la construcción y aplicación de índices de potencial socioeconómico y de correlación demográfica. (Plan de Desarrollo Municipal, 2011-2013).
Metodología. El procedimiento clasificatorio no genera un modelo único y estático, sino que pone de relieve una herramienta de gran flexibilidad al momento en que resulta necesaria la exploración de alternativas posibles. Es indudablemente el profesional que lo ponga en práctica quien deberá convertirlo en una herramienta de utilidad al tomar las decisiones más acertadas en cada etapa del procedimiento y principalmente en la interpretación del resultado final.
Todas las variables integradas fueron utilizadas para la construcción del modelo de Regionalización Integral. La unidad mínima de análisis de datos fue la Manzana para el área urbana y la localidad en el área rural, la unidad de análisis matricial es la manzana y en el área rural es la localidad; y la unidad cartografiable en el área urbana y rural fue la Región. – Como resultado del análisis, se obtuvieron 9 Macroregiones que son las siguientes: 1.- Centro; 2.- Circunvalación; 3.- Ferrocarril; 4.- Línea Verde; 5.- Oriente; 6.- Insurgentes; 7.- Poniente; 8.- Norte; 9.- Industrial; y una Macro Región Rural (José María Morelos y Pavón/ Cañada Honda; Villa Lic. Jesús Terán/Calvillito; Villa de …..; El Salto de los Salado; Santa Cruz de la Presa/La Tlacuacha).
Las macrorregiones socioeconómicas resultantes constituyen espacios adecuados para la planificación de las intervenciones en el territorio y para la gestión de acciones relacionadas con la reducción de disparidades territoriales, enmarcadas en los 3 ejes estratégicos de la planificación municipal: Municipio con Gobernanza, Municipio Equitativo y Municipio Competitivo. El sustento geo- estadístico fue producto de la compilación de información proveniente de fuentes primarias (encuestas ciudadanas) y secundarias (información institucional disponible a nivel de manzanas). Los datos provistos por el H. Ayuntamiento de Aguascalientes fueron provistos en su mayoría a través de el Implan Aguascalientes.
El supuesto fundamental de esta clasificación descansa en la convicción de que el desarrollo integral del municipio, visualizado a través de los enunciados y planteamientos plasmados como premisa inicial del estudio, requiere de un modelo de planificación regional que oriente la focalización adecuada de las intervenciones multisectoriales; de lo contrario, es probable que se desarrollen acciones incongruentes con las características y particularidades que se presentan al interior del territorio nacional.
Bajo un enfoque que privilegia la “transversalidad” de los ejes principales de acción, en el segundo plan de desarrollo analizado 2017-2019, encontramos que para el caso de “Ciudad Ordenada” se define que ese orden aludido supone una planeación integral del entorno físico, ambiental y, por ende, urbano; que privilegia la sustentabilidad de la ciudad a partir de modelos de movilidad responsable con el ambiente. Una ciudad ordenada evalúa el desempeño de sus políticas públicas y las renueva a través del consenso con la población (Ver: Plan de Desarrollo Municipal 2017-2019, opus cit., p. 63ss). En donde, el orden urbano es una responsabilidad compartida del gobierno municipal y la población, porque juntos es que éste puede prevalecer en el tiempo, aprender de sus aciertos y corregir sus desatinos. Este eje prioriza la intervención urbana desde un punto de vista social, que contribuya en la construcción de la Ciudad Humana a la que se aspira.
Y, en atención a este enfoque de “transversalidad”, el espacio público entendido como “ciudad ordenada” supone: una plataforma municipal de Planeación Integral, el control del Desarrollo Urbano, una Movilidad Sustentable y, para ello, un Programa Integral de Sustentabilidad; de modo que las políticas transversales a ser intervinientes para una Ciudad Inteligente e Innovadora, corresponden a: – Servicios Públicos Todos Juntos Aguascalientes; aprovechamiento y reutilización del Agua; espacios públicos para la Prevención de los Delitos; obras para la Movilidad Urbana; e Infraestructura y Equipamiento Urbano.
Como podemos observar, los enfoques de ambos planea de desarrollo no son opuestos ni contradictorios, sino que proceden de dos tipos de óptica, que en principio pueden ser complementarios, uno que privilegia el aspecto geográfico, demográfico, económico y social; el otro que supone la constante interacción de gobierno y ciudadanía para ser efectivos. En realidad, ambos proyectos de planeación estratégica apuntan hacia un tipo dado de Administración, gestión o gerencia pública, que para el caso más reciente se sustituye el término clásico de “dependencias” por el de “agencias” de gobierno, cuyas funciones se agrupan entorno a conceptos más “modernos” como los de “ciudad humana, ciudad ordenada, ciudad inteligente e innovadora, y gobierno abierto”. Lo cierto es que la evaluación ciudadana tiene que observar los resultados esperados y aprender a seguir evolucionando y creciendo desde sus ensayos previos. Nunca podemos avanzar, partiendo siempre de “0”/cero y sin corregir los errores del pasado. Sea.