Increíble la riqueza y el inagotable poder creativo de nuestros compositores, la semana pasada me quedé fascinado con el concierto para clarinete compuesto por el maestro Javier Álvarez y me engolosinaba con la fuerza e incontenible poder de la interpretación de esta pieza concertante del clarinetista del Onix Ensamble Fernando Domínguez a quien le fue encomendado el compromiso de ejecutar esta complicada partitura, todavía no termino de digerir el concierto pasado y, este viernes, en el cuarto concierto de temporada, el maestro Areán nos pone de frente a otro monumento concertante de la música mexicana, pero con lenguajes completamente diferentes, el caso de la semana pasada se trata de un concierto con un lenguaje atonal, sin líneas melódicas bien definidas pero de una técnica irreprochable y una estructura musical perfectamente bien cimentada, por otro lado el Concierto para guitarra Paracelsus de Alexis Aranda y dedicado al guitarrista Jaime Márquez que lo interpretó el viernes en un estreno mundial que resultó imperdible, es una pieza concertante muy cantábile y llena de hermosas melodías. Uno se pregunta, sin dejar de ser dos conciertos contemporáneos y mexicanos, ¿cómo es que son tan diferentes? Pero además de diferentes, ambos de un valor musical incuestionable. Esperaba que estuviera en la sala del Teatro Aguascalientes el maestro Alexis Aranda, entiendo que la situación lo ameritaba, sin duda, el estreno mundial de este concierto, pero lamentablemente no estuvo presente, hubiera sido genial, de hecho el maestro Aranda ya ha trabajo anteriormente con la OSA y es un compositor conocido por el público melómano de Aguascalientes.
Este concierto lo escribió el maestro Aranda por encargo de quien lo ejecutó, el guitarrista Jaime Márquez, y el estrenó fue un verdadero éxito. Se trata de una obra dividida, como buena parte de los conciertos, en tres movimientos, cada uno de ellos, en lugar de indicar el carácter de la música, hace referencia a la intención descriptiva. Como ya lo mencioné líneas arriba, se trata de un concierto pletórico de motivos musicales bellísimos, el primero de ellos Astrología contemplativa, inicia con el puño del guitarrista golpeando el cuerpo del instrumento para producir resonancia para pasar inmediatamente a un hermoso pasaje de arpegios mientras el principal de la sección de violoncellos, en este caso el maestro Ildefonso Cedillo cantaba la melodía principal, un canto melancólico, triste, pero de una belleza sobrecogedora. Este mismo recurso lo emplea al inicio del segundo movimiento pero en este caso, la melodía principal la interpretan inicialmente el oboe y después interviene la flauta traversa a diferencia del tercero donde la orquesta acompaña a la guitarra, acercándose más a la forma ortodoxa del lenguaje concertante.
La ejecución del maestro Márquez impecable, un concierto que él mismo solicitó y que estrenó la noche del pasado viernes en el cuarto concierto de la segunda temporada de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, sin duda este deberá ser considerado uno de los grandes conciertos mexicanos de la primera mitad del siglo XXI, he escuchado otras obras de Alexis Aranda y sin dudarlo, siempre lo he considerado uno de los compositores mexicanos de la actualidad, es de los que más me gustan junto con Armando Luna, Leonardo Coral, Baca Lobera y algunos más, pero lo que escuché la noche del pasado viernes es más, mucho más de lo que mis expectativas tenían presupuestado. El maestro Areán, como siempre, siendo muy cuidadoso, quizás escrupuloso en el cuidado del solista, sin la menor duda, para quien se presente como solista teniendo al maestro Areán en la batuta deberá sentirse seguro y podrá trabajar con toda confianza en la ejecución de su instrumento sabiendo que tiene una base sólida en la cual puede pisar con toda confianza.
El resto del programa lo completaron dos obras de repertorio, las dos de Wolfgang Amadeus Mozart, primero la obertura de la ópera El Rapto en el Serrallo, y después del intermedio la célebre y bellísima Sinfonía No. 38 en re mayor K. 504 conocida con el nombre de Praga, curioso el hecho de que siendo Mozart uno de los máximos representantes del clasicismo vienés con todo lo que esto representa, haya dejado esta sinfonía en solo tres movimientos prescindiendo del infaltable menuette como tercer movimiento y con una duración poco común, quizás demasiado extenso para una sinfonía de solo tres movimientos, la duración, dependiendo del tempo del director, es de caso 30 minutos.
Para la próxima semana, en el quinto concierto de temporada, tendremos un programa compuesto por Danza de las Furias de Orfeo y Eurídice de Christoph von Gluck, continuamos con la Sinfonía No. 7 en do mayor llamada El mediodía de Franz Jospeh Haydn, y terminamos después del intermedio con la Sinfonía No.2 en si menor, D. 125 de Franz Schubert, dos grandes sinfonistas para la próxima semana. El concierto es el viernes 21 de junio a las 20:00 horas en el Teatro Aguascalientes, la casa de nuestra orquesta sinfónica, por ahí nos vemos si Dios no dispone lo contrario. Hasta entonces.