El viento son navajas.
Sobre nosotros un toldo insuficiente para tantos todos
y las nubes que se vuelven lluvia,
diluvio de repente,
hay que esperar, alguien nos dijo,
que Andrés Manuel ya casi llega, va lento
por estos largos caminos estropeados.
Viene a agradecer porque ganamos,
tanto navegar, tanto naufragio,
por eso estamos aquí todos de nuevo,
resistan nos dijeron y que la lluvia arrecia,
es un caudal de río, mil cascadas.
Cómo no aguantar si venimos de tan lejos,
de la humillación, escarnio vivo en la derrota,
venimos de tocar en cada puerta
de hacer puentes con palabras
y triunfamos.
Aquí estamos ahora en la tormenta,
con los paraguas hacemos la muralla,
el que tiene dos ofrece uno,
me quité la chamarra y con otras tres
nos protegimos,
alguien prestó una lona para cubrirse varios,
cuánta fuerza del agua lleva el viento
y no nos movimos, la plaza seguía llena.
Ahora sólo faltan los relámpagos,
dijo una señora
y un estruendo encendió la tarde
reímos a mitad del aguacero,
reímos tanto y reír nunca fue tan subversivo.
De a poco la lluvia y el viento eran murmullo,
que el Peje ya está cerca, nos dijeron.
Llegó y lo vimos andar como siempre entre nosotros,
subió al templete, la nube era llovizna,
gracias nos dijo, hemos triunfado,
coreamos las consignas, un solo canto.
Cómo no ganar así, si estamos todos.
Guadalajara, Noviembre de 2018.