Y sin embargo… / Opciones y decisiones - LJA Aguascalientes
29/11/2023

Aun cuando es todavía temprano para poder evaluar a profundidad, el impacto de la Elección 2019 para renovar las alcaldías de Aguascalientes, la validación realizada por los cómputos distritales del IEE, y dada a conocer este viernes por los respectivos consejos municipales, ya podemos tener una idea del perfil que tuvieron estos pasados comicios. Resalta, en primer lugar, una muy baja participación ciudadana, que contrasta con las muy honrosas excepciones de municipios como San José de Gracia (73.07% de participación), Tepezalá (71.11%), y Asientos (63.0%). (Fuente: LJA.MX. La Purísima…Grilla: Córcholis y recórcholis. 06/06/2019). En efecto, para el municipio capital del estado, apenas si acudió a las urnas el 50% de la población electora, en contraste con una lista nominal que topaba arriba de novecientos mil posibles electores.

Estando así las cosas, tenemos que afrontar al día de hoy unos resultados electorales que, con justa razón, cuestionan el grado y la madurez de nuestra vida democrática. Instancia -por otro lado- sin demérito alguno contra la libertad de opción y decisión de cada elector en lo particular; pero sí indicativa del ánimo y la atmósfera que pervade tanto la opinión como la percepción y vivencia pública respecto de los partidos políticos en contienda, sus prácticas electorales al uso y desde luego las candidaturas que abanderaron. Lo que dicho en corto y claro, cayó bajo en las expectativas de la ciudadanía, y no concitó a una mayor participación ciudadana.

 

En segundo término, este examen preliminar de los resultados electorales, nos arroja un saldo negativo respecto de la calidad de la elección, y este punto tiene qué ver con el asunto toral de los comicios: asignar el poder político a ciudadanos elegibles, relativo al orden de gobierno de que se trata, federal, estatal o municipal. Dicho de otro modo, el voto ciudadano em-podera al candidato elegido, para ejercer el gobierno de la comunidad, durante un periodo determinado y en una jurisdicción territorial precisa.

Se trata, efectivamente, de asignar “autoridades” (Lat. Auctoritas-tatis: a quien se da el crédito, la acción legal, y la consideración de un tal carácter), a quienes por cierto quedan sujetos los habitantes de un tal territorio. Es en este preciso sentido que surge la cuestión de si una baja participación electoral, afecta o no la “legitimidad” de una autoridad, así elegida.

En la columna editorial que cito, se invoca este tema, el cual queda referido a la opinión vertida por el propio consejero presidente del IEE, “se mostraba preocupado por el “nivel de legitimidad” con el que designamos a nuestras autoridades, a lo que nosotros nos quedamos pensando, con todavía la resaca a cinco días de la jornada electoral, que no se trata de legitimidad, pues los votantes, más de doscientos mil, salieron a emitir su sufragio por su favorito o favorita y eso le otorga el carácter de legítimo y legal”. (Fuente: LJA.MX. La Purísima…Grilla: ¿Dos Proyectos? 07/06/2019). Afirmación de la que podemos inferir un punto problemático. ¿Se ve o no comprometida “la legitimidad” de una elección poco concurrida?

A lo que, en lo personal, opino que el criterio de la editorial de este diario, sí tiene razón por lo que a legalidad se refiere, pues la voz “legítimo-a”, si obedece a la raíz de la cual proviene (Lat. Lex-gis, ley), que está jurídicamente fundado, reconocido conforme a derecho, consagrado por ley, entonces es incontrovertible. En cambio, respecto a la calidad de “legitimidad”, aquí nos topamos con un término equívoco, es decir, ambivalente, pues se trata de la referencia a un concepto más propiamente sociológico que jurídico.

Me explico, el análisis sociológico hace referencia a “legitimidad” de un sistema político, en tanto que a la cantidad y la calidad de representación social que dicho poder político es capaz de comportar, precisamente gracias al consenso ciudadano emitido a su favor, y el cual le otorga mediante elecciones libres y secretas en acuerdo con las normas constitucionales vigentes.

Un ya célebre analista de este asunto expresa con gran precisión su problematicidad. “Atrapado entre la tendencia democrática hacia la política y la tendencia despolitizadora de la sociedad liberal, el ciudadano del capitalismo tardío desarrolla una esquizofrenia política” (Alan Wolfe, Los Límites de la Legitimidad, 1980, Siglo XXI Editores, S.A.). Esta ruptura que el autor señala a nivel mental del propio individuo contemporáneo, ocurre en el comportamiento de los ciudadanos, a la hora en que tienen que elegir entre la opción por la acción política concreta, o la opción por abstenerse completamente de ella. Al intentarlo se encuentran efectivamente divididos, unos optan por la abstención, otros –pocos- por la acción. Esta es una primera constatación.


Y para aproximarla a nuestra realidad, por la lectura de los resultados electorales obtenidos, tenemos que María Teresa Jiménez, del Partido Acción Nacional, gana su reelección en el municipio de Aguascalientes, con un poco más del 50% del total de los votos (216,964), pero sólo 111 mil 404 de sufragios para ella. Sí, le gana 2 a 1 a Arturo Ávila, que sumó 52 mil 944, ¿esos números son victoriosos?, ¿alguien piensa que sí? (Cfr: LJA.MX. La Purísima…Grilla, ut supra). En efecto, ella capta un poco más del 50% del total de los votos emitidos por el Municipio de Aguascalientes, ya validados por el cómputo distrital. Porcentaje que traído a términos reales significa: – Que sólo un 24.10 por ciento de los aguascalentenses de la ciudad capital acudieron a las urnas el pasado 2 de Junio, para renovar su mandato; y por ella, refrendaron su apoyo el 12.37% aprox., de la lista nominal, de los posibles votantes. Y su más cercano contendiente Arturo Ávila se aproximó a un seis por ciento de los electores.

Entonces, bajo la perspectiva de la “legitimidad”, sociológicamente entendida, se hace verdad la evidencia presentada por Alan Wolfe. El ciudadano -como tú, yo y nosotros- vive en medio de una ambigüedad sumamente incómoda. Y precisa aún más diciendo: “la condición desdichada del ciudadano esquizofrénico puede advertirse en dos áreas importantes del interés individual: el desarrollo de las actitudes políticas y el ámbito de participación política”. (Nota mía. LJA. Los Límites de la Legitimidad. Sábado 10 de Enero 2009)

Es de advertir que nuestro politólogo en cita no hace referencia a conductas aparentes como la apatía, la flojera, la irresponsabilidad, etc., apunta su tiro de precisión a causas más estructurales de la sociedad, en su versión y desarrollo contemporáneo. De manera que mientras nuestro arcángel patrio nos inspira al ejercicio democrático, nuestro demonio siniestro nos aconseja no participar en política. Y entiéndase que el demonio opera magistralmente en el entramado del mercado capitalista. Recordemos, “The devil is in the details” (el diablo está en los detalles), frase atribuida al arquitecto de origen suizo y nacionalizado francés, Le Corbusier (1887-1965), significando que el éxito de un gran proyecto, depende del éxito de sus componentes más pequeños. Lo que traído a nuestra conversación, estos elementos críticos y estructurales del análisis aplicado a nuestra realidad local, nos llevan a evidenciar una baja representación que es capaz de comportar ahora mismo, la alcaldesa “triunfadora” de esta elección, por una parte; y, por otra, que nuestra sociedad está mostrando un sesgo dividido, atribuible a su muy baja participación política, de la que tenemos clara evidencia.

Todo ello, en suma, se puede calificar de baja legitimidad, sociológicamente entendida, en el poder municipal.

 

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