- Estas lluvias cada vez más frecuentes en México son ocasionadas por el cambio climático
- Se realizará 44 Congreso Mexicano de la Ciencia del Suelo en la UAA
En rueda de prensa, el presidente y vicepresidente de la Sociedad Mexicana de la Ciencia del Suelo informaron que el cambio climático, que provoca sequías y precipitaciones de agua en cortos periodo de suelo, puede hacer perder suelo a Aguascalientes y otras zonas del país.
Este miércoles 31 de julio, Juan Pedro Flores Margez, presidente de la Sociedad Mexicana de la Ciencia del Suelo; Javier Castellanos Ramos, vicepresidente de esta sociedad, y Fernando Ramos Gourcy, presidente del Comité Organización, presentaron las actividades del 44 Congreso Mexicano de la Ciencia del Suelo que se llevará a cabo en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) del 28 de octubre al 1 de noviembre.
Como lo explicó Castellanos Ramos, el tema central del evento será destacar la importancia de lograr la sostenibilidad del suelo mediante las buenas prácticas en la agricultura, la conservación del agua y el cuidado al medioambiente debido a los efectos adversos del cambio climático.
Según el investigador, si se actuara con rapidez se podría disminuir como máximo el cambio climático a 2 grados centígrados en la temperatura del planeta, tomando en cuenta que actualmente existe un cambio de casi un grado centígrado que de por sí ya está significando daños aparatosos en la estabilidad del clima; de no actuar con rapidez se podría llegar a los 4 grados y de no hacer nada el aumento será de hasta 6 grados centígrados, teniendo efectos catastróficos en el planeta.
Como lo apuntó Javier Castellanos, el cambio climático genera eventos de sequía para los cuales México es especialmente vulnerable en su zona norte, al igual que en la zona donde se ubica Aguascalientes donde existe un clima semidesértico. Con la sequía es más complicado el crecimiento vegetal en esta zona y es la vegetación la que en gran medida conserva afianzada la tierra al suelo.
Al mismo tiempo, lamentó el vicepresidente de la Sociedad Mexicana de la Ciencia del Suelo, el cambio climático genera eventos de precipitación de agua excesiva en cortos periodos de tiempo como las trombas y tormentas que han ocurrido en los últimos años en Aguascalientes y otras ciudades del país.
Estos eventos masivos de lluvia, explicó Castellanos Ramos, ocasionan erosión del suelo que se agrava por las condiciones de por sí malas que dejó la sequía previa: “El clima afectará a la agricultura porque el suelo que es el sostén se verá sometido a una sequía o a unos excesos de lluvia y esos excesos de lluvia generarán erosión”.
Como lo apuntó Flores Margez, un centímetro de suelo tarda 100 años en formarse y un evento muy fuerte de precipitación puede ocasionar que se pierdan hasta dos mil o tres mil años de suelo: “El suelo es vital para la producción de alimentos, si se daña el suelo entonces la agricultura dejará de ser sostenible, si agotamos las reservas hídricas, ¿de dónde vamos a tomar agua?”.
En México, informó el presidente de la asociación, hay 142 millones de hectáreas de terreno que han sido desertificadas, lo que significa que se ha perdido una gran proporción de materia vegetal: “El suelo es un recurso no renovable y se están haciendo acciones internacionales para revertir o controlar”.
La materia vegetal, explicó Pedro Flores, es la que se encarga de contener el CO2, que es el principal componente del efecto invernadero que da lugar al calentamiento global, por lo que con mayor desertificación hay mayor calentamiento global lo cual pronuncia la sequía y las lluvias torrenciales; ciclo que se agrava con las malas prácticas como la quema de pata para facilitar las labores de labranza: “Todas esas millones de hectáreas emiten CO2 a la atmósfera, aunque está prohibido hacerlo, pero como nadie controla, esa es la relación directa”.
Cuando se quema la materia orgánica, detalló el presidente, se mata toda la flora y fauna del suelo que como se había dado a conocer con anterioridad, ayuda a mantener la tierra en su lugar y evitar la desertificación.