Coloquio Lippmann, laboratorio del que nace una doctrina económica que terminará envolviendo y dominando nuestra época - LJA Aguascalientes
15/02/2025

  • Entrevista a Fernando Escalante, acerca de Así empezó todo 
  • En el Coloquio Lippmann se reúnen 26 personas estudiosos de la economía, con las ideas de José Ortega y Gasset rondando sobre ellos la mayoría del tiempo. Todos ellos convencidos de que hay una manera correcta de entender los asuntos económicos, una manera correcta, científica, de organizar la economía

 

Las ideas que forman parte del núcleo del programa neoliberal, nos dice el investigador y profesor Fernando Escalante en la presentación del libro Así empezó todo (Editorial Cal y Arena) se encontraban en el ambiente en los años treinta del siglo pasado. Eran las horas más bajas del liberalismo. Las consecuencias de la crisis de 1929 habían sido devastadoras, el ascenso del fascismo, del nacionalsocialismo, la presencia amenazadora de la Unión Soviética, el New Deal en Estados Unidos, parecen apuntar a la mayor presencia del Estado. En ese contexto, Louis Rougier, filósofo, profesor de la Universidad de Besancon en Francia, fundador de la editorial Los libros de Médicis, decide organizar en París una reunión que sirva para poner en contacto a toda una pléyade de pensadores liberales. El pretexto para hacer esta reunión en agosto de 1938 fue la traducción francesa del libro de Walter Lippmann, The Good Society, y la intención es fundar una organización que contribuya a la restauración del liberalismo. El Coloquio Lippmann es un éxito y conducen a la definición de una agenda y un programa concreto para la recuperación del liberalismo. Se funda entonces el Centro Internacional de Estudios para la Renovación del Liberalismo y se convoca a un segundo congreso para 1939, que sin embargo, no se logrará llevar a cabo, pues el 1 de septiembre de 1939 Alemania invade Polonia e inicia la Segunda Guerra Mundial.

En el Coloquio Lippmann se reúnen 26 personas estudiosos de la economía, con las ideas de José Ortega y Gasset rondando sobre ellos la mayoría del tiempo. Todos ellos convencidos de que hay una manera correcta de entender los asuntos económicos, una manera correcta, científica, de organizar la economía. Y por ese camino llegarán a una crítica explícita de la democracia. Y de las masas proletarias. La democracia liberal, como la ven los participantes en el Coloquio, está fundada en el derecho, un “derecho que escapa a la soberanía de las masas”. 

El Coloquio Lippmann es el laboratorio del que nace una doctrina económica (pero también filosófica) que terminará envolviendo y dominando nuestra época. Los cimientos intelectuales se colocaron en 1938 en París, pero el triunfo de Lippmann y los suyos, dueños ya de un corpus institucional se darán en el Consenso de Washington, que terminará imponiendo esta visión economicista de la sociedad, que como bien nos dice Escalante, empezó en ese Coloquio intelectual

Fernando Escalante es sociólogo y profesor de El Colegio de México, y ha sido antologador de libros como El crimen como realidad y representación y autor de libros como A la sombra de los libros. Lectura, mercado y vida pública, entre varios más: 

“Empecé a trabajar sobre la historia intelectual del neoliberalismo hace siete años, estudiando esta historia fue que caí en el Coloquio Lippmann, y publicando sobre esa historia, caí en la cuenta de que hay un desconocimiento general de lo que es propiamente el neoliberalismo, se usa mucho la palabra para calificar cualquier cosa, todo es neoliberal, y con eso termina suponiéndose que el neoliberalismo es todo, de hecho se llega a afirmar que el neoliberalismo no existe. Lo curioso de esta afirmación es que es justo hecho por neoliberales, que lo que hay es el liberalismo de toda la vida, lo cual es falso, el neoliberalismo es una tradición intelectual muy concreta, definida por un grupo de individuos, que decidieron llamarse a sí mismos neoliberales y que adoptaron una postura, que no sólo es distinta, sino opuesta  a la de los liberales clásicos, el neoliberalismo se define a partir de una postura crítica del liberalismo clásico, y esa postura se articula en el Coloquio Lippmann, esa es la importancia que tiene ese hecho histórico, que en ese momento fue una reunión académica, que tiene el propósito de convertirse en el antecedente de un centro internacional de estudios para la reconstrucción del liberalismo, que si se hubiera construido, hubiera tenido al Coloquio como epicentro, pero no llegó a concretarse porque la Segunda Guerra Mundial estaba a pocos meses de estallar, y cuando en 1947 se da la segunda reunión, ya quedaba lejos el Coloquio, y además ya habían surgido diferencias entre algunos de los que habían acudido originalmente. Una vez que empieza a tomar forma el programa académico y político, es en la Posguerra, un momento en los que se dan treinta años de expansión de la economía global con un sistema de economía mixto, es decir, Estado de bienestar y con un potente sector público, que era absolutamente necesario, porque hacía falta una gran inversión pública para la reconstrucción y para la industrialización y modernización de los países periféricos, y eso sólo se podía hacer con economía mixta, hacía falta el estado de bienestar porque estaba la competencia del modelo socialista y hacía falta un sector público potente para apoyar ambas cosas, entonces son treinta años en los cuáles la postura neoliberal es absolutamente marginal, y en los que se olvidan sus orígenes porque sencillamente no importaba, pero cuando resurge con fuerza en los años setenta del siglo pasado el Coloquio Lippmann ya había quedado atrás, pero este coloquio tiene importancia por muchas razones, pero la fundamental es porque se ve con toda claridad  qué es el Neoliberalismo y cómo surge de una crítica al liberalismo clásico, el Neoliberalismo sí existe, es un programa intelectual concreto que no es el liberalismo de toda la vida, y que de hecho la definición del Neoliberalismo le habría horrorizado a Stuart Mill o John Locke, que definen al liberalismo como defensor de la dignidad humana, de la libertad, cuando en el Coloquio Lippmann lo definen como ‘el liberalismo es el funcionamiento libre del mecanismo de los precios’, es una definición que va en contra del liberalismo clásico, e insisto, las tesis centrales del neoliberalismo son críticas del liberalismo clásico, que dicen en primer lugar que no hace falta que el Estado se contraiga, necesitamos un Estado fuerte para defender al mercado de la sociedad, porque la sociedad tiende a defenderse del mercado, y eso es una crítica fuerte. La segunda idea es que darle prioridad a las libertades económicas sobre las libertades políticas, que es precisamente lo contrario a lo que decía Stuart Mill o Tocqueville, que le daban prioridad a la libertad política y a la participación ciudadana, pero a los Neoliberales dicen que si se le da prioridad a las libertades políticas las personas quieren opinar sobre las decisiones de cómo se distribuye el gasto, etc. Entonces lo que hay que hacer es poner las libertades económicas fuera del alcance de la voluntad popular”. Nos comenta Fernando Escalante en entrevista. 

Javier Moro Hernández (JMH): En el Coloquio Lippmann se llevó a cabo una crítica dura a la democracia, por un lado, y a las masas, por el otro. Hay una visión elitista, por supuesto, pero es una visión que se acerca a Ortega y Gasset, en el sentido de que las masas son vistas como un peligro y, por lo tanto, la democracia es peligrosa. Justo esta crítica tiene que ver con lo último que mencionaba: Las libertades políticas no pueden estar por encima de las libertades económicas, como se afirmaba en el Coloquio. 

Fernando Escalante (FE): Había una profunda desconfianza hacia la democracia, algo que trato en otro libro que se puede descargar en mi página y que se llama Senderos que se bifurcan: Reflexiones sobre el Neoliberalismo y la democracia, en donde trato de explicar que la relación entre liberalismo y democracia siempre ha tenido asperezas, es inevitable, Ortega lo decía bien, se refieren a problemas de derecho público distinto, uno es la pregunta de quién gobierna y la otra es la pregunta de qué límites debe tener el mercado, Ortega dice que siempre hay que responder a las dos preguntas: ¿Quién gobierna y con qué límites? El problema es que desde la postura Neoliberal, uno puede fijarse en los límites y desentenderse completamente del problema de quién gobierna, y tener una postura “accidentalista”, por definirla de una manera, sobre la postura del gobierno, y esa es la postura de los neoliberales, pero esto hace que cuando en 1981 la reunión bianual de la Sociedad Monte Pellegrino se realiza en Valparaíso, en el Chile de Pinochet, en donde se publica una entrevista en El Mercurio de Chile con Von Hayek, en donde él afirma que una dictadura puede ser más liberal que una democracia, porque la democracia interfiere con las libertades económicas, y a veces, una dictadura puede ser la mejor solución, es decir, me importan las libertades económicas, lo demás no me importa, y de hecho, sí es democrático es sospechoso. 

JMH: En el Coloquio Lippmann también se marcan muy bien los límites filosóficos del Neoliberalismo, porque se piensa en muchas ocasiones que es una doctrina económica, cuando en realidad es mucho más amplio. 


FE: Es una idea de la naturaleza humana y una idea de la sociedad, es mucho más amplia que sólo la economía, hay una cosa que conviene tener presente, no hace falta suponer que fuese una conspiración de individuos con muy mala voluntad, cuando se reúnen en 1938 para festejar a Lippmann, son liberales convencidos de que lo mejor para la humanidad es organizarse así, convencidos  de que lo público es ineficiente y de que lo privado es eficiente, convencidos del mercado y que defienden al liberalismo, tal como ellos lo entienden, en un contexto muy adverso, cuando están desconfiando de las masas y de la democracia, están desconfiando de la democracia que permitió que Hitler tomara el poder en Alemania, entonces su preocupación no es la misma si la estuviéramos viendo hoy, en ese contexto tiene mucho sentido, por supuesto después hay argumentaciones falaces y muchas otras cosas, pero es importante recuperar la conciencia de que se reúnen con muy buena voluntad para proponer lo que les parece la mejor solución posible. 

JMH: Hay otro elemento que discuten que es justamente la economía de guerra, la discusión se da, como bien señala, un año antes de que inicie la Segunda Guerra Mundial, y entonces hablan de la economía planificada hacia la guerra, tipo fascista o tipo comunista, y analizan las desventajas de ese tipo de economía. 

FE: Es Stephan Possony quien realiza la ponencia ese día de trabajo, y ahí sólo nos queda decir que estaba completamente equivocado en su idea de no hacía falta una economía de guerra, porque incluso en guerra el mercado era la mejor forma de resolver los problemas, ahora sabemos que estaba completamente equivocado, sabemos que es la economía de guerra lo que le permite hacer la guerra a Hitler con tal eficacia y es la economía de guerra lo que le permite a la Unión Soviética resistir, y es la reorientación de la economía y de la relación financiera entre Estados Unidos e Inglaterra lo que le permite a los Aliados sobrevivir, en eso estaban enteramente equivocados.

JMH: La crisis económica de 1929 también marca las discusiones que se entablan en el Coloquio. Pero hay una parte en donde afirman que la culpa es de los sindicatos. También hay argumentaciones falaces sobre qué o quienes provocan las crisis económicas.

FE: Es en 1938 cuando se está desarrollando el Coloquio, y en ese caso están argumentando en contra de Keynes, claramente, el adversario es Keynes, el adversario es la lectura de la crisis que hizo Keynes y las políticas que propuso, entonces tienen que dar otra explicación, una que creen más simple, porque tienen que encontrar otra explicación para que las ideas de Keynes sean vistas como las responsables del mantenimiento de la crisis, entonces como las propuestas de Keynes eran una política contracíclica, que buscaban la expansión mediante los salarios, entonces hay que decir que la culpa es del aumento de los salarios, y en ese caso la argumentación es falaz, pero hay que entender el momento estratégico en el que se está argumentando de esa manera.

JMH: Por otra parte no deja de ser interesante que hablamos de una reunión de  economistas que están pensando en el futuro de la humanidad, el Neoliberalismo, como mencionamos, es una visión amplia, pero que sí surge desde esta visión. 

FE: Su idea de la humanidad es producto de un reduccionismo económico, ven todos los problemas como un problema económico, y tienen una ceguera muy característica hacia los otros problemas. Hay una discusión muy interesante que se da en un momento muy interesante cuando están hablando de los ferrocarriles, y Mises dice, hay una mercancía que es el transporte, el que la ofrezca de manera más eficiente sobrevivirá. y Detoeuf, el economista francés, que sabe mucho sobre el tema, le dice que no, que el ferrocarril es un hecho social del cual depende no solamente el transporte, sino un modo de vida y un modo de orden social, que no podemos darnos el lujo de perder, pero todo esa parte de la discusión nos permite ver cómo abordaban los temas de la compra de empresas públicas, de gasto público, que son temas que no necesariamente tiene una racionalidad económica, ya que tienen otras racionalidades, dado que los Estados tienen otras responsabilidades, y en ese sentido el programa Neoliberal es un programa  reduccionista.

 


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