La poesía mística de Ashanti Dinah / Café Fausto - LJA Aguascalientes
03/10/2024

Apenas hace un par de días llegó a mis manos un ejemplar en digital del muy bello libro en proceso de publicación “Las semillas del Muntú” de la poeta afrocolombiana Ashanti Dinah que cuenta con un excelente prólogo del poeta cartagenero Pedro Blas Julio Romero.

Pude conocer a Ashanti Dinah como académica, dedicada a la docencia y a la investigación literaria, gracias a su generosidad ella me ha asesorado en más de una ocasión en el proceso de elaboración de mi tesis doctoral y ahora descubro este libro que es un deslumbramiento, es para mí el hallazgo de una poeta de alta factura que logra un aporte importante a la literatura afrocolombiana desde un discurso de recuperación y divulgación de una identidad cultural afrodescendiente descolonizada a través de poemas que nos llevan a un encuentro con el místico y profundo cosmos de las religiones afroamericanas y afrocaribeñas.

Sin duda, perteneciente a la estirpe poética del martiniqués Aimé Césaire, del cubano Nicolás Guillén, del discurso fresco y liberador de Frantz Fanon a quien tanto admiro, del destacado poeta Jorge Artel, del insustituible investigador y escritor Manuel Zapata Olivella y por supuesto de mi amigo, el talentoso poeta afrocartagenero Pedro Blas Julio Romero, ahora Ashanti Dinah es un relevo generacional con un primer libro en el que somos testigos de un diálogo y una travesía mística que es a la vez una manifestación de la más bella y conmovedora rebeldía cimarrona.

Vale la pena comentar que la poesía afroamericana y afrocaribeña es el resultado de un largo camino de lucha contra la explotación, el racismo de los pueblos afrodescendientes y del reconocimiento de su identidad cultural desde la descolonización lo que lleva a la colectividad a su liberación definitiva contra los sistemas opresores que justifican la explotación del hombre por el hombre.

Como sabemos, millones de negros llegaron a Nuestra América desde África forzados a ser mano de obra esclava. Fue hasta mediados del siglo XIX cuando surgieron los primeros escritores afrodescendientes pues se les prohibía saber escribir. A partir de entonces ha sido una larga y constante lucha por recuperar su voz y alzarla para ser escuchada, por reencontrarse y reconocer a su religiosidad, cultura, tradiciones y costumbres negadas por la sociedad eurocentrista opresora y lograr la liberación real de las ataduras ideológicas neocoloniales que al tiempo nos llevará en ese camino a la liberación política y social.

En ese rescate de la identidad, investigadores como el afrocolombiano Manuel Zapata Olivella, hicieron aportes importantes como la difusión de la filosofía Muntú que explicado por el también autor de la emblemática novela “Chagó, el gran putas” expresa que en ella se “incorpora elementos de otros pueblos africanos y de fuera del continente, lo que la hace ecuménica en el sentido más humano, es decir: tiene validez más allá de los credos religiosos o políticos. Su prédica mayor va dirigida a la enseñanza de los principios elementales de sobrevivencia y convivencia entre los hombres y la naturaleza. Una filosofía vitalista y existencialista, íntimamente sometida a los mandatos superiores y sagrados de los ancestros”.

Ashanti Dinah, nacida en Barranquilla, dedicada a la docencia en Bogotá y actualmente residente en La Habana, la poeta anteriormente ha sido incluida en los libros  “Más allá del decenio de los pueblos afrodescendientes”, editado en La Habana en 2017 por CLACSO y en “Nueva Poesía y Narrativa Hispanoamericana del Siglo XXI”, publicado en Madrid en 2018, en tanto que ha sido traducida al portugués y al inglés.

Así Ashanti nos comparte esta cosmovisión desde la poesía, como lo expone acertadamente Pedro Blas Julio Romero en su prólogo que es en sí una cátedra explicando que “la poeta Ashanti en el poemario “Las semillas del Muntú” habla desde el corazón mismo de su cultura. No habla por sí misma, sino en nombre de los pueblos ultrajados. Se encuentra, la poeta Ashanti, pues proyectada con lo ejemplar de la fuerza de lo sistemático, logrando llevar en su estructura particular la destreza de explicarnos la importancia, y el impacto progresivo y trascendental de las comunidades de la periferia. Consigue de manera sutil este hermoso combativo gabinete de la poeta Ashanti, guiarnos a dimensiones del pasado donde se cometieron barbaridades contra nuestros ancestros que la iglesia de la colonización de la garrotera cruz lo estuvo permitiendo”.

Publicado en coedición por Nueva York Poetry Press LLC de Estados Unidos, Abisinia Editorial de Buenos Aires y Escarabajo Ltda de Colombia, en el libro la autora nos comparte primero una visión diferente de la creación del universo desde la religiosidad afrodescendiente de Nuestra América, luego nos lleva por un encuentro con sus ancestros, elemento fundamental de esta corriente mística, para iniciarnos en la ritualidad y el encuentro con sus divinidades.


Los Orishas así como las características rituales de expresiones religiosas como el Palo Monte, el Candomble, la Santería y el Vudú entre otros están presentes con musicalidad y belleza sin perder la contemporaneidad al sentir de alguna manera la presencia en su ritmo de pregoneros como el cubano Benny Moré y el puertorriqueño Héctor Lavoe. Y es que en este canto místico todos, naturaleza, divinidades, ancestros y mortales son uno solo en realidad.

“Ahí respiran las aldeas y los reinos africanos / arropados por su colmena interior. / Ahí están las palabras sagradas de Tituba / durante la quema de brujas. / Ahí reposa el canto de un cimarrón / fusilado con el fuego de una escopeta. / Ahí también residen los huesos de aquel fugitivo / colgado en lo alto del horcón”, canta en un poema y expresa en otro “En este hilo de la vida / voy tejiendo rezos a mis dioses. / Cuando las aves se hacen hojas / un silencio me habita con el parto de la luna. / Se serena un olor a lluvia en mis ojos”.

En este andar de poemas, comparte después la belleza mística de lo cotidiano como el aroma del café para transitar luego en un homenaje a Orishas como Obatalá, Yemayá, Shangó, Oyá, Oggún y Ochosí entre otros hasta un ruego  final a los dioses.

Durante una conversación telefónica a Cartagena con Pedro Blas Julio Romero me comentó que el gran aporte de Ashanti Dinah en la poesía afrocolombiana es precisamente abordar este tema, reconociendo el talento sensibilidad y conocimiento de la poeta. 

Deseo profundamente que el libro de Ashanti Dinah pueda llegar a las librerías mexicanas, que los lectores de nuestro país conozcan de manera más cercana el gran aporte literario de la poeta, que pronto podamos presentar su libro en México ya que recomiendo su lectura.


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