He aquí en acción al más antiguo de los dioses; el astro que nos cobija y al que debemos los planetas, y en el nuestro la atmósfera, los vientos, los huracanes, el agua, el hidrógeno, el oxígeno, el carbono, el nitrógeno; La Vida… Es el Sol Invicto, que baña la Tierra, la fecunda y calienta para que dé fruto, todo lo que está vivo; nosotros…
La imagen, la ciudad vista desde el Estadio Victoria, ofrece la sensación de que la estrella se desborda desde el horizonte occidental para cubrir el Valle de los Romeros; inundarlo de luz y calor. En realidad ocurre lo contrario y ya el cuerpo celeste se recuesta tras las montañas del poniente, el cerro de La Campana a la derecha.
En primer plano aparece el templo de La Purísima, y más lejos, a la derecha, el de San Antonio. Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a [email protected]