Greta Thunberg se ha convertido en un referente mundial no sólo de la lucha contra la emergencia climática y el activismo ambientalista, sino también de la movilización social, la presión pública y mediática y la exigencia global de la juventud por políticas públicas inmediatas y efectivas. Sin embargo, hay quienes, en lugar de sumarse, aun críticamente, a los esfuerzos por combatir el cambio climático promoviendo cambios científicamente avalados y orientados hacia la viabilidad de la vida (¿cómo estar en contra que La Tierra siga siendo un planeta dignamente habitable?), descalifican, denuestan y deploran a la adolescente sueca que inició el movimiento global de Fridays For Future. En este texto, explicaré las primeras falacias en las que caen sus detractores a través de un ejemplo particular de una de las redes sociales virtuales más populares y trascendentes, en donde se compara a la detonante de las Huelgas por el Clima con tres de los astros más brillantes en el firmamento deportivo internacional.
El primero de diciembre, Pepo Jiménez publicó en su cuenta de Twitter un hilo tan valioso en su contenido como en las respuestas que motivó: “Messi y Nadal dejaron el colegio sin acabar la ESO (a los 14). Cristiano Ronaldo a los 16. Nadie les critica por ello. Greta Thunberg solo se ha tomado un año sabático y todo el mundo le ha saltado al cuello. ¿Por qué? Cosas que pienso y que me impiden criticar a Greta”. El Arq. Jiménez comienza explicando cómo el asperger de Greta le llevó a enfocar su discurso y a intentar hacer algo frente a la amenaza climática, empezando por lograr cambios tangibles en su propio entorno familiar (algo ya loable de por sí). Y lanza un par de dardos en forma de tweets contra quienes le fincan intereses ocultos a la muchacha nórdica: “Greta no gana (aún) dinero. Los libros que han escrito son para causas benéficas. ¿Y si ganara, qué? Recordad: Messi, Nadal y Cristiano tuvieron mayor exposición, dejaron el cole y han hecho millones desde niños. Hay mucho opinador hipócrita”. “Es una pena que Greta no nos de una Champions, la Davis o Eurovision Junior… lo mismo solo consigue que miles de jóvenes vean en ella un referente DISTINTO al modelo de deporte-éxito-riqueza”. Los dardos dieron en el blanco e incomodaron a las buenas conciencias que raudamente replicaron. Veamos punto por punto.
Una de las principales críticas que se esgrimen en contra de la estridente actividad pública de Greta Thunberg es su corta edad y, asociada a ella, su aún corta trayectoria académica. Desde el carnicero de la esquina (cuyo nivel educativo tampoco lo pone en una posición ventajosa para lanzar el adversativo) hasta encumbrados congresistas (generalmente de la derecha negacionista del cambio climático) han expuesto la idea de que complejas modificaciones políticas públicas sociales, económicas y ambientales no pueden obedecer a las peticiones de una simple colegiala. Uno de los tweets venenosos, sanciona: “Se critica a los adultos que la han convertido en una suerte de Juana de Arco De la Iglesia de la calentología Juana de Arco ‘oía voces’..esta chica vió un documental con 11 años y se obsesionó. Con ese bagaje la han nombrado experta mundial en clima y sistemas políticos.16 años”. En primera, no es una jovencita regular; ya quisieran muchas de las figuras públicas que la desautorizan tener su capacidad de convocatoria, su potencia de discurso, su destreza en la oratoria y su impacto social y mediático. En segunda, y para comenzar con la lista de falacias, veamos lo que recuerda el mismo Pepo Jiménez en el tweet con que culmina el hilo: “Por último, se critican las ideas, nunca a las personas. Si eres adulto y te metes con el físico, o desvías SIEMPRE, SIEMPRE el tema hacia la familia o el contexto lo mismo es que contra sus ideas te quedaste sin argumentos. #YoEstoyConGreta”. A lo que el cierre hace referencia es a la falacia ad hominem, o ataque a la persona, que desvía la atención desde los argumentos hacia características de quien los presenta, que no están en juicio; lo que la lógica y la retórica han concluido desde hace siglos es que una verdad mantiene su calidad independientemente de quien la exponga, por lo que apuntar al mensajero y no al mensaje no aporta al debate, sino que lo empobrece y descarrila.
Otro reproche común cuestiona el tipo de actividad de la popular Greta, como lo demuestran otros de los tweets de réplica: “Si Greta fuera comparable a Messi, Cristiano o Nadal, estaría estudiando 16 horas al día para descubrir las tecnologías necesarias para transportarnos, tener electricidad o producir acero y cemento, sin producir CO2 y a menor coste que hoy”, “Messi y Nadal no se meten a dar lecciones sobre temas sesudos que requieren nivel academicos altos para empezar a comprender, como son las energías alternativas o las derivas ecosistemicas. Pero vosotros buscáis un gurú en una niña pequeña y toda excusa es buena”. Estamos en presencia de la falacia del hombre de paja, que pretende ridiculizar la posición del oponente mediante exageración o caricaturización: se demerita a Thunberg porque sus esfuerzos exhiben altas credenciales en los ámbitos de la investigación científica y la innovación tecnológica, sino en los de la divulgación científica, la movilización social y la presión política. Lo anterior expone también un entendimiento incompleto de la parte detractora pues, si bien se requieren adelantos tecnológicos, lo que las comunidades científica y ambientalista exigen es la implementación de medidas (entre ellas, tecnológicas) con las que ya se dispone y con las que se estarían dando pasos eficientes y sólidos contra la emergencia climática. Greta Thunberg y los Fridays For Future despliegan esa misma demanda y urgen a las voluntades políticas a que actúen en consecuencia. No hay en la iniciativa, discursos y movilizaciones ni cátedras profundas ni ínfulas de aleccionamiento: lo que se exhibe son las conclusiones de la comunidad científica (incluyendo premios Nobel) y las propuestas de la comunidad ambientalista, añadiéndoles la urgencia por declaratorias de Emergencia Climática, de manera que formal, oficial y efectivamente se generen políticas públicas que la atiendan cabalmente. Las demandas de las Huelgas por el Clima son tan razonables, consecuentes y congruentes que, por ejemplo, el Movimiento Católico Mundial por el Clima se ha sumado en cientos de ubicaciones alrededor del mundo a las Climate Strikes, promoviendo que el mismo Papa Francisco se encontrara con Greta.
Ninguna persona o movimiento es perfecto y los argumentos a favor y en contra construyen y fortalecen los esfuerzos y el entendimiento de quienes participan en el debate, y aun de quien lo presencia. Pero las falacias descomponen ese espíritu y desvían ociosa y fútilmente las energías y tiempo invertidos. Greta Thunberg ha catalizado con mucha eficiencia demandas basadas en conclusiones científicas y experiencias de organizaciones ambientalistas alrededor del mundo desde hace varios años; el movimiento que ha inspirado acusa debilidades y ventanas de oportunidad, pero ello no justifica la descalificación a base de falacias. Hemos revisado dos de esas falacias comunes en esta entrega y analizaremos otras dos en la siguiente y última parte, vinculando la información con los acontecimientos de la COP25, actualmente en progreso en Madrid.