La tendencia de presentar en un mismo concierto a músicos jóvenes con otros de consumada experiencia continuó en el cuarto concierto de temporada de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes. La semana pasada disfrutamos de ese punto de equilibrio entre la gran trayectoria del maestro Marcelletti y el novel pero talentoso pianista Elías Manzo, ahora el pasado viernes 21 de febrero se combinó la experiencia del maestro Ludwig Carrasco con la juventud del pianista Pablo Suaste.
El programa está compuesto por tres obras de Ludwig van Beethoven, iniciando con la Obertura del ballet las Criaturas de Prometeo, Op.43, después el Concierto para piano y orquesta No.1, Op.15 en do mayor y terminamos con la Sinfonía No.1 en do mayor, Op.21. Como ha sido la tendencia esta atractiva primera temporada de conciertos del 2020, el público pobló generosamente el patio de butacas del Teatro Aguascalientes, no fue un lleno como otras fechas de esta misma temporada pero nos queda claro que la respuesta del público a la convocatoria de la Sinfónica ha sido muy favorable, y eso siempre será motivo de júbilo.
El primero de los cinco conciertos para piano compuestos por Beethoven está todavía enmarcado en el contexto del más ortodoxo clasicismo vienés con la estructura básica de tres movimientos, uno lento en medio de dos rápidos y el tercero siendo un Rondó como se estilaba en este período musical.
El pianista Pablo Suaste hizo una interpretación muy decorosa de esta bella pieza concertante y resolvió de manera extraordinaria las exigencias que la partitura plantea, sobre todo en las cadencias que es en donde apreciamos las verdaderas posibilidades del solista, y en este caso el primer movimiento del concierto exige del pianista algo más que simplemente una buena técnica, eso que no se estudia en los conservatorios y academias de música, la sensibilidad que en una obra de estas características debe estar ahí, a flor de piel surgiendo de manera espontánea, o dicho más correctamente, fluyendo de manera natural, porque al maestro Suaste la sensibilidad le emerge hasta de los poros de la piel.
En efecto, el Concierto para piano No.1 de Beethoven fue ejecutado con una técnica irreprochable, pero más allá de eso, la sensibilidad es lo que mejor lo caracterizó, el maestro Pablo Suaste nos regaló una ejecución verdaderamente apasionada, y durante el sensible y terso segundo movimiento, se me vinieron a la mente aquellas palabras que la historia de la música nos dice que Beethoven pronunció: “puedes tocar mal una nota o dos, no pasa nada, pero nunca te puedes permitir tocar sin pasión”, y lo menciono no para justificar que el maestro Suaste tocó una o dos notas mal, por supuesto que no, no quiero que mi comentario sea entendido de esa manera, lo menciono justamente por la pasión con la que abordó este concierto, por eso y nada más.
Después del intermedio escuchamos, al igual que el Concierto No.1, otra obra de juventud del genio de Bonn, la Sinfonía No.1 escrita en la misma tonalidad del concierto, es decir, do mayor y con el número de Opus 21, también se trata de una partitura hecha en el más puro clasicismo vienés en una estructura de cuatro movimientos con un tercero indicado como menuette, pero se trata en realidad de un menuette mentiroso, ahí se esconde ya la divertida sonrisa de un scherzo mal disimulado y que el propio Beethoven haría ya evidente en su tercera Sinfonía, la célebre Heroica (o Eroica en italiano) , de hecho los musicólogos consideran que este movimiento del suprimir el inamovible menuette del tercer movimiento del lenguaje sinfónico e incluir en su lugar un scherzo es lo que abre la puerta al romanticismo.
El maestro Ludwig Carrasco, director huésped para este concierto de la primera temporada del año 2020 de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes hizo un trabajo, no solamente exquisito sino muy solvente y convincente, no solo en la sinfonía, durante el concierto se encargó de cuidar debidamente al solista y ofrecerle la seguridad de pisar sobre el terreno sólido que proporciona una orquesta bien dirigida con una batuta firme proporcionando así que el pianista se desenvuelva con toda confianza. Esa misma sensación de seguridad y dominio de la partitura la encontramos en el trabajo realizado en la Sinfonía No.1.
La próxima semana termina esta primera temporada que es corta porque la preparación de la ópera El barbero de Sevilla demanda tiempo para una ejecución digna. Este quinto concierto está compuesto por el celebérrimo Adagio para cuerdas de Samuel Barber, continúa con el poema Sinfónico Mazeppa, No.6 de Franz LIszt y termina con la versión de 1947 de la música para ballet Petrushka de Igor Stravinsky. Este quinto concierto de temporada le ha sido encomendado al maestro Iván López Reynoso que si recuerdas, estuvo una temporada como director interino antes de que el maestro Areán fuera nombrado director titular de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, actualmente el maestro López Reynoso es director adjunto en la Orquesta Filarmónica de la UNAM y se trata, sin duda, de uno de los mejores directores mexicanos en este momento.
La cita con su majestad la música es el próximo viernes 28 de febrero a las 20:00 horas en el Teatro Aguascalientes, la casa de nuestra Orquesta Sinfónica, por ahí nos veremos si Dios no dispone lo contrario.