Fuego/ Bajo presión  - LJA Aguascalientes
29/04/2025

Motivos para reírse le sobran al presidente Andrés Manuel López, de arranque, su estrategia para simplificar el escenario electoral del próximo año a dos opciones ha resultado exitosa, conservadores contra tetratransformistas, conmigo o contra mí, le aseguran a su partido la recuperación de los votos que los fans del presidente le habían quitado a Morena, ante la imposibilidad de acompañar a los candidatos morenitas, aunque sea en foto, el presidente les ha regalado el BOA para que lo empleen a gusto y los identifiquen como aliados de la Cuarta Transformación.

No importa que el BOA no exista, el presidente lo asegura, dijo en la mañanera: “la oposición se propone eso. Lo que está en el escrito es un objetivo que tienen los opositores, pero es legítimo, lo único es que se conducen de manera encubierta y yo hasta me divierto dando a conocer esto porque se tapan tanto, se ensarapan ahí que piensan que nadie lo va a saber; ahora las cosas en México afortunadamente se saben antes de que sucedan, todo se sabe”.

El BOA es un globo inflado, a unas cuantas horas de su presentación en el Salón Tesorería de Palacio Nacional, los supuestos integrantes a los que Jesús Ramírez Cuevas reveló como partícipes en el complot contra el presidente se deslindaron. Las reacciones fueron inmediatas, organismos empresariales, consejeros del INE, magistrados, periodistas, conductores… todos aclararon que no formaban parte de ningún bloque, algunos indicaron que sí tenían diferencias con el gobierno de la Cuarta Transformación, otros hablaron de la legitimidad de organizarse para en las urnas y de acuerdo a las reglas del juego oponerse a López Obrador, lamentablemente, tampoco importa, el presidente ríe porque logró su cometido, denostar cualquier crítica hacia su movimiento.

A pesar de ser un chiste muy malo, el presidente aseguró la permanencia del bloque opositor cuando reiteró en la conferencia vespertina que no importan los hechos ni la verdad, él ya estableció que es así, así lo repetirán sus seguidores y lo emplearán las rémoras en sus campañas.

Lo más grave de dar continuidad al chiste del BOA son el grupo de opositores que no fueron nombrados en el documento, pero de inmediato se adhirieron a él, mientras que a quienes embarró Jesús Ramírez se deslindaron, hubo otro grupo que se tomó en serio la supuesta estrategia para derrocar a López Obrador y nulificar a Morena en las elecciones; a través de sus redes, en Twitter y Facebook, fueron demasiados los que tomaron en serio el documento del bloque opositor y lo integraron a su forma de ser oposición.

Todo gobierno necesita una oposición, todo gobierno requiere contrapesos, no un bloque que se oponga con mentiras a las decisiones gubernamentales, no un grupo que se ufane de su conservadurismo y sea incapaz de representar con dignidad y ética a quienes somos rebajados a simples adversarios necios. 

López Obrador ha conseguido convertirse en un gigante inmaculado en el imaginario de millones que votaron o lo siguen, y contra esa idea la clase política no ha logrado ofrecer a los ciudadanos las herramientas necesarias, la figura constante para oponerse a las medidas que afectan el bien de todos. No es inventando que nos lleva al comunismo como se detendrá la desmedida concentración de poder propuesta por López Obrador; tampoco gritando que está senil y enfermo como se podrá defender a la sociedad toda del intento de la Cuarta Transformación por destruir el andamiaje institucional con que se cuenta para combatir la corrupción, exigir transparencia y rendición de cuentas o regular los diversos mercados. De nada sirve encender la llama del fanatismo para que, en nombre de la gente decente, se organicen marchas en las que cómodamente, con el claxon, se le miente la madre al presidente, porque ni la más larga fila de automóviles ha logrado detener la militarización de la seguridad pública.

El BOA es un chiste, sí, hay que cuidarnos de los payasos que se dicen oposición y creen en que el fuego se combate con el fuego.

Coda. La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados, a esas acciones descritas por Groucho Marx están reduciendo el ser oposición en México un grupo de payasos, convirtiendo la necesidad de un debate político en una comedia de enredos y pastelazos.


@aldan


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Director editorial de La Jornada Aguascalientes
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