Yo el etiquetador/ Opciones y decisiones - LJA Aguascalientes
18/06/2025

El clima político de México, en el curso de la semana que termina, entró a una racha turbulenta cuyo eje se sitúa en la cúspide misma de la presidencia de la República. Sabido es el discurso beligerante y a todas luces descalificativo del presidente Andrés Manuel López Obrador, originalmente en contra de sus adversarios anónimos supuestos, que etiqueta como “conservadores” y “neoliberales”; los que ahora quedan registrados con nombre y apellido en un libelo de guerra titulado como BOA (Bloque Amplio Opositor), en contra de su gobierno. (Fuente: Milenio. https://cutt.ly/3uwfuak). Con clara indicación de iniciar así la campaña electoral para el 2021 y 2022.

Al crudo estilo trumpiano, el titular del Ejecutivo federal está emulando la práctica de “etiquetar” a todo aquel que considera su adversario, bajo el genérico apelativo de “conservador” y, por tanto, enemigo del cambio de régimen político mediante su 4ª Transformación. Esta táctica retórica, falaz a todas luces, se ancla en el “labeling”, que en ciencias de la conducta es visto como un estilo de influencia, utilizado como una energía voluntarista para presionar, o aplicar una fuerza restringente contra un tal interlocutor molesto o empecinado en su posición, con el objeto de sacarlo de balance. El estilo de influencia “labeling” es una variante de la evaluación personal, para denotar fallas o prendas indeseables del contrincante, o aun de un interlocutor con el que se trata de negociar. Un ejemplo aplicado genéricamente a una etnia o raza, o rasgo cultural de un país, es aquello de “los latinos están hechos para la obediencia”. Sin duda una etiqueta que trata de diferenciar a éstos de aquellos que son anglosajones. Los sedicentes defensores de la 4ª Transformación de AMLO “etiquetan” –al chasquido de dedos de su líder moral- a todo el bloque opositor/que no está con ellos/ de “sus” enemigos, por ser “conservadores y neoliberales”. 

Recordemos a Donald Trump cuando todavía en la incertidumbre ante los posibles resultados, calificó las elecciones en las que competía para la presidencia contra Hillary Clinton, como de “rigged”/arregladas, amañadas, fraudulentas (palabra inglesa que en su origen se aplicaba a un barco de vela, cuyo velamen estaba ya plenamente desplegado y listo para navegar). 

El despliegue amliano de ese opúsculo libelista anónimo con nombres y apellidos de la supuesta lista de conspiradores contra su sino electorero, causó una verdadera marejada de protestas –obviamente empezando  por los así indiciados- por empaquetarlos dentro de esta grosera asociación de “golpistas” bajo cubierta/escondite. El rodante rugido del agitado fondo marino que produjo naturalmente nuestra comentocracia ilustrada así ofendida, como editores eximios de fake news, para transformarse en sesudos y bien documentados análisis politológicos. 

En efecto, han sido y están siendo nuestros amigos y colegas politólogos de la comentocracia mexicana, los que encabezan esta línea del frente que enderezan sanos y tronantes juicios politológicos contra esta ofensiva de palacio nacional. Y celebro que así sea, pues está surgiendo a la luz pública una inédita información objetiva de cómo han estado naciendo y recorriendo el mundo por diversas vías los movimientos políticos emergentes como “populistas” o “neopopulismos”, allende los ya conocidos nazi-fascismo, o racistas como supremacistas blancos.

Estamos azorados descubriendo o reconociendo aquello que el viento se llevó, cuando comenzaron a decaer los grandes movimientos democráticos reconocibles de la “social-democracia”, “democracia cristiana”, “eurocomunismo”, “el capitalismo de rostro humano”, “el marxismo revisited” y un largo etcétera de alineaciones políticas de derechas o de izquierdas o centristas, que han sido esmeradamente observadas y vigiladas por eminentes politólogos de talla mundial. Reconociendo sus egregios orígenes con Nicolás Maquiavelo, Barón de Montesquieu, Jean-Jacques Rousseau, Max Weber. O los contemporáneos Don Gastón García Cantú, Dr. Arnaldo Córdova, Dr. Norberto Bobbio, Dr. Francisco Reveles, Dr. Giovanni Sartori, Dr. Carlos Sirvent. A estos y sus eruditos seguidores dejo el espacio para que nos ayuden a descifrar los códigos ocultos del neopopulismo que está instalado en palacio nacional, en buena parte de América Latina y aun de los Estados Unidos de Norteamérica. 

Yo me voy a atrever a repasar, desde el análisis social, algunas notas que ya he avanzado con el fin de identificar y conocer más a fondo esto que se está jugando en la llamada 4ª Transformación. Todo inició, en México, con el pretendido cambio radical de orientación del modelo neoliberal, para instaurar el nuevo de la Cuarta Transformación. (Nota mía: LJA. De los comics a la realidad .Sábado 20/07, 2019). Que tiene un hito importante cuando se da el cambio de mando de la dependencia que pasa a las manos del nuevo Secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, que se desempeñaba como Subsecretario encargado de la Subsecretaría de Ingresos. Según el comunicado No. 068 de dicha dependencia asume el cargo con fecha 9 de julio, 2019. Y es ratificado por la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en la Ciudad de México, este jueves 18 pasado, con 341 votos a favor, 74 en contra y dos abstenciones, en el pleno aprobatorio del dictamen. (https://cutt.ly/guwfkTZ). Quien en el ámbito académico ha impartido cursos de microeconomía y macroeconomía en el Colegio de México y de política monetaria en la Universidad de Nueva York. Es licenciado en economía por la Universidad Autónoma Metropolitana –Unidad Iztapalapa–, maestro en economía por el Colegio de México y candidato a doctor por la Universidad de Nueva York.

En la separación de su cargo, Urzúa Macías explicitó mediante su carta respectiva de renuncia, velada  evidencia y denuncia de la incompatibilidad de su espíritu y empaque profesional con el modo gerencial del Ejecutivo. Hecho que yo califiqué como una contradicción de primer grado, al más alto nivel. 

Para efectos de poner este cambio en perspectiva, propuse básicamente dos hipótesis de trabajo: La primera. Consiste en que, de un simple rediseño del aparato gubernamental (reducción/downsizing) del Presupuesto, que es sin duda un elemento fundamental de la macro-economía, se pasó a una verdadera Re-estructuración, (en otros sitios la referí como “perestroika a la mexicana”) tanto de dependencias como de programas y proyectos estratégicos de gobierno, y tan es así que los sensibles mercados lo captaron por incidir en la propia economía política del Estado que, ante México y ante el mundo, emergió como una mega-reestructuración fiscal en acto; con secuelas de afectación directísima a los elementos y factores mismos de la producción, distribución y consumo de la economía mexicana, entendida como un todo. Su comentario y debate público pronto pasaron del anecdotario a la polémica y, de ésta, a la devaluación práctica de la economía a la mexicana. Las sucesivas valoraciones a la baja de la economía de México, son patentes. Agudizadas ahora con la pandemia dual que nos tiene atenazados.


La segunda. A partir de ese gran centro nodal de la Macroeconomía penden las llamadas Políticas de Desarrollo, que por contraste se conviene en llamar Micro-Políticas, para diferenciarlas del centro hegemónico que define todo lo que es Macro-Social, tanto a nivel de poder político propiamente dicho, como económico. Cuya línea interpretativa se está dando desde el posicionamiento y/o deslinde de los estados que conforman como entidades soberanas la Federación, precisamente ante las acciones tendientes a la Cuarta transformación, ya que les plantean una toma de decisiones a la vez que problemática, también como dilemas. El caso del estado de Jalisco es ahora proverbial. En efecto, son los gobernadores y presidentes municipales, desde lo local, quienes tienen que lidiar con esta disyuntiva del gobierno central, cuya justificación se lanza so pretexto de “corrupción” de los actores de dichas mediaciones, ya sean de la sociedad civil o surgidas desde los numerosos Delegados Federales que ya eran demasiados, acorde con la visión de las leyes de austeridad, y por ello reducidos a uno solo por entidad federativa, por ello ahora apodados super-Delegados. 

– Estamos constatando en estos días que, al final, mutatis mutandis, los riesgos de una “perestroika” sobre la representación federal ante los estados, el recorte presupuestal general y la necesariamente diferente asignación de Prestaciones a cada entidad, pudiera conducir a una “balcanización” o dispersión de gobiernos locales, como ocurrió en mayor escala con los países del disuelto pacto pan-soviético, ya que en tales condiciones es una verdadera tentación la de tomar distancia del poder central, especialmente de los gobiernos con distinto signo político. Y, por otro lado, la perestroika organizacional interna al gobierno federal, en los tiempos del Covid-19,  está evidenciando los graves predicamentos sobre los elementos e instrumentos mismos desde su ejercicio y práctica de la conducción de dicho poder, no sólo mayormente centralizado, sino enderezado en sentido vertical de un solo hombre. Y que pretende dividir al mundo en dos: los que están con él y los que están contra él.

En suma, hoy, ante los ataques de virus pandémicos o “de la pobreza”, ojalá, podamos vacunarnos y erradicar las ideas erróneas que adquirimos debido a poderosas ideologías fallidas, me refiero al Marxismo. En Ángel Palerm, podemos ver a uno de nuestros padres fundadores de la Antropología científica del país, quien abordó sin titubeos el tema satanizado de las ideas marxistas sobre la evolución social, los modos de producción y su articulación, y el campesinado bajo las condiciones del capitalismo. Y de lo cual expresa: “Saludo el futuro en que para los científicos sociales será posible hablar de Marx como los biólogos lo hacen de Darwin y los físicos de Einstein. En este sentido que quiero parafrasear a Marx y que no soy marxista sino antropólogo”. Y luego, su genial visión: “Pero la naturaleza revolucionaria del marxismo no consiste en su mesianismo político, sino en el proyecto de hacer una ciencia tan racionalmente transformadora de la sociedad como las demás ciencias lo son ya de la naturaleza” (Antropología y Marxismo. Prólogo. Centro de Investigaciones superiores del INAH. Ed. Nueva Imagen, 1980).

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