Recibí un mensaje de mi amigo Rafael Machado Ruiz, que vivió entre nosotros hace algunos años, y se desempeñó como concertino de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes. Si bien es cierto que ahora reside en Mérida –un talento que dejamos escapar–, desde hace unos años funge como coordinador del Encuentro Internacional de Música de Cámara de Aguascalientes, un muy afortunado festival que ha tenido 15 ediciones.
En el mensaje me comunica que este lunes 13 de julio debió inaugurarse la 16° edición, que no podrá ser, por el desquiciamiento coronavirulesco de que somos víctimas.
Lástima, porque la música de cámara es otra cosa… Digo, en comparación con la música sinfónica que escuchamos normalmente. ¿Qué voy a saber de estas cosas?, pero me parece que la música de cámara, al ser compuesta para agrupaciones menores que una sinfónica, es más íntima y virtuosa, más propicia para una mejor apreciación de los instrumentos que intervienen en ella. Además ofrece una infinidad de posibilidades, según la imaginación del compositor.
La imagen corresponde a la agrupación de metales Alliance Brass Quintet, originaria de Chicago, Estados Unidos, que se presentó en la edición de 2018. Felicitaciones, ampliaciones para esta columna, sugerencias y hasta quejas, diríjalas a [email protected].




