- “La politización de la gestión de la epidemia es inevitable, desafortunadamente, sin embargo, esto siempre ocurre, y el discurso que debería de ser esencialmente técnico, no lo es”, dijo experto sobre el manejo de la contingencia
- Expertos discuten sobre lo que ha ocurrido durante los primeros seis meses y lo que se necesita hacer para el futuro cercano
Este martes 18 de agosto a través del canal de Youtube de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuatro expertos en materia epidemiológica realizaron un debate sobre cuáles son las miras a las que debe observar y llegar el país luego de los primeros seis meses de la emergencia sanitaria en México. Ahí, entre otras cosas, se discutió el problema de infraestructura con el que se ha venido enfrentando la pandemia, pero también se reconoció cómo en ciertos estados sí funcionó la reconversión de hospitales para dar cara a esta contingencia.
El diálogo se llevó a cabo por cuatro representantes del sector médico reconocidos en el ámbito nacional: María de Lourdes García García, especialista en Medicina Interna y Enfermedades Infecciosas, epidemiología y doctora en Ciencias por la UNAM; Alejandro Macías, reconocido infectólogo, excomisionado en la epidemia de la Influenza, también con especialidad en Medicina Interna; Rogelio Pérez Padilla, médico internista, neumólogo y especialista en medicina del sueño; y Samuel Ponce de León Rosales, profesor de medicina en la facultad de Medicina UNAM, jefe del laboratorio de Microbioma y Coordinador de la Red del Plan Universitario de Investigación de Salud de la misma institución.
Este último fue quien moderó la conversación de los académicos. “En este escenario –después de seis meses– consideramos oportuno, desde luego en este momento, repasar la evolución, las acciones, las reacciones de lo ocurrido en nuestro país y en relación al panorama internacional”, introdujo Samuel Ponce de León Rosales.
Más allá de revisar lo que ya se hizo, la tertulia indagó en lo que se debe hacer después para poder reforzar el sistema de Salud Pública, desde su anatomía estructural humana y de especialización, hasta su infraestructura de equipamiento, así como la importancia de la despolitización de las acciones que manejan este sistema.
En primera instancia se observó y se puso sobre la mesa la politización de la pandemia antes que las acciones tangibles sobre la misma, situación que en un futuro debe de evitarse para una mejor conducción de la emergencia sanitaria: “desafortunadamente la respuesta a la pandemia, señalaba, se ha convertido en un arena de descalificaciones, improperios y hasta acusaciones inauditas en algún momento. La politización de la gestión de la epidemia es inevitable, desafortunadamente, sin embargo, esto siempre ocurre, y el discurso que debería de ser esencialmente técnico, no lo es”.
Otra de las problemáticas con las que se comenzó la conversación fue que líderes políticos y de opinión que tienen resonancia social, no alcanzan a dimensionar la magnitud de la crisis de salud, lo que termina incidiendo en la mayoría de sus seguidores y simpatizantes.
Sobre este tema, Samuel Ponce señaló que, aunado a la deficiencia del sistema de salud que México arrastra desde años atrás, los tiempos en los que se presentó la pandemia se suman a la inconveniencia, pues el cambio de poderes gubernamentales trajo permutas también en el sistema de salud, mismos que se han presentado sobre la marcha de la pandemia, como lo es la implementación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), que entró en vigor este 2020.
Una de las conclusiones globales en las que compartieron punto de vista los expertos, fue que, derivado de la politización y de la falta de unanimidad en acciones, se debe de apostar por la ecuanimidad política y social en la pandemia que todavía sigue vigente y que no se sabe cuándo terminará, es decir que tanto actores políticos, como la sociedad, complementen las acciones y acaten las medidas para poder sobrellevar la enfermedad de la mejor manera en el futuro.
Además, aunque sugirieron que no se debe de ver las cifras con fatalidad, sino con realismo para poder sacar ventaja y gestionar acciones no sólo contra la pandemia, sino para seguir mejorando la infraestructura del sistema de salud. En resumen, se habló del robustecimiento de la infraestructura del sistema, aplicándose no sólo en grandes ciudades, sino incluyendo a las comunidades, por ejemplo, en rezago, que no tienen acceso directo a este servicio, y se sugirió una revaloración unánime de las decisiones que se toman en torno a cómo se debe operar el sistema de salud ya robustecido.
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